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Vida y muerte en el planeta de los simios

Los primates se debaten entre la humanización legal y la probable extinción

JAVIER YANES

Desde que el veterano primatólogo catalán Jordi Sabater Pi describió el uso de herramientas por los chimpancés hace casi 40 años, las revistas científicas no han cesado de estrechar la brecha entre la especie humana y sus parientes más próximos, los grandes simios. Por citar algunos ejemplos, en los últimos meses los chimpancés han revelado habilidades como el empleo de palos para desenterrar raíces comestibles y de estacas como picas de caza, mientras un vídeo mostraba que estos primates superan a los universitarios en memoria numérica.

El último episodio de esta particular visión del planeta de los simios aporta dos nuevos datos. Por un lado, un estudio publicado en PNAS sobre los factores culturales de la conducta de los chimpancés apoya la tesis de que los rituales propios de cada comunidad, como utilizar palos o piedras para abrir las nueces, son comportamientos estrictamente aprendidos, sin que exista un condicionante genético. El trabajo de Stephen Lycett, de la Universidad de Liverpool, concluye que una mayor proximidad genética entre dos poblaciones no implica mayores afinidades culturales, y que los simios emigrados adoptan rápidamente las costumbres de su familia adoptiva.

Automedicación natural
Otro estudio publicado en Naturwissenschaften profundiza en el ya conocido uso de plantas medicinales por parte de los chimpancés. No sólo son capaces de elegir aquellas especies vegetales con propiedades curativas para la dolencia que sufren, sino que además saben mezclar para potenciar sus efectos. El trabajo de Sabrina Krief, del Museo de Historia Natural de París (Francia), resuelve por qué los chimpancés comen tierra: lo hacen porque esto aumenta el efecto antipalúdico de la planta Trichilia rubescens, que consumen con los puñados de suelo.

Para el primatólogo catalán Josep Call, que trabaja en el Instituto Max Planck de Leipzig (Alemania), “los chimpancés pueden adaptarse de modo sorprendente a la presión de cambios drásticos en el medio”, lo que sugiere capacidades presentes pero no desarrolladas. En 2006 Call publicó en Science que los simios guardan herramientas pensando en el futuro, pero aclara que “esto no lo hacen en libertad”.Estas grandes similitudes casi humanizan a los simios: “Si hace 50 años un antropólogo hubiera expuesto todo esto, le hubieran preguntado, ¿pero de qué cultura estás hablando?”, explica Call. Sin embargo, aclara que la visión de los simios como perdedores en la evolución es simplista: “Los chimpancés no aspiran a ser humanos. Cada especie tiene su propia ruta evolutiva y no hay marcha atrás”. Con todo, las diferencias persisten: “No sólo en el lenguaje articulado. Los humanos tenemos una cognición social más sofisticada. Tenemos más capacidad para la empatía, pero también para el sadismo”.
Aun así, pese a que los chimpancés son su campo de estudio, Call no es entusiasta del Proyecto Gran Simio, que busca formalizar derechos para estos animales que los aproximen legalmente a los humanos. “¿Por qué ellos sí y otros no?”, pregunta el científico. “La línea es arbitraria. Los delfines son cognitivamente muy semejantes a nosotros. No hay que primar ciertos animales porque se nos parezcan; debemos valorar todas las especies”.

Para Pedro Pozas, director del Proyecto Gran Simio en España, “el caso de los simios es urgente. En 10 o 15 años habrán desaparecido de la naturaleza”. Pozas espera que triunfe la iniciativa de incluir a estas especies en el género Homo. “Dos gibones del mismo género son más distintos genéticamente que los chimpancés y nosotros. Son nuestra familia y merecen tener derechos legales a la vida y la libertad”, defiende.

El Proyecto Gran Simio informó ayer de que en EEUU se ha prohibido experimentar con primates protegidos en santuarios. Pedro Pozas, director en España, resume los avances logrados: el Parlamento balear aprobó su propuesta, que sigue congelada en el Congreso de los Diputados. En Brasil están pendientes varias peticiones de ‘habeas corpus’ para liberar chimpancés y en Austria, un abogado pretende representar a un simio para defender su derecho a una herencia. Pozas afirma que en la próxima legislatura relanzarán su petición de una ley para los grandes simios.

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