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Los operadores británicos aceptan colaborar en la lucha contra las descargas

Los seis grandes proveedores del Reino Unido se prestan a trabajar con las discográficas para 'reducir' las descargas de canciones e incluso películas

LOURDES GÓMEZ

La asociación de las discográficas británicas BPI ha llegado, por primera vez, a un acuerdo con los principales proveedores de servicios de Internet (ISP) para hacer frente común a las descargas musicales que se realizan a través de programas P2P, que según sus cifras están arruinando la industria. El acuerdo ha sido posible con la mediación del ministerio de Negocios y bajo la amenaza de legislar en la materia de no lograrse un entendimiento entre ambos sectores.

Los ISP se negaban, hasta la fecha, a actuar de policías de sus clientes. A partir de ahora tampoco serán vigilantes del contenido que se intercambian los internautas, pero los seis grandes proveedores del Reino Unido se prestan, por primera vez, a trabajar con las discográficas para 'reducir significativamente' las descargas P2P de canciones e incluso películas. La Asociación americana de filmografía (MPAA) suscribió también el acuerdo, anunciado ayer.

La solución adoptada tiende a la persuasión frente a la dura vía legal adoptada en otros países, como Estados Unidos y Francia. Los ISP enviarán cartas de advertencia a los usuarios fraudulentos identificados por la BPI. Citan un estudio de 2007 que sugiere que 6,5 millones de personas -el 25% de los usuarios del país con conexión a Internet- bajan regularmente canciones de la Red, a un coste que supondrá para la industria en torno a mil millones de libras (unos 1.300 millones de euros) en los próximos cinco años.

En la primera hornada, de tres meses, se enviará un millar de cartas a la semana, advirtiendo al dueño de la cuenta de Internet del fraude que se está realizando desde su ordenador e informándole de canales comerciales legales. Según un estudio piloto que han realizado, el 70% de los usuarios deja de piratear música al recibir una primera nota de advertencia.

Aún no hay acuerdo sobre el remedio que aplicarán a los usuarios que persistan en las descargas, tanto desde el plano técnico como judicial. Entre las primeras, se estudia la introducción de filtros que bloqueen el acceso a programas P2P o la reducción de la velocidad contratada por el usuario con su ISP. Otra alternativa, aireada ayer por la prensa británica y defendida por algunos artistas, para imponer un canon mensual a los que descargan canciones sin pagar por ellas, se ha desestimado de momento.

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