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10.000 dólares por la primera obra de arte "no visible"

El Museo del Arte No-Visible (MONA), apoyado por el actor James Franco,  exhibe y vende descripciones de obras imaginadas por los artistas

PABLO OLIVEIRA Y SILVA

Son muchas las personas que reaccionan con desconfianza ante una obra de arte abstracto, reconociendo también que es un estilo artístico de difícil comprensión. Es habitual la pregunta de '¿realmente alguien paga por esto?' o las afirmaciones como 'esto es una tomadura de pelo' ante un lienzo abstracto. Pero el arte conceptual mueve millones en todo el mundo.

Hace unos días, el siempre polifacético actor James Franco daba su apoyo a un proyecto artístico nuevo y realmente extraño denominado Museo del Arte No-Visible (MONA), que lleva el arte conceptual a un nivel completamente nuevo. La idea del museo es que las obras de arte no existan físicamente, sino que sean imaginadas por el artista y descritas en una tarjeta. Así, cuando un coleccionista compra una de estas obras, obtiene esta tarjeta para colgarla en la pared vacía y 'describir la obra a su audiencia'. La magia creativa se produce durante el proceso que lleva a la obra imaginada por el artista y su descripción, hasta la imaginación del espectador, tras la descripción del coleccionista.

Extravagante e imaginativo, el propio museo nos recuerda que 'vivimos en dos mundos: el mundo físico de la vista y el mundo no visible de la imaginación'. Compuesto por ideas, el MONA redefine el concepto de lo que es real. 'Las descripciones de las obras mezclan imágenes y palabras en la mente del espectador. Este mundo no es visible, pero es real, quizá más real que el mundo de la materia, y también está a la venta', aseguran.

Con precios que van desde los 1.000 a los 10.000 dólares, el museo acaba de hacer su primera venta. Aimee Davidson, productora digital, experta en medio sociales, además de actriz y modelo, pagó 10.000 dólares por la obra Aire Fresco, que se describe como: 'Una pieza única. El aire que está comprando es como comprar un tanque de oxígeno infinito. No importa donde estés, siempre tienes la posibilidad de tomar una bocanada del más delicioso y limpio aire que la tierra puede producir. Cada vez que respiras te da una paz y salud infinita. Esta obra de arte es algo que puedes llevar contigo, porque donde quiera que estés te puedes imaginar que estás respirando el aire más fresco de la cima de una montaña, de un campo abierto o la brisa del mar. Es una fuente inagotable'.

Davidson aseguró en una entrevista a The Huffington Post que compró la obra porque se sentía 'identificaba' con la ideología del proyecto. 'Sentí que el acto de comprar Aire Fresco servía para las propias tesis que predico sobre la utilización de los medios sociales. Básicamente, quería poner mi dinero donde están mis pensamientos. Algunos pueden llamarlo una estafa, pero yo lo llamo patrocinio artístico'.

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