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Los discípulos del santo Morente

Miembros de Los Planetas y Lagartija Nick se juntan bajo el nombre de Los Evangelistas para rendir tributo a Enrique Morente en un disco que une el flamenco con el noise-rock, el pop y la psicodelia

 

JESÚS MIGUEL MARCOS

'Él sobre todo era muy rockero. Le gustaba más cantar el rock que el flamenco, pero claro, era cantaor flamenco él estaría superorgulloso de lo que han hecho'. Aurora Carbonell, la Pelota, viuda del desaparecido cantaor granadino, decía ayer por la tarde a Público que Enrique todavía le habla 'por el pinganillo'. Y lo que dice Enrique es que está 'superorgulloso' de un disco que se publicará el próximo 21 de febrero y que viene firmado por Los Evangelistas.

Se trata de la alianza de los dos grupos granadinos que le inyectaron a Morente el veneno del pop y el rock en la sangre: Los Planetas y Lagartija Nick. Dos bandas que se han encomendado al santo Morente y que están abriendo una nueva vía de expresión al flamenco desde posiciones lejanas al cante jondo: el noise rock y la psicodelia. 'Este disco está hecho desde la emoción y para la emoción. Empieza con solemnidad y termina con un mensaje de alegría. Intentas abarcarlo, pero tiene una mística que enseguida se te escapa. Es un poco como era Enrique en persona: cuando creías que ya lo tenías totalmente controlado, se escapaba', explicaba ayer Antonio Arias, cantante de Lagartija Nick.

Antonio Arias: 'Es una forma de expresar su inspiradora ausencia'

Tanto Arias como los tres miembros de Los Planetas que completan Los Evangelistas (el cantante Jota, el guitarrista Floren y el batería Erik Jiménez) llevaban años colaborando con Enrique Morente. Desde el catártico Omega, disco referencial de la conexión entre rock y flamenco que unió a Lagartija Nick y al cantaor en 1996, las vidas de unos y otros han quedado vinculadas más allá de encontrarse por las calles del Albaicín.

Cuando hace cinco años Los Planetas grabaron un puñado de canciones inspiradas en palos flamencos, no las enseñaron hasta que Morente acudió al estudio para darles su bendición. 'Nuestros dos últimos discos son una muestra de admiración por Enrique, están muy influenciados por él', revelaba ayer Jota a este periódico. 'Incluso planeamos montar un grupo de rock con él como cantante. Teníamos hasta nombre: Enrique Morente y los de la Chana', añadía el cantante de Lagartija Nick.

La muerte de Enrique Morente en diciembre de 2010 frustró estos proyectos, pero con el paso de los meses se fueron alumbrando otros. Entrado 2011, la organización del festival La Noche Blanca del Flamenco, de Córdoba, le pidió a Antonio Arias recuperar el espectáculo de Omega para rendir tributo a Morente. El músico, sin embargo, redobló la apuesta y le propuso a Los Planetas preparar un concierto haciendo versiones de temas clásicos del cantaor. Habían colaborado con él, pero nunca se habían atrevido a adentrarse en el territorio sagrado de sus creaciones. 'Después del concierto en Córdoba nos convencimos de que queríamos grabarlo. Fue una forma de expresar su inspiradora ausencia: acercarnos con respeto y libertad a su repertorio y teñirlo con nuestra aportación personal', recuerda Antonio Arias.

'Hay muchas canciones sobre la pérdida', avanza Jota

El álbum, que no tendrá título (sólo una mención: homenaje a enrique morente), se grabó en verano. La elección de canciones fue rápida: Jota y Antonio Arias son grandes conocedores de la obra de Morente y desde hace años tenían en mente unas cuantas piezas que encajarían en su personal puzzle de rock, ruido y psicodelia. 'Nos hemos centrado en las canciones que son más creación de Enrique, aquellas en las que muestra una evolución mas radical de los palos tradicionales. Hemos ido a por esas. Y luego las que más nos gustaban', sostiene Jota, y añade que 'la muerte de Enrique estaba todavía presente, por lo que hay muchas canciones sobre pérdida'.

