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"Basta del brochazo gordo y de los buenos y malos"

Agustí Villaronga e Imanol Uribe hablan sobre cómo abordar la memoria histórica en el cine español

 

SARA BRITO

Una ficción austera sobre la posguerra en la Catalunya rural: Pa negre. Un documental que aborda la conflictiva figura política de Juan Negrín: Ciudadano Negrín. Ambas películas tocan el espinoso tema de los ideales en tiempos de guerra, si bien desde puntos de vista bien distintos. Y ambas estarán el próximo domingo en el Teatro Real, en la gala de los Goya: Pa negre compitiendo con 14 nominaciones y Ciudadano Negrín, seleccionada en la categoría de documental. Sus directores, Agustí Villaronga, por Pa negre, e Imanol Uribe por Ciudadano Negrín (que codirige junto a Sigfrid Monleón y Carlos Álvarez) charlan en un hotel de Madrid sobre los temores, vicios y pasiones a la hora de abordar la memoria reciente de España. A pesar de la afonía de Villaronga, causada por una promoción salvaje, el frío y la preproducción de una miniserie que empezará a rodar en breve para Televisión Española, la charla no se agota.

'Se ha abusado fácilmente de la iconografía de la Guerra Civil'

imanol uribe: La Guerra Civil y la posguerra son temas que me apasionan, y en los que hay mucho material para el cine. Pero es cierto que el público está de uñas y a la contra, y lo digo por propia experiencia. Hice El viaje de Carol, que estaba ambientada en la guerra. La experiencia en la promoción fue increíble. Llegué a asistir a una de esas reuniones preparatorias en las que llevan a grupos a ver la película y te sientas detrás de un cristal como en las comisarías. La gente decía: '¡Una película española sobre la guerra! Si lo sé no hubiera entrado'. Esa es un poco la actitud que se respira

Agustí Villaronga: Sí, un poco sí. Me acuerdo que en San Sebastián cuando presentamos Pa negre se detectaba cierto ánimo bajo porque era una película sobre la posguerra, luego quizás funcionó porque la vieron un poco diferente. Es absurdo. Creo que es un tema que da mucho de sí y que se puede enfocar de muchas maneras diferentes, así como ocurre con el cine que transcurre en la II Guerra Mundial o en la época nazi.

Imanol Uribe: ¡Mira cuántas películas se han hecho sobre Vietnam! Y no hay tantas sobre nuestra historia.

'Hay una dualidad moral en las personas y más viviendo un conflicto'

Imanol Uribe: Creo que sí. Lo ves también en la calle con el tema de la memoria histórica, la gente está muy dividida. Las dos Españas, otra vez. De entrada hay un público muy importante que está en contra de que eso se revise ni siquiera en el cine.

Agustí Villaronga: Pero creo que le importa sobre todo a la gente mayor o a la clase política, que utiliza armas de todo tipo para atacarse. La gente joven ya no está en esas.

'Poco a poco se está haciendo el cine que las televisiones quieren'

Imanol uribe: Ahora tengo el tema muy en la cabeza porque estoy preparando un proyecto que arrancará en mayo, y que está ambientado en plena posguerra, en 1950. Y lo que me preocupa más es la plástica y la estética que tenga la película. Creo que eso es lo que echa para atrás a la gente. Hay que darle vueltas para ver cómo enfocarlo.

Agustí Villaronga: Eso es verdad. Los primeros temores que teníamos al empezar a pensar Pa negre eran esos. Hay que darle una dimensión distinta a la visualización de ese mundo de la posguerra que no remita a la forma en que se ha representado normalmente en la pantalla. Nosotros quisimos crear de cero un mundo, aunque eso no es posible porque aquello existió, pero la intención iba por ahí. Por eso en la película no hay falanges ni crucifijos y creo que sólo sale un Franco pequeñito en la escuela. Quisimos descontextualizarlo todo, hacerlo visualmente más austero y dejar la miseria en primer plano, que era de lo que queríamos hablar. Y bueno, los guardias civiles, están. ¡Es que había guardias civiles! Pero, la idea era desnudar la imagen de los iconos para ir al fondo: a las personas.

Imanol Uribe: Es que en el cine se ha abusado fácilmente de esa iconografía.

