'Mi corazón está con los que sufren y eso tendrá un reflejo en mis películas. Quiero hacer cintas más pequeñas, con presupuestos más bajos', reconocía ayer Pedro Almodóvar en una entrevista al diario La Stampa de Italia, donde el director prepara su siguiente filme, Mina, el primero en una lengua distinta al español. También dijo: 'Berlusconi sería un gran personaje para una película', poco antes de su caída.

Dicho esto, el cineasta más internacional del cine español quizás esté ya revisando sus primeras producciones, por eso de los filmes de bajo presupuesto, rastreando aquellos hallazgos de frescura de sus inicios, nacidos de la falta de medios combinada con la osadía cinematográfica marca de la casa. Luci Pepi Bom y otras chicas del montón, aquel filme hilarante y extremo con el que debutó en 1980, abre ahora un libro editado a todo lujo por Taschen, que repasa la filmografía del cineasta y presenta públicamente por primera vez los archivos visuales y escritos de cada una de sus 18 películas.

'Pedro es a España lo que Bergman es a Suecia', dice el director de Cannes

Los archivos de Pedro Almodóvar cuenta con un prólogo de Thierry Frémeaux, en el que el director delegado del Festival de Cannes mantiene que 'Pedro es a España lo que Bergman es a Suecia, Kurosawa a Japón, o Ford a Estados Unidos'. Y lo remata con otra comparación de altura: 'En cuanto al control sobre su trabajo, Pedro es el segundo sólo después de Kubrick'. Al fin y al cabo, dice: 'El niño terrible del cine español está ahora entre los grandes, pero todavía sigue siendo un niño terrible'.

La edición repasa cada una de las películas de la filmografía del manchego a través de una ficha, un artículo de firmas como Vicente Molina Foix, Gustavo Martín Garzo o el propio Almodóvar, e incluye autoentrevistas y un sin fin de imágenes que van configurando su ideario cinematográfico, pero también van mostrando los rostros de las actrices que lo han acompañado, la evolución de su cine, y su constante deseo de cambio, que hizo que apenas en su tercera película abandonara la estética pobre inicial para ir depurando un control estético que será parte esencial de su sello.

La edición repasa cada una de las películas de su filmografía En el libro, el director pone a sus personajes a hablar por sí mismos en ocasiones, a través de diálogos extraídos del guión de sus filmes. Vemos como voyeurs empedernidos los entresijos de la creación de su universo.

Queda claro, a cada página, que, como el propio Almodóvar ha dicho, nunca estuvo interesado en mostrar la realidad tal y como es. Aquí las claves para entender su genial deformación del universo. D