Se centraron principalmente en tres álbumes de la transición entre los setenta y los ochenta: Despegando (1977), Sacromonte (1982) y Cruz y Luna (1983). 'Era como si un niño entrara a una tienda de caramelos', cuenta Antonio Arias. Son discos contemporáneos de La leyenda del tiempo, el álbum de Camarón de la Isla que abrió el flamenco a nuevos sonidos y nuevos públicos. Morente había bebido de ahí y también del disco de Veneno, el episodio de flamenco-rock narcotizante comandado por Kiko Veneno y los hermanos Amador. 'Era un repertorio muy goloso, pero al mismo tiempo trabajamos con mucho cuidado. Adaptamos las canciones en las que sintiéramos que podíamos aportar algo y siempre que saliera de forma muy natural', añade Arias.

'Aunque Enrique no esté, sigue habiendo una conexión', dice Aurora Carbonell

El disco se abre, sin embargo, con Gloria, del álbum Misa flamenca (1991). Según Arias, 'tenía muchas ganas de hacer esa canción, con esa inspiración mística. Incluso llegamos a pensar en ordenar las canciones como si fuera una misa'. Gloria establece las coordenadas en las que se va a mover el resto del álbum, que marca un nuevo hito en la carrera iniciada por Omega y continuada por Los Planetas en La leyenda del espacio (2007) y Una ópera egipcia (2010). Abre el tema una ráfaga de distorsión ensordecedora que va creciendo acompañada por un bajo solemne y una batería marcial, una catedral de ruido que recuerda a los dos últimos trabajos de Los Planetas, pero con otros cimientos: 'El sonido es más hi-fi, no tan underground como lo que solemos hacer nosotros. Las canciones pedían más solemnidad y por eso llamamos a Martin Glover, de Killing Joke, para que mezclara el disco', explica Jota.

El sonido trasciende el hermetismo del noise-rock, en el que Los Planetas son expertos tras horas y horas de experimentación en su estudio de Granada (El Refugio Antiaéreo), y se enriquece con dosificadas secciones de cuerdas y metales y leves arreglos electrónicos que limpian y elevan los temas. Los Evangelistas son el resultado expansivo de una línea de investigación que también procede de la experimentación de Los Pilotos (el grupo paralelo de Floren) y el pop marcial de los últimos Lagartija Nick.

Los momentos en que se escuchan las mayores aportaciones singulares de esta fábrica de flamenco, melodías y chirridos están en Delante de mi madre (que flota en una atmósfera industrial también cercana al rock de principios de los ochenta) y Yo, poeta decadente (el instante que más recuerda a Omega, como una chanson sideral y jonda). 'Me he dado cuenta del talento que tenía Enrique como compositor. Al meterte en sus canciones ves que hacía cosas muy complejas, que realmente estaba inmerso en su obra. Y eso te da mucho', confiesa el cantante de Los Planetas.

La familia Morente tuvo conocimiento del trabajo en todo momento. 'Vienen mucho por casa, son amigos. Enrique era muy amigo de ellos y han hecho una cosa muy bonita. Siempre hubo una unión entre ellos y ahora sigue habiéndola: aunque no esté Enrique, lo hacen de corazón y lo sienten', detallaba Aurora Carbonell. Además, la hija del cantaor Soleá es la voz principal en dos canciones y un cuadro de Aurora Carbonell es la portada del álbum, en el que también colabora Carmen Linares.

Todavía no se ha decidido si Los Evangelistas será un capítulo aislado o habrá más secuelas. Por ahora, van a dar varios conciertos, el primero el 1 de marzo en el Palau de la Música de Barcelona. El espíritu de Morente envuelto en ruido y distorsión. Seguro que el cantaor lo imaginó así.

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