Agustí Villaronga: Exacto, y es un poco caricaturizar. Es como definir a un personaje de un brochazo o por el uniforme que lleva o lo que hay en un decorado. Y luego, hay que pensar que hay una dualidad moral en todas las personas y más viviendo un conflicto tan grande. Por eso creo que es interesante cualquier inmersión en la Guerra Civil, por la ambivalencia.

Imanol uribe: Mi proyecto, Miel de naranjas, va también por ahí. Parte de una historia real, de unos folios que la guionista descubrió de su padre y donde él contaba que cuando hizo la mili en Sevilla, en 1950, estaba de secretario del juzgado militar. Cuando los militares se reunían a deliberar, a él le obligaban a hacer ruido con las teclas para que los familiares creyeran que se estaba redactando la sentencia en ese momento, cuando en realidad ya estaba redactada. Ese es el origen de la película, que hablará de la lucha antifascista en la Sevilla de aquella época desde los ojos de este secretario de los juzgados, un hombre que no está posicionado y va descubriendo las ambigüedades de uno y otro bando.

Agustí Villaronga: Es muy bueno lo que cuentas porque se debe partir de cosas pequeñas, no de la grandilocuencia. La gente de a pie vivió cosas muy grandes pero en la piel de situaciones muy pequeñas: la cartilla de racionamiento, la supervivencia de cada día.

Imanol Uribe: Y sobre todo pasar ya del brochazo gordo, y de los buenos y los malos. Hay que hablar un poco de las ambigüedades. Y eso lo has hecho muy bien tú, Agustí. En una situación de guerra la gente no se comporta con un patrón A o B.

Agustí Villaronga: Con la inmigración suceden cosas parecidas. La gente vive situaciones muy difíciles y debe irse de su país y de su familia. Eso son renuncias, y yo creo que Pa negre justo habla de las renuncias. Yo no quise nunca poner al frente el conflicto bélico o ideológico. Intenté no hacer los juicios demasiado rotundos, sino mirar a las personas porque cuando todo va bien, la gente se maneja, pero cuando todo va mal es muy difícil manejarse bien. Y muchas veces hace falta un punto de piedad o de comprensión.

Imanol uribe: Con Negrín no hubo ninguna piedad. Y bueno recordemos que él estaba metido en el mundo de la política. Negrín tuvo la gran mala suerte de que fue casi igual de odiado por sus enemigos que por sus correligionarios. En su propio partido le hicieron la cama. Para mí es un personaje muy avanzado a su tiempo.

Agustí Villaronga: Estoy apunto de empezar una miniserie sobre la visita que hizo a España Evita Perón en 1947. La película se centra en tres mujeres: Eva, Juana Doña, la mujer de Eugenio Mesón, una de las líderes comunistas de Madrid, que decide poner una bomba en la Embajada de Argentina, y es condenada a dos penas de muerte, y Carmen Polo. El tono es un poco frívolo por momentos, pero se puede hablar de cosas serias y me han dado libertad. Pero, en general, sobre esto de la memoria histórica aplicada a miniseries, te diría que muchas veces me parece más el Hola. Ha habido algunas como la del 23-F que ha estado bien, pero hay una especie de consigna para abordar a una persona conocida y casi siempre de una manera simple.

Imanol uribe: Partamos de una base: poco a poco se está haciendo el cine que las televisiones quieren.

Agustí Villaronga: Eso es verdad, pero creo que tienen que cambiar las cosas con internet. Hablaba el otro día con Jonás Trueba y él decía que en poco tiempo los directores tendremos nuestro portal propio, haremos la venta directa de la película por nuestro lado. Y yo digo, ojalá.

Imanol uribe: ¡Eso es un campo de minas! Obviamente hay que legislarlo. Que exista una ley me parece mejor que que no exista. Pero también creo que es mejorable.

Agustí Villaronga: Me sabe mal todo el jaleo que se ha montado, partiendo de que es un tema necesario que se ha convertido en accesorio. Son cosas serias y no se debió llegar al punto de circo al que se llegó.

Imanol uribe: Sí, los Goya no tienen por qué verse afectados por esto. Creo que es más una cosa de los medios que nuestra.

Agustí Villaronga: Bueno, yo voy a ir con paraguas a la gala porque creo que nos van a tirar tomates y de todo. ¡Por una vez que me toca!

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