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Cantos de poesía y humor al amor

Natalia Castro

Una noche más las puertas de la Sala Galileo Galilei se abrieron para recibir a un público diferente que aprecia el intimismo y el sonido especial de la acústica de las salas pequeñas. Ayer esas personas acudieron para disfrutar con las letras de poesía de Marwan y el cantautor madrileño no defraudó.

Dos horas de emociones, de letras de discos antiguos que se intercalaban con pequeñas pinceladas de lo que será su próximo disco que, aunque está a las puertas del estudio de grabación, no verá la luz hasta el otoño que viene.

Una guitarra acústica, un violín en manos del virtuoso Marino y una voz de origen palestino que canta al amor y al desamor por igual, pero sin dejar atrás las raíces sociales de cantautores como Silvio Rodríguez o Ismael Serrano, sin duda dos influencias fuertes en la música de Marwan.

Como siempre que pisa la Galileo, pues es ya un viejo conocido del café teatro, lleno completo. Parece que su oferta de música de autor mezclada con 'monólogos humorísticos', en los que cuenta su vida y explica sus canciones, es una apuesta ganadora en el difícil panorama de la música española actual. Más aún para un cantautor.

Tras arrancar con Trapecista, Qué pasa y Mi paracaídas, las primeras canciones de su último disco, vinieron bromas y vivencias para hacer cómplices al público con recuerdos a las victorias del Barça, uno de los grandes amores de Marwan tras la música, e historias de novias antiguas que dejan diferentes sabores para el recuerdo.

Una prueba de su humor que originó carcajadas durante todo el recital es la respuesta que dio a los gritos de guapo que venían desde el foso. Pedía sinceridad y explicaba: 'lo bueno es que soy lo suficiente  feo como para saber que si triunfo lo hago por mí mismo'.

Ángeles, Meninos da Rua o Carita de tonto sonaron en la sala oyéndose más la voz de los espectadores que la del propio intérprete. Pero sin duda, uno de los momentos más cercanos del concierto se vivió cuando Marwan decidió despedirse dejando atrás el micrófono y bajando a cantar Adolescente entre la gente. Un recuerdo para todos los músicos que empezaron componiendo en la calle.

Marwan quiso compartir este concierto con dos invitados. Federico Woolf puso la nota latinoamericana al traer sus letras desde Uruguay y dejar en silencio a una sala expectante. El contrapunto vino de la mano de Ignacio Martín Lerma con un recital de poemas a la guitarra que sirvió para abrir el apetito ante la presentación en septiembre del nuevo libro de poesía de Marwan. Una aventura que comparte con un tercero en discordia,  el también cantautor Diego Ojeda.

Al terminar, Marwan con bolígrafo en la mano bajaba para firmar y agradecer todas las presencias en un concierto con canciones que se podían resumir con uno de los versos que se recitaron: 'Yo, tú, él, tú y él... yo'. El amor y el desamor.

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