La industria espacial española se encuentra en mejor forma que nunca, según afirma Proespacio, la asociación que agrupa 16 empresas del sector espacial. La facturación de este año ha alcanzado los 510 millones de euros. Esto supone que la actividad española en el espacio ha aumentado un 16% en 2007, frente al crecimiento del 7% de la europea, más del doble. También, y como consecuencia de este crecimiento, actualmente hay 2.800 trabajadores en el sector espacial español, una cuarta parte involucrados en actividades de I+D. Según Juan Nabrera, presidente de la asociación, todos estos datos suponen “un hito” histórico.

El sector espacial español también ha aumentado su nivel de responsabilidad en el desarrollo de equipos para misiones y se ha embarcado en importantes proyectos. Víctor Rodrigo, vicepresidente de Proespacio, cree que el más ambicioso de todos apunta a Marte. “El hombre pondrá el pie donde pueda llegar”. Aunque la llegada del hombre al planeta rojo parece más lejana, la tecnología espacial española está a punto de llegar allí. España ha desarrollado la antena y los sensores del robot que aspira a conseguir esta proeza, el Mars Science Laboratory (MSR), cuyo lanzamiento está previsto en septiembre del año que viene.

El trabajo de expertos españoles también está detrás de muchos de los logros de este año, como la puesta en funcionamiento del laboratorio espacial Columbus, el transportador espacial automático ATV, y el lanzamiento del Giove-B, el segundo satélite de pruebas del sistema de localización Galileo, que compite con el GPS estadounidense.

A pesar de todos estos avances, que pueden recordar a las novelas de ciencia ficción, Juan Nabrera asegura: “Hemos pasado del espacio de las aventuras al espacio como desafío geopolítico y, ahora, a un espacio al servicio de los ciudadanos”. En este sentido, los próximos esfuerzos se centrarán en ayudar al desarrollo sostenible, investigar el impacto del hombre en la naturaleza, y lanzar varios satélites de comunicaciones y observación, según asegura Víctor Rodrigo.