Este artículo se publicó hace 16 años.
"Este es un filme de guerrilla"
Entrevistamos a Augustin Legrand, codirector del documental 'Los Hijos de Don Quijote', que llega al festival tras 600.000 visitas en la web
¿Cuál es el origen del filme que presentan en Cannes, cuya primera difusión se hizo por Internet?
A finales de 2006, nadie, pero lo que se dice nadie, creía que íbamos a poder movilizar a los sin techo en una batalla política con un campamento de tiendas en pleno París, en el Canal Saint-Martin. O sea, que nosotros tres empezamos a filmear con una pequeña cámara de vídeo. Lo hacíamos porque nos dijimos que, así, si efectivamente fracasábamos, al menos quedaría el testimonio del combate para hacer frente a la propaganda. De esta manera hemos contado seis semanas de combate, aunque fuera sin resultados. El combate de cientos de ciudadanos que durmieron seis semanas con los sin techo, simplemente porque consideraban inaceptable que gente que vive al lado nuestro tenga una esperanza de vida de 45 años.
¿Por eso pusieron el filme, en una primera versión por Internet?
Sí. Al principio difundimos el documental simplemente por dailymotion , porque cuenta de alguna manera la receta de cocina de un combate, desde dentro. Mucha gente ignora que simplemente tres personas, con una cámara y 20 euros, pueden transformar un problema humano en combate político. Durante uno de nuestros actos, hubo gente de Barcelona que vino a preguntarnos: "¿Cómo lo habéis hecho?". En el filme se explica cómo lo hicimos. Aunque no todo está ganado, logramos devolver un rostro a los sin techo, arrancamos una Ley de Derecho Vinculante a la Vivienda y 80.000 nuevas viviendas sociales de urgencia. Aunque el poder ahora intenta escurrir esas obligaciones, eso es lo que logramos con la movilización de 400 personas sin techo, cientos de ciudadanos que convivieron con ellos y 600.000 personas que vieron la película por Internet. Ahora hemos elaborado un nuevo montaje, para hacerlo más fuerte, más convincente, a petición de la Semana de la Crítica de Cannes. Pero el origen era simplemente un filme de guerrilla, para contar la batalla desde dentro, y contrarrestar la propaganda.
¿De qué propagandistas habla, de los periodistas?
De alguna manera, sí. Los telediarios seguían presentando a los sin techo como los alcohólicos de siempre, uno de los cuales muere de frío en invierno obligándonos a apiadarnos unos minutos. En realidad, esas personas son el 1% de los sin techo, los que han naufragado por completo. Hoy uno de cada dos franceses piensa razonablemente que puede llegar un día a quedarse sin casa. Pese a eso, nadie se atrevía a mirar a la cara a los sin techo, a aceptar que son gente con una historia, gente que a menudo trabaja. Tras la movilización y el filme, ahora ese problema empieza a ser político. Hemos conseguido salir de la esquizofrenia. ¡Gracias a un campamento de unas semanas! Imagine lo que podemos conseguir si, tras Cannes, movilizamos a cientos de miles de personas.
El filme que presentan ustedes en Cannes 2008 empezó, en realidad, como una serie de secuencias cortas en un blog, antes de ser un documental por Internet.
Sí. En octubre de 2006, mi hermano, nuestro amigo Ronan y yo empezamos a filmear testimonios de sin techo y a colgarlos en un blog. Vimos que había muchas conexiones, pero no un gran movimiento. Ahí decidí filmear mi primer salto en cueros al agua helada del Canal Saint-Martin, explicando que lo hacía en solidaridad con los sin techo. La gente podía clicar y ofrecer una noche de su vida que compartir en una tienda de campaña con una persona privada de domicilio. Hubo 50 noches clicadas. Finalmente salté de un puente del Sena -15 metros de alto- y ahí empezó a haber cientos de clics, hasta llegar a 350. Fue el inicio de un movimiento curioso. Muchos de los 400 sin techo que acamparon en el Canal Saint-Martin el invierno de enero de 2007 pedían limosna por la mañana para vivir, y luego distribuían prospectos del movimiento Los Hijos de Don Quijote. Al final 14 ciudades se sumaron a la acción y pusimos contra las cuerdas al Gobierno de Chirac.
¿Cómo clasificaría este documento, como filme, como cine, web 2.0 o política?
Ya le he dicho que es un filme de guerrilla contra la propaganda que dejaba sin cara a los sin techo, explotándolos al mismo tiempo para una lágrima en el telediario. Al mismo tiempo, este filme es un arma. Todo el mundo puede dar una noche de su vida para convertir el problema de los sin techo en un problema político. Es una causa tan justa y tan necesaria que la verdad es que merece una noche de reflexión: Estar sin techo no es un asunto que implique sólo a unos marginales. Nos concierne a todos. Los Hijos de Don Quijote somos osteópatas. Sabemos dónde hay que apretar para mejorar ciertas cosas. Vamos a seguir apretando. Esto no es más que el primer acto.
Aparte de hijo de Don Quijote, usted es actor profesional. ¿Cuál es la cualidad cinematográfica principal de su documental?
Se inscribe en una lógica cuyo máximo exponente hoy es Ken Loach: dejar la huella de testimonios graves e historias marcantes, y hacerlo con una mirada de calidad, una mirada capaz de replicar a cada paso. De cara al montaje, hemos ido tratando las tomas como, en su momento, tratamos al ministro: golpe a golpe. Este filme es el aliento de ese golpe a golpe.
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