"Carmen Balcells era una persona fuera de lo común. Ella era capaz de entenderse con Fidel Castro o con los reyes de España. Era una mujer sin prejuicios, podía admirar a la reina Letizia y a una guerrillera de las FARC", asegura la escritora Carme Riera, que se pasó buena parte del confinamiento más estricto de la covid "conviviendo" con Balcells, peso pesado de la literatura española.

"Escribir sobre ella era recordarla de forma absoluta 24 horas durante toda la primera pandemia", dice Riera, que empujada por la estima y el cariño hacia la que fue su agente literaria, pero también amiga, ha escrito Carmen Balcells, traficante de palabras, publicado en catalán por Rosa dels Vents y en castellano por Debate.

"Siempre hay cosas que te quedas para ti. Yo sé más cosas de las que he escrito, pero creo que el libro es bastante completo y las cosas que me quedo son íntimas", asegura Riera, que desde pequeña, por situaciones familiares complicadas aprendió a callar y mirar. Y quizás sí que se ha guardado cosas, sin embargo este volumen, extenso y exhaustivo, profundiza en la vida y trayectoria de la agente literaria que cambió las reglas del juego de los derechos de autor.

Una mujer genial y terrible a la vez

Para escribir Carmen Balcells, traficante de palabras, Riera ha tenido en cuenta una extensa bibliografía y un montón de testigos que han hablado de Balcells. Sin embargo Riera no sólo se hace eco de las voces que la elogian; también recoge lo que escribió Daniel Vázquez Sallés, hijo de Vázquez Montalbán, en Recuerdos sin retorno, donde hace un retrato despiadado de la agente literaria y asegura que fueron los escritores los primeros en mitificar a Balcells, a la que considera una mujer genial pero terrible.

En esta línea, Riera también recoge la opinión de Jorge Herralde, que la define como una mezcla entre Santa Claus y Orson Welles, o las consideraciones de Esther Tusquets. Temida por algunos y admirada por otros, los testimonios recogidos coinciden en subrayar que Balcells era una mujer de formas a menudo excesivas e incluso explosivas, pero sobre todo genial, "una hacedora de prodigios".

Nacida en el pequeño municipio leridano de Santa Fe de Sagarra en 1930, la formación de Balcells fue escasa, no tenía ni el bachillerato, y sin embargo levantó la agencia literaria más poderosa de España y se la considera el artífice del Boom. Riera explica que con sus modos de rey de Oriente, en el acomodado barrio barcelonés de Sarrià de los años 70, cobijó a Gabriel García Márquez y familia, a Vargas Llosa, a Cortázar... Entonces Barcelona era un hervidero de escritores que dejarían huella en la historia de literatura. Y en cierto modo, Balcells puso a Barcelona en el mapa literario mundial. Por todo ello, en opinión de Riera, Carmen Balcells era una persona fuera de lo común y podía relacionarse con todo tipo de gente, desde una guerrillera hasta la aristocracia. Y es por eso que la figura de Carmen Balcells traspasa las fronteras literarias, (incluso la incluyeron en un episodio de Cuéntame).

Lara y Balcells, la topada de dos cachalotes enormes

"Carmen es el ejemplo de una emprendedora nata, con una capacidad enorme y con una extraordinaria visión literaria. A mí, por ejemplo, En el último azul me lo explicó entero llorando. Si lloraba era que le gustaba", detalla Riera. Parece que Balcells lloraba bastante, tanto de alegría como de pena.

Y una de esas lloreras la presenció Carme Riera en el despacho del fundador de Planeta, cuando José Manuel Lara, en medio de una negociación de un contrato, como argumento para ganar le dijo a Balcells: "Lo que pasa es que tú no follas". Aquel encuentro ha quedado grabado en el recuerdo de Carme Riera y lo describe como "el choque de dos cachalotes enormes enfrascados en una lucha por plantar su bandera". Riera asegura que "Lara sabía muy bien lo que podía molestar a una persona, y la debilidad de Carmen era mucha".

Y aquí se plantea otro tema: el sobrepeso de la agente literaria más poderosa era objeto de comentarios y befas por parte de quienes se sentían excluidos de sus favores. Sobre la cuestión, Carme Riera lo tiene claro: "¿Si hubiera sido hombre le habrían hablado de los kilos? ¡Evidentemente que no!, nadie se hubiera fijado en los kilos. Pero ella los tenía a raya, se reía y aceptaba estos aspectos".

De esta luchadora infatigable por los derechos de autor y enganchada al esoterismo por influencia de García Márquez, Riera aprendió muchas cosas como "esa capacidad de sintonizar con la gente, la simpatía extraordinaria, la empatía, la generosidad, eso de si tienes un amigo o una amiga, ¡envíale unas flores!Después ella intentaba conjugar a los editores con los autores, por eso hacía las comidas y cenas tan agradables donde había opiniones de todo tipo".

Como apunta Riera en el apéndice de este libro imprescindible para entender mejor los mecanismos del mundo literario, a ningún agente del mundo se le han dedicado tantos libros como a Carmen Balcells, y es que Carme Riera no duda en afirmar que "Balcells fue el agente más importante del mundo en cuanto a las letras hispánicas en la segunda mitad del siglo XX y en los primeros años del XXI".