Este artículo se publicó hace 13 años.
Animalario cambia la actualidad por emociones
La compañía celebra 14 años con 'Penumbra', un viaje íntimo por las pesadillas
Una gran casa de paredes transparentes cobija los sueños y pesadillas de los actores Alberto San Juan, Natalie Poza, Luis Bermejo y Willie Toledo. Es una casa al borde del mar, una familia en las vacaciones de verano, un momento crítico. Es Animalario con un montaje experimental en las naves del Matadero de Madrid, donde por primera vez en 14 años de vida abandonan la actualidad y sus reivindicaciones para fijarse en sus angustias y frustraciones. La compañía teatral cumple con Penumbra su montaje número 13 y lo hace sin supersticiones, con un salto mortal hacia las emociones.
"Nos hemos dejado llevar por las emociones y las sensaciones", aseguraba ayer el director Andrés Lima a este periódico, atareado por el teatro con los últimos preparativos del montaje. "El texto sigue siendo el colchón, pero ha evolucionado mucho en estos meses de ensayo. Es más, a dos días del estreno creemos tenerlo más o menos cerrado. Acaba de llamarme Cavestany para ver si cambiamos una palabra", cuenta Lima con una tranquilidad estoica ante el salto mortal que han hecho al emplear un lenguaje más libre, basado sólo en sensaciones.
Lima: "Nos hemos dejado llevar por las emociones y las sensaciones"
De hecho, lo que antes eran herramientas para llegar a la caracterización del personaje, ahora son la meta. "No sabemos dónde llegaremos, pero lo que nos interesa son las emociones", reconoce para aclarar que esta vez la compañía ha iniciado un nuevo camino, en el que sus referencias han sido sus sentimientos: "Hemos evitado el realismo y el naturalismo que trabajamos hasta el momento". Penumbra es una búsqueda radical de las emociones y eso a pesar de que han vuelto a contar con los dos dramaturgos de cabecera del grupo: Juan Cavestany y Juan Mayorga, que no se juntaban desde que hicieron en 2003 Alejandro y Ana.
A principios de diciembre arrancaron los ensayos en un almacén gigante de las tripas del Museo Reina Sofía y remataron con dos pases a finales de mes. Entonces, Alberto San Juan reconocía a Público que empezaron a hacer una comedia política y acabaron montando un drama familiar. Mayorga aclaraba que en esta ocasión eligieron "el espíritu a la coyuntura política".
Precisamente, sorprende que en estos momentos Animalario hace un paréntesis en el grito y la demanda, en el teatro de urgencia política, para centrarse en la intimidad autobiográfica, rasgada en los propios dolores de los actores, que estuvieron trabajando durante meses con sus sueños. Sacando a flote la basura escondida.
"Queríamos averiguar cómo contarle el mundo a un niño sin mentirle, con sus tragedias incluidas", dice Andrés Lima. Retoman su infancia bajo esa gran casa transparente que no es más que una casa de muñecas, en la que guardan sus debilidades.
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