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"Me gustaría que los viajes espaciales pudieran ser para todo el mundo"

La ex astronauta Ellen Baker, que pisó la estación orbital rusa, habla de la adaptación al espacio y de los viajes interplanetarios

BLANCA SALVATIERRA

Ellen Baker (Carolina del Norte, EEUU, 1953) no soñaba con ser astronauta porque, como ella misma relata, cuando aún era una niña, las mujeres no podían acceder a los programas espaciales. 'Hoy hay igualdad de oportunidades', asegura. Baker ingresó en la NASA en 1981 como médico, aunque no se convertiría en astronauta hasta cuatro años más tarde, siendo una de las diez primeras mujeres en lograrlo.

Con casi 700 horas en el espacio, esa cifra se ha quedado pequeña; hoy sus colegas pasan varios meses en la Estación Espacial Internacional (ISS). Esta es una espina que Baker tiene clavada: ha participado en tres misiones y formó parte de la primera tripulación de EEUU que se acopló con la estación rusa Mir en 1995, pero no ha viajado a la ISS.

'Volveríamos antes a la Luna si tuviéramos más dinero'

Cuando acaban de cumplirse 40 años de la llegada del hombre a la Luna, Baker ha visitado la Campus Party de Valencia para explicar cuál es la preparación necesaria para viajar al espacio. 'Los músculos y los huesos se debilitan, así que los astronautas deben realizar dos horas de ejercicio físico diario', dice. Estos problemas se multiplican en viajes de larga duración, pero para ella el gran reto en los viajes a Marte es 'proteger a la tripulación de las radiaciones'.

En entrevista concedida a Público, la ex astronauta resta importancia a la atención psicológica: 'Ahora ya no existe sensación de soledad durante las misiones. Puedes hablar 10 minutos al día con familia y amigos o enviar mensajes a través del ordenador, aunque estas comunicaciones se reducen a una vez a la semana en el caso de viajes a la ISS'.

La doctora sí destaca, en cambio, la importancia de los aspectos psicológicos a la hora de elegir a los astronautas. 'Se elige a personas sociables', señala. En el entrenamiento previo se realizan ejercicios de construcción de equipos para evitar problemas posteriores.

El reto en los vuelos a Marte es proteger a los tripulantes de las radiaciones

Baker no se muestra muy cómoda opinando sobre los recortes presupuestarios en la NASA. Reconoce que un 0,5% del presupuesto federal es una cantidad muy ajustada teniendo en cuenta el 'desarrollo tecnológico' que aportan sus investigaciones, y que hace 30 años la NASA contaba con un 4%. Por ello y porque, según Baker, 'hay que aprender de los errores que se han cometido con anterioridad', el regreso a la Luna no está planificado antes de 2020.

'No se trata sólo de regresar', aclara. Pese a que algunos astronautas, como Buzz Aldrin el segundo hombre en pisar la Luna, consideran que la llegada a Marte debería tener prioridad, Baker destaca que el planeta rojo está planificado como un viaje a largo plazo, dentro de unos 20 años. Los presupuestos también influyen: 'Volveríamos antes a la Luna si tuviéramos más dinero', comenta, y destaca los planes de creación de pequeñas colonias: 'El regreso incluye que 16 personas puedan permanecer allí de dos semanas a seis meses'. ¿Y el turismo espacial? La doctora no expresa especial simpatía: 'Me gustaría ver los viajes espaciales abiertos a todo el mundo y no sólo para los que pueden pagar esas cantidades'.

Obama representa la gran esperanza para que la NASA recobre el esplendor pasado aunque, mientras llegan las medidas, sólo se puede esperar. 'Hacemos todo lo que podemos con los medios que se nos ofrecen', explica Baker.

 

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