Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) no quiere volver a la literatura política. 'Malas experiencias y reacciones inesperadas', señala. De ahí que su nueva novela, Tan cerca de la vida (Alfaguara), suponga una reflexión sobre la incomunicación en un mundo donde ha triunfado la inteligencia artificial. Y el lugar de la acción sólo podía ser Tokio.

He leído que la novela surgió de un viaje a Japón. ¿Le impactó el país?

Es la ciudad más occidental del mundo. Sólo hay edificios, grandes pantallas de plasma, pagas el metro con el teléfono Max [el protagonista] siente que está en un mundo donde todo parece normal, pero hay algo más atrás que él no llega a entender.

La incomunicación que sufre Max se nota sobre todo en el sexo.

Sí. Buscar sexo en Japón es como buscar sexo en Saturno. No son las mismas prohibiciones, ni las mismas permisividades. Puedes contratar a una mujer para hablar con ella. De una de ellas salió el personaje de Mai. Yo contraté a una para hablar en un bar y no hablábamos ningún idioma en común, pero ella logró comunicarse.

¿La historia revela un temor hacia una incomunicación y deshumanización debido a las tecnologías?

No sé si nos comunicamos menos, creo que nos comunicamos de otra manera. Y creo que el gran progreso tecnológico de los últimos años no fue ir a Pluton, sino comunicarnos con internet. Hoy en día lo que nos deshumaniza es el trabajo. Como Max, tú no eres un trabajador sino un producto más.

En la novela hay ecos de Orwell o RayBradbury. ¿Este mundo es la constatación del futuro que narraron estos escritores?

Me encantan estos escritores. Son escritores de ciencia ficción, pero esto no es ciencia ficción: Tokio es así. Lo que Orwell y otros describieron como ciencia ficción hoy es una crónica.

Sus novelas suelen ahondar en nuestros miedos. ¿Por qué?

Lo que les pasa a estos personajes es que el mundo se les derrumba. La mayor parte de la gente cree que es fácil discernir lo verdadero de lo falso, pero yo creo que cada vez es más complicado.

¿La literatura ayuda a esclarecer esta confusión?

La literatura refleja nuestros lados oscuros. Eso te ayuda a entender mucho mejor la realidad. Después de cada libro yo siento que he crecido.