Público
Público

Estreno de 'La ruleta de la fortuna y fantasía' Ryûsuke Hamaguchi: "Estamos obligados a fantasear todos los días"

El cineasta japonés muestra en 'La ruleta de la fortuna y la fantasía' la inferioridad en que la sociedad pretende mantener a la mujer y retrata las relaciones de poder en las parejas. Gran Premio del Jurado en Berlín, la película, desde una aparente ligereza, construye un delicado universo de emociones profundas.

Ryûsuke Hamaguchi: 'Estamos obligados a fantasear todos los días'
Ryusuke Hamaguchi en el Festival de San Sebastian 1. (Foto Gari Garaialde)

"Representar la coincidencia es una manera de considerar lo excepcional como la esencia del mundo, en lugar de lo real". La sentencia es de Ryûsuke Hamaguchi, uno de los más destacados cineastas japoneses del siglo XXI que dedica su película La ruleta de la fortuna y la fantasía al azar y a la imaginación, y disecciona ambas desde la voz de la mujer. Gran Premio del Jurado en Berlín, la película es también un retrato de la posición real que la sociedad concede a las mujeres en las relaciones.

En medio de una premeditada atmósfera de ligereza, Hamaguchi construye un universo de emociones profundas y delicados sentimientos, al tiempo que fotografía a la clase media, con sus banalidades, incertidumbres y preocupaciones.

Dividida en tres historias diferentes, todas protagonizadas por mujeres, la película revela mucho más de lo que su aparencia augura. Un viaje en taxi en el que una modelo comprende que su mejor amiga está saliendo con su ex, una mujer y su maestro en la Universidad, y dos extrañas que fingen recordarse de la escuela para decir lo que no dijeron entonces. En estas historias surgen la inferioridad en que la sociedad quiere mantener a la mujer, la verdad de las relaciones de poder, la impunidad masculina dominante, los peligros de la intimidad…

En La ruleta de la fortuna y las fantasías están los referentes japoneses de Hamaguchi, pero se entrevén también perfectamente los occidentales. Confeso enamorado del cine de Cassavetes y Tarantino, considerado el discípulo aventajado de Éric Rohmer, admirador del maestro del melodrama Douglas Sirk, el cineasta ha conseguido una voz única, elegantísima, que solo unos meses después de esta película le llevó a conquistar el Premio al Mejor Guion en Cannes por Drive My Car adaptación del libro de Haruki Murakami. Ambas películas estuvieron presentes en el Festival de San Sebastián, donde el cineasta habló con Público.

Esta es una película sobre las coincidencias ¿qué es lo interesante de ellas en la vida?

Hay azar y coincidencias en la vida cotidiana y si te quieres escapar de esa vida cotidiana, tienes que aceptarlas para salir de ahí. Quería hablar de las coincidencias y de sus consecuencias. La primera historia es una especie de introducción al concepto de azar. La segunda presenta su lado oscuro. Y la tercera, lo contrario, con un final feliz que nos dice que la casualidad puede darnos momentos muy luminosos.

¿Y la fantasía?

La fantasía y la imaginación acompañan a la coincidencia. Cuando hay una coincidencia, pensamos en la cadena de acontecimientos y nos abrimos a un mundo de qué pasaría si. Ahí es donde entra la imaginación. Estamos obligados a fantasear todos los días. Pensar en coincidencias me había hecho pensar en la capacidad de uno para imaginar las cosas.

Ryûsuke Hamaguchi: 'Estamos obligados a fantasear todos los días'
Ryusuke Hamaguchi en el Festival de San Sebastian. (Foto Gari Garaialde)

Ante sus películas de metraje largo, ¿por qué decidió esta estructura de tres historias cortas?

La ruleta de la fortuna y la fantasía está construida con historias cortas porque en ellas puedo arriesgar más. En un largometraje, si arriesgas y fallas, tropiezas del todo. Y en esta película yo quería introducir algo más experimental y arriesgar para conseguirlo. Y pensé que si funcionaba podría luego aplicarlo a Drive My Car.

La palabra es fundamental en estos relatos…

La palabra es un elemento muy importante y en este caso de una manera especial, porque el guion comenzó con los diálogos y luego fui entendiendo cómo eran los personajes. Creo que así se deben construir las historias. Pensaba, como cineasta, que el punto débil en el cine eran los diálogos, pero no es verdad. Los actores y el público entienden mucho mejor si hay palabras, por eso en esta película es el eje principal.

Ryûsuke Hamaguchi: 'Estamos obligados a fantasear todos los días'
Una secuencia de la segunda historia. (Caramel Films)

¿Palabras para historias de incomunicación?

Sí, porque muchas veces las personas se comunican de una manera muy superficial, nada profunda. Y la película refleja eso, la falta de comunicación interna y profunda.

Todo lo que pretende con la película lo podría haber contado con personajes masculinos, ¿por qué apostó por la voz de la mujer?

Me gusta crear personajes femeninos, ya lo hice antes en Happy Hour, donde las protagonistas eran cuatro mujeres y exponía sus puntos de vista y sus dudas. Entonces hice un estudio de opiniones de las mujeres y entendí al mínimo detalle sus puntos de vista. Entonces me di cuenta de que era capaz de tratar la figura de la mujer.

¿Eso le llevó a reflejar la discriminación que existe o era uno de sus objetivos?

En este mundo, cuando un hombre decide actuar, no tiene barreras sociales, cuando una mujer de clase media decide actuar, a menudo sí las tiene. Quería retratar los sentimientos de la mujer desde ahí y a partir de ahí llegué al problema social que es una realidad.

¿Cree que las relaciones de poder dominan la vida de muchas parejas?

Sí, por eso en la película está ese sentido del poder, que alguien te de una instrucción y tú tengas que obedecer. En esos casos se considera que amor es igual a interés. En el caso de los hombres, ya tienen la aprobación por parte de la sociedad a sus relaciones interesadas, pero un ama de casa no tiene la aprobación por parte de nadie, por eso no se siente realizada dentro de su vida cotidiana.

Ryûsuke Hamaguchi: 'Estamos obligados a fantasear todos los días'
Las dos protagonistas de la tercera historia. (Caramel Films)

Aunque no sea su intención, ¿la película contiene una reivindicación de liberar a la mujer?

Quizás sí, aunque para mí lo importante es separar lo general de lo individual, intento plasmar en mis películas a cada individuo, no tanto los temas sociales. No intento influir en los cambios sociales, sino entender por qué actuamos de este modo. Por supuesto, estoy a favor de la libertad de cada individuo y de la igualdad de género, pero no intento reflejar mi filosofía a través de los personajes, porque ellos son individuos por sí mismos. Los personajes tienen que dar hits al público.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?