Este artículo se publicó hace 12 años.
Collages para futuros creadores
La feria ARCO pone en marcha una iniciativa con el fin de que los niños se adentren en el universo del arte contemporáneo
Una sala y tres puntos de creación: una montaña central que crece con cada nueva manualidad; una pared adornada con chapas que explosionan deseos escritos sobre ellas; y otro muro libre para pintar, escribir y hacer los grafitis que a uno se le antoje. Es El mundo de los deseos, una instalación de arte contemporáneo, realizada por 120 niños y cuatro artistas, ayer durante ARCOmadrid en la iniciativa inédita ARCOKids.
"Se trataba de unir niños y artistas con dos fines: el arte y la ayuda social", explica Cristina Cuadrado, directora de la fundación Pequeño Deseo y promotora de la idea. "Contactamos con Carlos Urroz, que había colaborado mucho con nosotros, y luego con las cinco artistas que idearon el proyecto". Y resultó una jornada completa, dividida en cuatro sesiones de trabajo de dos horas cada una. Los niños crearon de la mano de los artistas. Y pasó a mirar público general, curiosos y coleccionistas, pero también artistas y galeristas. Y todos coincidieron en que era una idea excelente "porque no es un taller, sino la creación conjunta de una obra de arte. Y en este tipo de procesos aprendes cosas especiales que igual siendo un niño no percibes en el momento, pero que con el tiempo traduces y se te revelan como importantes", explicaba una de las artistas participantes, Lola Padín.
Gonzalo (14 años): "Se valora quién pinta mejor, pero la creatividad vale tanto como el talento"
Evitar al adultoLa clave fue evitar mostrarse como profesoras o directoras de taller, y aparecer más bien como maestras de ceremonia de un juego ilimitado: un niño corta un papel y se le sugiere un cartón, y de ahí un trozo de revista, y se suma una bola que da volumen, y, poco a poco el niño, en su entusiasmo, va descubriendo sólo el sentido de su creación. Y también el del arte. Isabel (11 años) contaba que habían hecho "un coche con cartones y una cara loca", y que ahora veía "el arte como algo muy libre". Su compañero de recortes, Pablo (11), aprendió que "es una manera de expresar los sentimientos".
Pero hubo incluso valoraciones críticas. Como la de Gonzalo (14): "Ahora en el arte se valora quién pinta mejor, pero aquí se demuestra que la creatividad vale tanto como el talento". Su primo, Bosco (14), apreció el valor del taller porque está "aprendiendo a dibujar y a hacer manualidades". Y también hubo quejas, de Álvaro (5): "Nadie quiere hacer un cohete conmigo". Pero, en seguida, le ayudaron.
"Aportan ideas increíbles porque están libres de prejuicios", dice la artista Pilar Cavestany
"Los niños aportan ideas increíbles porque están libres de prejuicios. Y su arte, como todo arte, es muy digno", decía otra de las artistas, Pilar Cavestany.
La también implicada Irene Prada recordaba cómo "Picasso decía que él nació pintando como un adulto y que toda la vida buscó pintar como un niño. Porque ellos tienen la expresión". "Yo tengo mucha experiencia trabajando con niños. Y si a un niño le das cuatro ideas, él te devuelve 50, altera tu trayectoria y te obliga a improvisar según te va guiando", añadió la cuarta artista en acción, Piedad Palacio.
Y durante todo el día, fue transformándose el material de reciclaje revistas viejas, cartones, cajas en lanchas de deseos, cajas de música, flores, retratos surrealistas y, por fin, cohetes a la luna Unos objetos que desde hoy están a la venta para recaudar fondos para la fundación, dedicada a ayuda a niños con enfermedades crónicas.
Obra vendidaAyer, antes de tiempo y por insistencia, ya se vendió la primera pieza: "Era un coleccionista finlandés que pagó 50 euros por unas flores que le tenemos que mandar a un lujoso hotel de Madrid", cuenta Cristina Cuadrado. Y hubo anécdotas también. Como la de Alberto de Juan, el director de la galería Max Estrella, que retiró durante unos segundos una obra de Eugenio Ampudia de un pedestal de su galería para colocar y fotografiar un ramo de flores de papel hecho por su hija Manuela (6 años) en ARCOkids: "Estoy seguro de que a él le va a encantar Ella y mi hijo Jorge [11 años] han disfrutado muchísimo en este espacio. De hecho, Manuela quiere ser artista, aunque yo preferiría que no porque ya tengo muchos en la galería", reía.
Y se iba apagando una jornada de creatividad en la que una tal Henar Bengalez dejó escrito en un post-it a la entrada de la instalación: "A veces, Madrid tenía lo mejor de Barcelona y París". No se sabe si se refería a la instalación o no.
Lo que sí quedó claro con esta nueva propuesta de la feria ARCO es que, "si una persona aprende arte desde pequeña, es decir, a mirar de una manera especial, a escuchar música o un cuento, se está abriendo a un mundo no materialista y con él va a entender mucho mejor lo que es la vida", señaló Lola Padín. "Al fin y al cabo somos seres creativos", concluyó.
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