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André Glucksmann ataca el uso del burka

El polémico filósofo francés sostiene que, si no se puede ir desnudo por la calle, tampoco completamente tapado

PAULA CORROTO

Las perlas del filósofo francés André Glucksmann (1937) sobre la política actual no dejan indiferente. Ayer, un día antes de participar en Madrid en La Noche de los Libros, entró al trapo de la polémica sobre el uso del velo islámico en España y sobre la posible prohibición del burka en las calles francesas. 'No existe la libertad individual en las calles. He oído a chicas que decían que llevaban burka en nombre de la libertad individual. Estoy de acuerdo con ellas, porque yo tampoco tengo derecho a ir desnudo. Me arrestarían. No existe la libertad individual en la calle desde el principio de los tiempos', argumentó. Y tema zanjado.

Este espinoso asunto llegó de la mano del nuevo estudio que ha hecho sobre Heiddeger en su último ensayo, Los dos caminos de la filosofía, Sócrates y Heidegger (Tusquets). Glucksmann, que manifestó no reprochar al pensador su postura nazi, indicó que ha vuelto a él 'porque es el creador de la filosofía de las bombas humanas. Son personas que cuando tienen el valor de exponerse a la muerte, piensan que tienen el derecho a matar a los otros. Y eso es lo que Heiddeger llamaba el Ser por muerte'.

En su último ensayo recupera a Heiddeger, filósofo de las bombas humanas

El filósofo cree que este es el gran peligro al que se enfrenta el mundo actual. Muy en correlación con su postura sobre el avance del nihilismo que ha desarrollado en otros ensayos como Dostoievski en Manhattan o El discurso del odio. Sin embargo, no quiso hablar de islamización europea, ni identificó a todas las bombas humanas con los musulmanes. 'El racismo puede surgir de todas partes. Los Tigres tamiles también lo eran'.

De las bombas humanas pasó a un análisis sobre los genocidios. Según él, durante el siglo XX hubo cuatro: el de los armenios de 1915 a 1917, los camboyanos entre 1975 y 1979, los judíos y gitanos en la II Guerra Mundial y los ruandeses en 1994. Nada del caso español durante la Guerra Civil. 'Creo que el juez Garzón exagera cuando usa el término genocidio, aunque en cierto momento una nación tiene que poder mirar a su pasado', se limitó a decir.

Entre las causas que siempre ha defendido Glucksmann se encuentra la masacre chechena. Para él, los cadáveres de Grozni 'son espantosos'. No así los de otras zonas del planeta como Gaza. 'Es muy sencillo. Un intelectual no puede hablar de todo ni defender todas las causas', apostilla. Glucksmann se apoya en las cifras de muertos para argumentar su tesis. Así, según él, la diferencia entre el número de muertos palestinos desde 1947 y el de chechenos en los diez últimos años es tan grande '1x100 o 1x1000, no está muy claro', dice que 'lo que hace Rusia en Chechenia es más espantoso que lo que Israel hace en Gaza'.

'Irak está mejor que con Sadam, ahora se puede votar y discutir'

Glucksman fue también uno de los intelectuales que más apoyó la invasión de Irak. Aún hoy, a pesar de las matanzas, lo sigue haciendo. Cree que el país 'está mejor' que en la época de Sadam Hussein: 'Hoy votan, tienen discusiones políticas, un hombre tiró el zapato a Bush y le cayó un año de cárcel. En tiempos de Sadam le hubieran hasta fusilado. Los americanos se preguntan si Afganistán llegará a estar tan bien como Irak'.

De Obama cree que aún es pronto para hacer una valoración, aunque tiene su definición: 'Es un utópico y un soñador. Creo que está cometiendo el error de los narcisistas', culmina.

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