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La botánica abre la Academia de Bellas Artes a la fotografía

Seis artistas contemporáneos vinculan el arte con la ciencia

P. H. R.

Por primera vez, la Academia de Bellas Artes de San Fernando abre sus puertas a la fotografía y lo hace 'de manera natural', como asegura burlón Juan Bordes, académico y delegado de la Calcografía Nacional. La exposición Botánica. After Humboldt, hasta el 16 de septiembre, es una visión irónica de la relación entre el arte contemporáneo y la ciencia botánica, en la que participan seis fotógrafos contemporáneos además de los grabados de Antonio José Cabanilles (1745-1804), procedentes de las visiones de las plantas del Jardín Botánico de Madrid, en el siglo XVIII.

El mismo Antonio Bonet Correa, presidente de la Academia, reconocía de esta breve exposición que era 'refrescante', aplicando un término poco habitual al género académico. 'Queríamos reírnos de nosotros mismos, es fundamental. Todos los académicos de Bellas Artes somos muy abiertos, no cumplimos con el estereotipo académico. Esta exposición de fotografía es una derivación absolutamente natural: ya era hora de que nos abriéramos a un arte que ni siquiera es de nuestro siglo, sino de 1839', explica valiente Juan Bordes sobre la muestra organizada con la ayuda de Acción Cultural Española (AC/E) y la Fundación Beulas.

'Queríamos reírnos de nosotros mismos', dice el académico Juan Bordes

La comisaria Rosa Olivares declaraba ayer que la exposición que muestra la mirada científica y plástica sobre la naturaleza 'es parcial', porque 'es una exposición económica para los tiempos de crisis' y porque 'no se puede recoger todo, sino una buena muestra de cómo el arte contemporáneo se enfrenta a la botánica'. Y en ese sentido aclaró que en la misma destacan los trabajos de Joan Fontcuberta y el de Alberto Baraya. Del primero la propia Olivares dice que es 'un trabajo esencial en la historia de la fotografía actual y una pieza clave en la posmodernidad', porque el artista catalán creó en la serie Herbarium una catalogación de un mundo vegetal que no existe. Sus fotos en blanco y negro recogen falsas plantas que él mismo elabora principalmente con materiales de desecho, con nombres inventados como rasputina ecléctica o erectus pseudospinosus.

'Hoy la mayor botánica que nos rodea es de plástico y de papel', dice Olivares en referencia a la ironía de Alberto Baraya con su Herbario de plantas artificiales, donde monta un estudio sistemático sobre la vegetación que decora la cotidianidad de las oficinas, los museos, peluquerías, restaurantes chinos, moda, vestíbulos de clínicas dentales Flores y plantas artificiales que viven junto a nosotros. El plástico industrial puede llegar a ser más verdadero que las plantas de verdad. Hay helechos, desmigados en partes con sus alambres, hojas de tela y venas de plástico.

'La mayor botánica que nos rodea es de plástico y de papel', dice Olivares

El recorrido se divide en dos bloques: artificio y realidad. Del último, los trabajos de Manel Armengol y Rafael Navarro son los más devotos de una visión sublime de la naturaleza, en blanco y negro, 'el color del silencio'. Juan Carlos Martínez, y su trabajo documental de los jardines a los que acuden las parejas para tener encuentros sexuales furtivos, sigue con mucho sentido del humor la idea de la vegetación como testigo de la vida humana. Papel higiénico, maleza pisada y camas vegetales en La Habana, Málaga o México. Por último, Olivares también selecciona la serie Verdes de Juan Urrios, en la que sintetiza en grandes primeros planos lo que parece ser la esencia de las plantas.

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