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Colonialismo y progres

C.P.

También la lluvia. Icíar Bollaín

También la lluvia es la película más ambiciosa de Icíar Bollaín. Parte de la culpa la tiene su pareja y guionista de Ken Loach, Paul Laverty, que llevaba varios años escribiendo un guión sobre Colón para González Iñárritu. El proyecto cobró nuevos bríos cuando Laverty leyó La otra historia de Estados Unidos, ensayo de Howard Zinn en el que los perdedores y sus revueltas se convertían en los protagonistas de la historia.

Laverty decidió entonces que la figura de Colón se le quedaba pequeña: quería hablar sobre las resistencias históricas al expolio. Y urdió un paralelismo entre el colonialismo (la conquista) y el neocolonialismo (las multinacionales): el pegamento entre ambos fenómenos lo pondría un equipo de rodaje español que viaja a Bolivia a rodar un filme sobre Colón y se topa con la insurrección contra la privatización del agua que sacudió Cochabamba en el año 2000.

Bollaín resuelve el juego de espejos de un modo habilidoso y resultón durante buena parte del metraje. Por un lado, ciudadanos de Cochabamba interpretan a los indígenas conquistados por Colón y, en sus ratos libres, se manifiestan contra la venta del agua. Por el otro, el equipo de rodaje occidental, cargado de condescendencia y buenas intenciones, bascula entre acabar su filme progre sobre la conquista, huir a España o ayudar a los insurrectos.

Igualmente, También la lluvia se mueve entre la complejidad (tener conciencia política no basta para jugarse el tipo cuando llega la revolución, nos dice Bollaín) y el esquematismo (los subrayados y los tics melodramáticos lastran el previsible desenlace bienintencionado). Conclusión: Bollaín resuelve el dilema progresista que plantea el filme con una de cal y otra de arena.

1. La trama

Un cineasta (Sebastián) y un productor (Costa) viajan a Bolivia a rodar un filme sobre Cristóbal Colón y la conquista española de América. El rodaje salta por los aires cuando parte de los extras locales se implica en una revuelta contra la privatización del agua en la ciudad de Cochabamba.

2. Las estrellas

Sus protagonistas son dos pesos pesados: Luis Tosar, que interpreta a un productor sin escrúpulos, y Gael García Bernal, que se pone en la piel de un cineasta idealista. El peso dramático del filme se sostiene sobre la evolución de sus roles a medida que la trama se pone caliente.

3. El secundario

En el duelo entre Tosar y Bernal, se cuela un invitado sorpresa. Karra Elejalde, con un doble papel en la función: por un lado, interpreta a Antón, un actor de vuelta de todo que combina su afición a la botella con su gusto por los mordaces comentarios políticos. Elejalde también interpreta a Colón en el falso filme sobre la conquista. Su presencia da lustre al juego de espejos planteado por Bollaín y Laverty.

 

 

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