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"Buenas perspectivas" y "muchísimas ganas" en la primera Feria del Libro de Madrid libre de mascarillas y restricciones

"La temática de este año es el viaje, entendido en sentido amplio: viajamos cuando leemos, los libros viajan porque se traducen, se importan y exportan, los autores viajan o a veces se van de sus países para seguir escribiendo...", explica la directora del evento, Eva Orúe.

La primera jornada de la Feria de Madrid 2022, en el Parque El Retiro, situado en el centro de la capital
La primera jornada de la Feria de Madrid 2022, en el Parque El Retiro, situado en el centro de la capital. Cristina del Gallego Baraibar

El cielo azul y el buen tiempo dan la bienvenida a la primera Feria del Libro de Madrid después de la pandemia, sin control de aforo ni restricciones de ningún tipo. Pocas son las mascarillas que se pueden apreciar paseando entre las casetas situadas en el Paseo de Fernán Núñez, situado en el Parque El Retiro. 

Excursiones escolares, hombres y mujeres se arremolinan y charlan sonrientes mientras disfrutan de esta nueva edición para la que las perspectivas son muy buenas: "No quiero ni pensar en números, porque creo que la Feria nos puede dar muchas sorpresas. Pero sabemos las cifras del 19, 2.300.000 visitas, 550.000 publicaciones vendidas, 10 millones de facturación. Todos las tenemos en la cabeza porque la de 2019 fue la última feria normal y más pensando que la de este año es mucho más grande". Quien habla es Eva Orúe, la primera mujer en 80 años en dirigir la Feria del Libro de Madrid.

Nos recuerda que este año las casetas son 378, frente a las 361 habituales y, si hace tres años fueron 1.800 escritores los que vinieron a firmar, en 2022 se elevan hasta los 3.223. "No quiero ni pensarlo, la verdad. Con que salga bien, me conformo", asegura risueña.

"Entre semana vienen mogollón de coles, porque les gusta, les hacen hasta pruebas, ir pidiendo marcapáginas y cosas así... También los jubilados", nos explica Laura, que atiende a Público desde la caseta de la Librería Miraguano. Ella se moja y se muestra optimista: "Este año hay muy buenas perspectivas, porque hay muchísimas ganas en el ambiente". Recuerda a su antecesora en el mundo de las ferias literarias, la de Sant Jordi: "Tuvieron de todo los pobrecitos míos con el granizo... Pero la feria siempre va bien. Suena muy manido, pero es una fiesta, a todo el mundo le gusta, ese paseo de El Retiro es un lujo". 

Es viernes por la mañana y, si bien el primer día de la Feria siempre hay más movimiento, llama la atención ver a tanta gente sumergirse entre libros y casetas. "No suele ser la mañana más fuerte de la feria, ni mucho menos, y nos ha sorprendido, está funcionando bastante bien, esperemos que siga así", afirma Pablo, de la editorial Akal. Este año, se celebra su 50 aniversario y vienen con "muchas ganas": "Con todo abierto después de la pandemia, la perspectiva es muy alta. Señales de recuperación hay, que hacía falta y vamos en buena línea. Nosotros venimos de cumpleaños a celebrarlo con los lectores", asevera feliz.

Hojea el mundo es el lema de esta 81ª edición de la Feria del Libro de Madrid: "La temática de este año es el viaje, entendido en sentido amplio: viajamos cuando leemos, los libros viajan porque se traducen y se importan y se exportan, los autores viajan o a veces se van de sus países para seguir escribiendo... La lectura y el viajar tienen mucho que ver", explica Eva Orúe desde su modesta mesa de trabajo en El Retiro.

Hace ya dos años se paró el mundo, nos vimos obligados a encerrarnos en casa y, entre tanta tragedia, asomó una buena noticia: muchos nuevos lectores se reengancharon a la literatura.

"Tenemos un reto, que es intentar retener a todos los lectores que nos llegaron por una razón desafortunada y muy dolorosa. Es tarea de todos intentar -que no digo que no se entretengan con otras cosas ahora que hay más opciones, matiza-, pero sí que permanezcan", remarca la directora de este evento, quien nos cuenta que otra tarea pendiente para el futuro es "buscar una fórmula para que muchos que no tienen derecho, por decirlo de alguna forma, a entrar en la feria, puedan acceder". 

Llega el mediodía, toca irse a comer y las persianas de las casetas comienzan a cerrarse. Como por arte de magia, los visitantes se disipan. Una bolsa de papel se divisa entre los rezagados que se resisten a marcharse. Su voz tiene acento argentino. "De casualidad vimos la Feria del Libro de Madrid, porque íbamos a ver el Palacio de Cristal, pero es muy linda. La gente es muy amable, hay muchos libros...", narra este lector encantado con su hallazgo. "Nos quedamos con ganas de ver más porque no sabíamos que cerraba a las dos. Pero igual volvemos mañana. Repetiremos la experiencia". 

Se despide sereno, con un andar pausado, típico de quien encuentra placer entre casetas y libros. El silencio vuelve a El Retiro después de la fiesta de la lectura, que se retomará no solo durante la tarde, sino también durante otros 16 días más.

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