Este artículo se publicó hace 13 años.
La crisis toca los modelos digitales
Amazon y Netflix pierden ganancias y se desploman en Bolsa
El martes, Jeff Bezos, fundador y consejero delegado de la tienda online Amazon, anunció una caída del 73% de las ganancias de la empresa en el último trimestre con respecto a los resultados obtenidos el año pasado. Poco después, las acciones de la compañía bajaron un 17% en el índice bursátil Nasdaq. El mismo día, Netflix, firma norteamericana cuyo negocio consiste en la descarga y visualización online de películas (streaming), vio esfumarse más de un tercio de su valor en Wall Street tras perder 800.000 clientes en los últimos tres meses debido al aumento del precio de su abono. Un día negro para los nuevos modelos de comercio electrónico. ¿Ha llegado la crisis al mundo digital? ¿Está a punto de estallar la burbuja de este tipo de plataformas?
Francesco Sandulli, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense y director del informe e-España de la Fundación Orange, señala que antes de llegar a una conclusión hay que diferenciar ambos modelos de negocio, ya que mientras Amazon "es comercio electrónico puro y duro", Net-flix es un modelo de gestión de contenidos. Según el experto en e-commerce, la caída de la tienda "sí tiene que ver con la crisis y el consumo, que toca también al consumo online". No así la de Netflix, un modelo de negocio que "todavía no queda del todo claro. Es la eterna promesa. En EEUU, la gran estrella de este tipo de modelo es Pandora, pero aún no acaban de sacar todo el potencial que tienen, debido a un problema de percepción de precio y valor. Si el usuario sabe que puede conseguir algo por cero euros, ¿para qué va a pagar veinte?", añade Sandulli. Aunque Netflix tenía pensado llegar a España en enero, ayer anunció que retrasaba su expansión.
"Aún no está claro que el 'streaming' funcione", afirma un experto
No obstante, tanto Amazon como los gestores de contenido, Netflix y su versión para la música Spotify, han conseguido en los últimos años resultados económicos espectaculares. La primera ingresó hasta septiembre 30.646 millones de dólares, un 44% más que en los nueve primeros meses de 2010. La segunda suma ya 23,79 millones de usuarios en EEUU y sus ingresos llegan a los 822 millones de dólares. Por su parte, Spotify ha conseguido diez millones de usuarios en nueve países; de ellos, dos millones utilizan los servicios de pago. Desde su lanzamiento en 2009, la compañía ha pagado más de cien millones de euros a las discográficas.
"Si existe un modelo viable para las industrias culturales es este. En la era digital son los modelos adecuados. El problema es que estamos sufriendo una crisis global y que los gobiernos están recortando el poder adquisitivo de la clase media. Es un problema estructural", asegura Simona Levi, artista multidisciplinar y una de las organizadoras del Foro Cultura Libre que se celebra este viernes en Barcelona y en el cual se analizarán estos nuevos modelos.
A pesar de la crisis, Levi y Lutz Emmerich, country manager de Spotify España, defienden la viabilidad de estas compañías amparándose en los cambios de conducta que ha sufrido el usuario en los últimos años con la explosión de internet. "Se trata de un nuevo modo de consumir contenidos culturales. Ahora al usuario le importa el acceso, no la posesión de contenidos. No importa ser el dueño de los contenidos, sino tener el acceso en cualquier momento a través de cualquier dispositivo al mayor número de contenidos posibles", recalca Emmerich. Desde otro punto de vista, Sandulli recuerda que "el problema de estos modelos es que en la nube [streaming] también se hallan contenidos por los que no tienes que pagar".
Netflix anunció ayer que retrasaba su expansión en España
Precios demencialesEl debate también llega a la situación del comercio electrónico en España, un país con cifras mucho más bajas que EEUU, lo que puede ralentizar el despegue de las tiendas online, a pesar de que el año pasado aumentó un 17,4%, según el Observatorio Nacional de Telecomunicaciones. "Desde luego, en España es complicado, ya que todavía no ha habido una interiorización completa de las nuevas tecnologías. Ni en las personas ni en las empresas. Es un problema de concienciación", afirma Sandulli.
Para Simona Levi, más allá de la mentalidad y de la crisis, hay otras razones de peso: "Si Netflix no está en España es porque las entidades de gestión quieren vender las licencias a precios demenciales. No interesa que estos modelos se desarrollen", insiste.
Sandulli, por su parte, concluye con prudencia: "Antes o después alguien dará con la clave. Ahora habrá que ver qué dicta el mercado. Y la situación no ayuda".
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