“Las prendas recicladas incorporan el plus de tener una historia detrás, el valor de lo vivido”. Habla Juan López-Aranguren, miembro fundador de Basurama. “La ropa creada a partir de prendas ya usadas tiene varias ventajas, como que el diseño es personal y resulta muy accesible porque la gente se deshace de sus prendas con cierta regularidad. A nivel creativo, diseñar sobre una materia prima limitada”.

Los materiales que se usan en estas prendas proceden de residuos industriales, como fibras, gomas, retales o cartones, así como de ropa quealgunas ONGs reciben ensus contenedores. La visibilidad de estas prendas es limitada, ya que no suelen canalizarse en el mercado comercial. Su producción está condicionada por el número de actividades ideadas por el colectivo madrileño. El primer contacto de Basurama con el mundo textil reciclado fue en 2005, con la organización del taller Ropa vieja/ Ropa nueva, en el que durante una semana los participantes aprendieron patrones y trucos para customizar su ropa vieja.

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Un año más tarde, se llevó a cabo el proyecto Madrid te la pone, en la Casa Encendida. La iniciativa contó con el respaldo de La casita de Wendy y Rubén Gómez, quienes diseñaron algunos modelos que luego se exhibieron en un desfile con música en vivo. “El único inconveniente que presentan estas prendas es su comercialización, que resulta inviable económicamente”, comenta López-Aranguren.

La española PeSeta reutiliza telas usadas para fabricar artículos textiles que representan una mínima parte de su producción. “El fabricante se encuentra con un género muy amplio de materias primas, a costes mucho más baratos que los materiales nuevos”. ¿Algún inconveniente? “Pueden venderse bajo la etiqueta retro o vintage cuando no lo son”, concluye Sevilla.

Respecto a la pervivencia de esta moda, el portavoz de PeSeta pronostica que “tiene futuro, aunque no sustituirá el actual modelo imperante”.  Por ello, cree que esta moda tendrá un “éxito minoritario, similar al que encuentra el reciclaje en general”.