Este artículo se publicó hace 13 años.
Baño de masas para Vetusta Morla
El Festival SOS 4.8 hace coincidir a dos de sus propuestas más interesantes
Es lo malo: a la hora de programar las actuaciones de un festival, siempre se producen injusticias. Fue el caso del viernes noche en el SOS 4.8, que hizo coincidir a la misma hora dos de las propuestas que había que ver. A un lado, el primer concierto de Vetusta Morla tras la publicación, el martes pasado, de su último disco, Mapas: una jugada con la que los organizadores se garantizaban un éxito popular seguro. Al otro, la delicatessen rara y oscura, destinada el aforo limitado del Auditorio, de los británicos These New Puritans, que traían a España por primera vez un directo de su disco Hidden, con orquesta y un coro de niños.
Y ganó el tirón popular. Lo de Vetusta fue un baño de brazos en alto. Obviamente, los puntos altos del concierto fueron los temas de su anterior disco Sálvese quien pueda, Valiente, Un día en el mundo o Rey Sol, canciones con años de rodaje que se pegan al oyente tras un par de escuchas, y que el público coreó y celebró como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina.
These New Puritans traían por primera vez un directo de su disco Hidden'
Más tibio, en cambio, fue el recibimiento de los nuevos temas, como Maldita dulzura o Baldosas amarillas, donde se apreció un bajón considerable en el ánimo, que remontó al final del show con el grupo entregado a las percusiones en El hombre del saco.
Colocados entre Radiohead y Los Piratas (uno ya no sabe a quién le recuerda los espasmos de Pucho, su cantante), es cuestión de tiempo que vuelvan a zamparse el pastel del pop-rock nacional, poniéndoselo cada vez más difícil a aspirantes como Lori Meyers, programados ayer en el mismo escenario.
La duda no se disipó sobre MGMT, que soltaron lastre pronto: Time to pretend, su gran éxito, cayó a la segunda y así el grupo neoyorquino podía reivindicar que son más que un one hit wonder. Pero ofrecieron un concierto empañado y difuso en lo sonoro (a veces parecía que ni siquiera tocaban ellos), donde brillaron los temas viejos (Electric Feel y Weekend Wars) y en el que su lado más Beatle perdió ante el recuerdo de The Flaming Lips.
Ganó el tirón popular; lo de Vetusta fue un baño de brazos en alto
Los irlandeses Two Door Cinema Club dieron el mejor momento de la noche, imparables y arrolladores, con una energía capaz de revivir a los muertos y un escenario desbordado por un público que parecía un océano en plena tormenta: mareante. Phoenix y Kasabian deberían cuidarse las espaldas.
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