Minutos antes de que esta mañana se fallaran los premios de la Semana Negra de Gijón, la escritora Rosa Montero ha leído un manifiesto elaborado por varios escritores con el que pretenden mostrar su apoyo al festival en estos momentos de dudas sobre su continuidad. El texto, que también busca recabar firmas entre los autores, será presentado mañana a los cuatro grupos municipales que tienen previsto reunirse con los organizadores del encuentro literario. 

'Es de cajón [apoyar a la Semana Negra]. Cuando una cosa funciona en este país, tiene algún tipo de implicación cultural, y además se ha convertido en un motor para la ciudad, en vez de apoyarlo se piensa en acabar con él. Y eso es algo que nos llena de estupor, pena e indignación', ha contado poco después Montero a este periódico.

Después de la lectura del manifiesto se ha precedido al fallo de los premios. En esta ocasión, el Dashiell Hammett a la mejor novela negra de 2010 ha sido para el argentino Ricardo Piglia por Blanco Nocturno, novela con la que ya ha ganado el Premio Nacional de la Crítica y el Rómulo Gallegos. 'Es una gran novela desde el punto de vista literario. Tiene mucho de género negro, pero no es exclusivamente negra. A mí personalmente me ha gustado mucho su estructura narrativa y la sensación que te deja cuando la terminas', ha señalado a Público la presidenta del jurado Elia Barceló. Piglia no ha acudido a recogerlo, ya que no se encuentra en Gijón.

El resto de galardonados han sido Javier Calvo por Corona de Flores, premio Memorial Silveiro Cañadas a la mejor primera novela negra; Cruz Morcillo y Pablo Muñoz por La mafia rusa, que se han llevado el Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción; Juan Esteban Costaín, ganador del Espartaco por Calcio, mejor novela histórica; y Ismael Martínez Biurrun, premio Celsius a la mejor novela de ciencia-ficción por Mujer abrazada a un cuervo.