Este artículo se publicó hace 15 años.
Una sobria adaptación
Arráncame la vida traduce fielmente la novela homónima de Ángeles Mastretta
Con un guión sólido, basado en la aguerrida novela de Ángeles Mastretta, Roberto Sneider dirige un drama histórico sustentado en el atractivo del México sucio y dominado por los caciques. El actor Daniel Giménez Cacho (le pudimos ver en La mala educación) borda aquí el papel del malicioso general Asensio, un militar corrupto (basado en el caudillo Gonzalo N. Santos) que enamora a la inocente y frágil Catalina (Ana Claudia Talancón). Aunque la historia de esta chica, que pasa de juguete masculino a luchar por su libertad, se atraganta a ratos, el filme gana enteros cuando surge el conflicto, representado en el personaje de Carlos Vives (José María de Tavira), el apuesto director musical que le abrirá los ojos. Los personajes carecen de las contradicciones que se muestran en el libro y el filme peca de culebrón refinado, pero refleja con nitidez la política despótica de los años treinta mexicanos. La novela homónima de Mastretta, publicada en 1985, vendió cuatro millones de ejemplares. La adaptación fílmica ha contado con uno de los presupuestos más altos del cine mexicano y ha batido récords de taquilla en ese país. Best seller por partida doble. La historia de una mujer en busca de la libertad en la Puebla machista funciona gracias a la acertada adaptación, fiel a la novela, a pesar de que evite partes no muy importantes de la trama pero sí características de la obra literaria.
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