Este artículo se publicó hace 14 años.
"El Dark side of the Moon de Pink Floyd es una sonata"
Luis Fernando Pérez. Pianista. En el segundo centenario del nacimiento de Chopin, este virtuoso madrileño ha publicado un disco de nocturnos del compositor polaco y lo presentará por todo el mundo
Cubre su piano de cola con una manta, como si quisiera que no coja frío. Luis Fernando Pérez lo mima porque este año le esperan más de medio centenar de recitales. "Si el año pasado fue loco, este ya ni te cuento", dice este madrileño de 33 años que paladea su reciente salto a la escena internacional. En el año del segundo centenario del nacimiento de Chopin, la discográfica francesa Mirare lo eligió para grabar dos álbumes del compositor polaco, todo un logro para un intérprete español. Durante 2010, dará la vuelta al mundo tocando los nocturnos de un "bicho raro", como él denomina a Chopin.
¿Qué diferencia que toque usteda Chopin de que lo haga otro?
La pregunta sería sobre todo qué diferencia que lo haga un español a que lo haga un extranjero. A los españoles nos tienen un poco vetado el repertorio tradicional, porque es para los muy, muy buenos. Y en España, como no hay una gran escuela, se piensa que no estamos al nivel.
¿Y a nivel artístico, qué le aporta a la interpretación?
Me he ceñido bastante a la partitura. El mensaje de Chopin es muy íntimo y está escrito de forma muy clara. Cada nota es una palabra, aunque no sepamos cuál es esa palabra. Uno tiene que imaginar y encontrar dentro de uno mismo qué es lo que quiere decir y hacer.
Grabar a Chopin, que sólo escribió piezas de piano, debe ser el culmen para un pianista, ¿no?
Sí, es un compositor único. Muy delicado, elegante, sofisticado. En su piano existe el drama más absoluto, la alegría más absoluta, la intimidad más absoluta todos los contrastes están ahí. Es una música muy exquisita que conviene cuidar: si te pasas puede quedar ñoña y cursi, pero al mismo tiempo tienes que interpretarla hasta el fondo. El límite en Chopin es muy delicado.
¿Qué le seduce de Chopin? ¿Su elegancia?
En el caso de los nocturnos, sí. Plasma la esencia de ese siglo XIX de salón desde el sentimiento de una persona introvertida y que no toca nada de cara a la galería. No era Listz, que es un gran genio, pero que podía tener un componente muy virtuoso para deslumbrar a la gente. Todo en Chopin tiene un sentido muy íntimo.
¿Qué le hace actual?
Es música romántica, que habla del amor, de sensaciones y sentimientos. Eso siempre está a la orden del día, sobre todo ahora, con la crisis amorosa que hay de parejas y matrimonios
¿Necesita conocer la biografía del autor para tocar mejor sus obras?
La biografía y donde se han compuesto las obras y en qué circunstancias. Yo lo hago con todos los compositores que toco. Sobre todo, para saber su espectro psicológico. Sabiendo cómo se encontraba puedes entender mejor por qué escribió lo que escribió en ese momento.
¿Puede llegar a fusionarse con un músico al que interpreta?
Es lo que intento. No soy erudito, no me interesan los datos, pero leo mucho para conocer al personaje, para saber quién era. En el caso de Albéniz, por ejemplo, tengo la sensación de conocerle perfectamente. Y me cae bien, me resulta simpático y es como un amigo.
¿Y cómo era Chopin?
Una persona elegante, sofisticada, íntima, muy de verdad, con un gran corazón. De hecho, cuando murió no había muchos fondos para pagar su tumba y finalmente la pagaron sus amigos. Era una persona entregada a los demás. Su música es muy íntima, pero es una intimidad que él regala.
La mayoría de los grandes músicos tuvieron vidas muy intensas. ¿Es necesario tener una vida fuerte para crear obras maestras?
Es necesario tener una vida plena. Para crear obras maestras o para no crearlas o para hacer lo que se haga. Si eres un arquitecto y has viajado mucho, pues vas a ser mejor arquitecto. Pues para ser compositor, no es lo mismo que hayas tenido un desengaño amoroso que no lo hayas tenido, por ejemplo. Si has tenido muchas experiencias intensas puedes hablarle a los demás de cosas que reconozcan o que incluso no reconozcan y les fascinen.
¿Qué ha aprendido grabando este disco de Chopin?
Me he descubierto a mí. Cuando he oído el resultado final he dicho: eres otro. Ahora estoy más sereno, más tranquilo, he descubierto otro yo.
Un día, escuchando música pop con un aficionado a la música clásica, este dijo: "Eso es Chopin". ¿Usted ve esa influencia?
Claro, mucho. Todos los grupos tienen influencia de cosas anteriores, es una cadena musical. Pink Floyd ha cogido de Bach, de Beethoven Dark Side of the Moon es una sonata: algo que empieza, tiene un de-sarrollo, un avance y un final. Es un todo, una obra maestra.
¿Escucha música pop?
Menos el heavy, me gusta de todo, desde lo horrorosamente comercial hasta cosas más elaboradas. Nadie esperaría que me guste el house, y me gusta. También el funky, el jazz, y cosas más pedorras como Madonna o Michael Jackson
¿Tiene Chopin un lado pop?
Es complicado encontrárselo. Chopin es un bicho raro dentro de la clásica. Tiene una personalidad muy concreta. Desarrolló una técnica de tocar el piano que no existía, creó un mundo aparte.
¿Qué piensa del público?
Es lo más importante, es el fin de todo. Yo soy intérprete: estudio y grabo para el público. No cambio mi manera de tocar para el público, pero toco para la audiencia.
Como pianista virtuoso, ¿no se siente a veces como un atleta?
Pues sí, porque para aguantar el chaparrón de conciertos y de viajes que tengo este año necesitaré mucha preparación. Para mí esto es una novedad. Y no me puedo quejar, porque parece que a mí no me pilla la crisis.
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