Este artículo se publicó hace 16 años.
Cómo hacerse famoso en un trimestre
La Escuela de Diseño Parsons de Nueva York imparte un curso para manejar la popularidad en la Red
Blanca Salvatierra
Jamie Wilkinson no es un profesor convencional. Él no se considera así, y la clase que imparte en la Escuela de Diseño Parsons de Nueva York tampoco lo es. Famoso en Internet es un curso estructurado en un trimestre y, como Wilkinson resume, "es una exploración práctica de la cultura de Internet, y las teorías y técnicas para conseguir atención sobre un trabajo". El curso se celebró entre septiembre y diciembre del año pasado y está previsto continuar con él cada invierno. Pero, ¿cómo se consigue difundir una idea de forma masiva en la Red? ¿Existen unos pasos definidos? ¿Se pueden aprender?
La curiosa asignatura de este profesor es, en realidad, un experimento, tanto para él como para sus alumnos, algo que ambas partes consideran una evolución de la enseñanza y una forma práctica de acercarse a los nuevos medios. El reto del curso es aprender a interactuar con todos los instrumentos que ofrece la Red con el fin de promocionar una idea y, para ello, el primer paso es comprender cómo se estructuran esos nuevos medios. "Internet mola, la gente necesita aprender cómo funciona", resume Wilkinson. Pero no basta con conocer cómo funcionan los medios para conseguir promocionar una idea. Hay que añadir cierta picaresca, pequeños trucos que sólo se aprenden con práctica.
Un curso que evoluciona
Internet no permite hablar de un conocimiento inmutable. Todo se aprende y hay que cambiar lo aprendido sobre la marcha, ya que se trata de un sistema en permanente evolución. Aun así, el profesor mantiene que sus alumnos, al finalizar el curso, han profundizado sobre las comunidades y los contenidos que proliferan en la Red, qué tipo de temas triunfan y cómo se puede contribuir a crear el éxito.
Wilkinson pretende así compartir parte de los trucos y conocimientos que aprendió junto a los dos amigos con los que concibió el curso, artistas que llevan varios años promocionando el arte que realizan en Internet.
«Sé productivo, abierto, actual y distribuye tus contenidos», dice Wilkinson La Red es un medio joven, y nadie tiene las claves del éxito. Para Wilkinson, sí existen unos elementos imprescindibles sin los cuales es muy difícil conseguir el triunfo. Agrupados en "sé productivo, abierto, activo, actual y distribuye tus contenidos", el profesor detalla las posibilidades de la denominada Web 2.0, aquella en la que el usuario se convierte en protagonista activo de las informaciones. "Publica pronto y a menudo, ofrece todo de forma gratuita, participa y no te limites a observar" son otros de los consejos que ofrece Wilkinson, que completa con el rotundo "los días de los secretos y los procesos ocultos en Internet han muerto".
Durante el curso, Wilkinson no especificó a sus alumnos cortapisas para conseguir la fama. La única regla que puso era evitar la violencia, obligando a los estudiantes a ser "salvajemente creativos", como él detalla. El profesor se sorprendió cuando la mayoría de los estudiantes no optaron por explotar los temas sexuales, pese a que no era un asunto prohibido. Además, según él, "los que optaron por hacerlo no consiguieron ser más picantes que lo que puede verse en las emisiones del canal de televisión MTV".
Cómo cuantificar la fama
Wilkinson ha desarrollado un pequeño software llamado Scrapeotron, que barre constantemente la Web para obtener datos sobre las veces que se han visualizado los vídeos subidos por los alumnos, el número de comentarios logrados, si ha habido vídeos de respuesta, el número de amigos en MySpace, etc. Además, el profesor cuenta con un modelo para calibrar el valor relativo de cada dato.
"Un comentario en tu vídeo refleja una mayor cantidad de atención prestada sobre tu trabajo que simplemente el hecho de visionarlo", afirma Wilkinson, y sigue "de ello podemos obtener un índice de tu fama como un reflejo de la cantidad de atención recibida". Al preguntarle sobre si cree que se puede manipular Internet para utilizarla en beneficio propio, responde de forma rotunda que sí, y aporta pruebas de ello.
Pequeñas y grandes trampas
El profesor ha invitado a participar en su clase a gurús del marketing para que comentaran las formas de conseguir interés en la Red. Y lo que éstos explicaban no le convencía en absoluto. Según explica, uno de ellos tenía un grupo de cinco personas que estaban prácticamente todo el día enviando spam. Además, cada uno se registraba en los foros con varias cuentas diferentes y respondían a sus propios mensajes, creando una expectación inexistente, en realidad, pero que se lograba transmitir a otros. "Los anunciantes contratan a expertos para que les ayuden a crear una iniciativa que se convierta en viral, algo que cada día parece más un chiste", detalla Wilkinson, que añade que también se puede comprar tráfico para una web e, incluso, pagar a usuarios para que hablen sobre un proyecto en sus blog.
El profesor habla de conceptos como "fama legítima" e "ilegítima". En su particular visión, algunas personas consiguen fama debido su trabajo, a la persistencia, al talento y a la suerte; otros, simplemente, son elegidos por los medios. Para Wilkinson, modificar la popularidad con un sistema de robots es "fama ilegítima".
El profesor no la justifica pero sí la reconoce: "Honestamente, al final, si las personas conocen tu nombre, eres famoso". Aún así, en las notas finales de sus alumnos, Wilkinson destaca orgulloso que los que han conseguido los mejores datos en clase han sido aquellos que consiguieron que se hablara de ellos en un mayor número de blog y que su historia circulase porque eran "legítimamente buenos".
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