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Carmen Calvo, a Sánchez-Albornoz: "A escasos meses de exhumar a Franco, te necesitamos"

El Instituto Cervantes homenajea la figura de Nicolás Sánchez-Albornoz, primer director de la institución, con un coloquio en el que se ha puesto en valor su trayectoria de compromiso con la libertad, la lengua y la cultura española.

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, durante el acto de homenaje a Nicolás Sánchez-Albornoz.- EP

"Tu periplo debe ser una acicate para nosotros a la hora de afrontar una situación que no entendemos; la de ser la única democracia europea que tiene que soportar la ignominia de que Franco siga ahí como si aquí no hubiera ocurrido lo que ocurrió". Con estas palabras rendía tributo la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, al que fuera primer director del Instituto Cervantes, Nicolás Sánchez-Albornoz (Madrid, 1926).

Unas palabras que homenajeaban el compromiso con la libertad de Nicolás, pero que también dejaban caer la intención del Gobierno de enmendar dicha situación. "Se le necesita mucho ahora —remarcó Calvo— a escasos meses de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos", donde Sánchez-Albornoz fue condenado a cumplir 6 años de trabajos forzados durante la dictadura por su pertenencia a la Federación Universitaria Escolar.

El detonante fueron unas aventuradas pintadas —‘Lorca’, ‘Machado’, ‘Viva FUE’ y ‘¡Viva la Universidad libre!’—, el régimen no pudo aguantar semejante afrenta y procedió a procesar a dicho grupo de estudiantes. En 1948 consiguió escapar y se exilió primero en Argentina y después en Estados Unidos, hasta que pudo regresar a España tras la muerte de Franco. Aquel cautiverio y su huida hasta llegar a Francia fueron llevados al cine por el director Fernando Colomo en la película Los años bárbaros.

"Nicolás representa la huida de la dignidad a la libertad, la huida de la injusticia a la democracia, Nicolás representa la dignidad de esa España segura de sí misma, desde esta firmeza opera frente a quienes pretenden hacer ver que todo vale, solo desde la lealtad y el respeto podremos caminar juntos y distanciarnos de la negrura de la dictadura", zanjaba la vicepresidenta.

El acto tenía lugar apenas unas horas después de que Nicolás depositara —tal y como es tradición— su legado para el futuro en la Caja de las Letras. En concreto en la número 1.467, donde ha depositado la medalla correspondiente al sillón número 10 de la Academia de la Historia que ocupó su padre, Claudio Sánchez-Albornoz, el 28 de febrero de 1926 y de la que fue dado de baja el 10 de mayo de 1941 por orden del gobierno franquista.

"Nicolás personifica la dignidad de nuestro exilio", recordaba el actual director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. "Su legado es el de la certeza de que la nuestra es una lengua de diálogo frente al totalitarismo, este homenaje pretende reconocer su significación con la democracia, la lengua y la cultura española", añadía. 

Junto a Carmen Calvo y Montero se dieron cita también el director de cine Fernando Colomo; la historiadora y profesora de la Universidad Complutense Mirta Núñez, y su colega y profesora de la Universidad Carlos III Leandro Prados de la Escosura. Un debate-homenaje con el que Sánchez-Albornoz tuvo a bien bromear con la intención de quitarle enjundia al encuentro: "Ha habido tantos elogios que gracias a la sordera he oído la mitad"

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