Este artículo se publicó hace 3 años.
Los espabiladosAlbert Espinosa: "Ningún niño acaba en un psiquiátrico si no es por culpa de un adulto estropeado"
El creador de Pulseras rojas regresa a la televisión con Los espabilados, una serie en la que sus protagonistas son chavales con problemas de salud mental.
María José Arias
Madrid-
Mickey, Yeray, Guada, Samuel y Lucas son los nombres de cinco chavales encerrados en un hospital psiquiátrico infantil. Con problemas diferentes y por distintas razones, todos han acabado allí medicados y deseosos de poder escapar para alcanzar la libertad de la que han sido privados. Se hacen llamar "los espabilados" y juntos huyen para dar forma a una historia creada por Albert Espinosa. El responsable de la exitosa Pulseras Rojas vuelve a usar su propia experiencia y lo que vivió y compartió con otros niños mientras estuvo ingresado para poner el foco sobre un tema tan complejo y poco abordado por la ficción como la salud mental en menores.
"Era un tema que me interesaba mucho porque cuando estuve enfermo de cáncer en la planta de arriba estaban los chicos que tenían problemas mentales y a mí me tenían fascinado. Se hacían llamar los espabilados, se escapaban y los buscaba un detective que contrataba el propio hospital", cuenta Espinosa en una conversación telefónica con Público. Todo eso está presente en la serie, donde los chavales logran burlar la seguridad del centro en el que trabaja Àlex Brendemühl, quien contrata a una especie de detective privado al que da vida Miki Esparbé.
Aunque han pasado diez años desde el estreno de su anterior trabajo televisivo y la novela en la que se basa, Lo que te diré cuando te vuelva a ver, se publicó en 2017, Los espabilados siempre fue la primera serie que Espinosa quiso hacer. "Siempre me pareció un tema mucho más interesante que el que vivía yo. Siempre quise que fuese mi primera serie. A partir de aquí, después de hacer Pulseras, pensé recuperar aquella idea que tanto me fascinaba de chavales por los que sus padres y sus madres firman para ingresarlos. Todos los hospitales psiquiátricos infantiles actualmente están llenos y con listas de espera. Me pareció un tema muy interesante. Siempre lo definía como una mezcla entre 24, la serie de televisión, y Alguien voló sobre el nido del cuco, que es una película que me tocó mucho", resume.
Con la pandemia se han escuchado voces alertando del aumento de ingresos en las plantas de psiquiatría de los hospitales de niños y adolescentes. Una problemática que existe, a la que no se le presta la suficiente atención y sobre la que pone el foco la serie. Ese paralelismo con la realidad no intencionado y las ansias de libertad de la población en general tras un año de pandemia pueden ser el enganche para atrapar al espectador, según Espinosa.
"La serie llega en un momento en el que creo que la gente se identificará mucho con ella porque pasa algo muy bonito, que sin quererlo hicimos una serie de unos chicos que llevan mucho tiempo encerrados y solo piensan en viajar, salir, conocer gente… y creo que es lo que estamos viviendo. Es bastante parecido. La gente está planeando viajes aún sin saber si los puede hacer y ver gente que no ve. Creo que esa parte tocará mucho", se atreve a aventurar. Y luego está esa otra parte más de conciencia social con la problemática que se plantea, "esa sensación de que han aumentado tanto los casos porque la gente ha perdido el contacto. Las situaciones nuevas, difíciles y que no tienen un fin claro acaban destrozándote realmente las fronteras del cerebro". Aún así, la apuesta de su creador es que "la gente lo cogerá por el primer camino, que se sentirá identificada con los espabilados porque tiene muchas ganas de poder salir, de poder viajar y de sentir que pueden escapar de esta realidad que quizá no les gusta".
Estos cinco niños, interpretados por Álvaro Requena, Marco Sanz, Sara Manzano, Aitor Valadés y Héctor Pérez, viven atrapados y condicionados por su salud mental. Sin embargo, y a pesar de la dureza de su realidad, Los espabilados intenta transmitir cierto positivismo empujada por el hecho de estar contada desde el punto de vista de los menores. En este sentido, Espinosa comenta que "hay un tono positivo, hay ternura dentro de la dureza (…). Era lo que me interesaba". Ese tono no sale de la nada. Según cuenta Espinosa, es el que él sitió cuando, ingresado de adolescente por un cáncer, conoció a esos ‘espabilados’ reales que tanto le fascinaron. "Era pequeños, se escapaban y nos contaban unas historias…, había una felicidad…", recuerda.
Una de las cosas que llama la atención tras ver los tres primeros episodios que se estrenan este viernes es el papel de los adultos, dibujados algunos como los "villanos" de la historia. Son carceleros y perseguidores de los niños. Sin embargo, y es algo que empieza a atisbarse en ese viaje en barco, Espinosa puntualiza que esa no es la idea de la serie. "Al revés, hay muchos adultos que aparecen que pertenecen a la propia familia que en la segunda parte les ayudan. También es un canto a la gente mayor, de más de 80 años, que les ayuda mucho. También son una parte de los olvidados de esta sociedad que me tiene muy fascinado porque han vivido tantos años, saben dónde están las piedras, como rodearlas", comenta su autor.
En resumen, hay adultos que les ponen trabas como la incomprensión y otros que les ayudan. Son parte de esa "búsqueda propia de la verdad" de cada chaval. Añade Espinosa que, al final, "todos estos chavales que acaban en hospitales y psiquiátricos infantiles intentan encontrar las razones por las que están allí. Yo creo que ningún niño acaba allí si no es por culpa de un adulto estropeado y realmente acaban encontrando su camino".
Esta primera temporada, compuesta de siete episodios de menos de media hora de duración cada uno de ellos, ya tiene una continuación escrita, aunque aún no ha recibido luz verde por parte de Movistar. De llegar a rodarse sería la última: "Yo soy de hacer pocas temporadas. Las series necesitan un tempo para explicar lo que quieres y yo en dos temporadas sé lo que quiero explicar. La segunda creo que complementa la parte que no hemos visto de la primera". En cuanto a la duración, la apuesta seguirá siendo de unos 25 minutos. Dice Espinosa que para él "es el formato ideal de serie porque te ahorras la tercera trama, que es la que pienso que al final en muchas series te aburre, pero la tienes que colocar para llegar a ese minutaje".
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