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"Sólo somos estúpidos"

Mick Jagger. Además de rock star', produce un documental sobre la grabación en 1971 del disco Exile on Main St'

GONZALO DE PEDRO AMATRIA

Let's rock!!! Que se quiten los autores, que escondan a las actrices, desplieguen la alfombra roja, refuercen el vallado y pongan en marcha las máquinas de humo: llegan las guitarras. This is Rock and Roll. La Quincena de Realizadores, convertida este año en refugio de películas pequeñas y autores debutantes y desconocidos, mutó ayer por unas horas en la antesala de un concierto masivo, sacudida por la llegada de Mick Jagger, en Cannes para presentar Stones in Exile, el documental sobre la grabación del mítico álbum Exile on Main St (1972).

El circo que generan las estrellas del rock convirtió la apacible sala de la Quincena y sus alrededores en un guirigay de periodistas, público, fotógrafos, y señoras despistadas que aspiraban a conseguir una butaca con su abono de jubilada. A la tradicional jerarquía de castas que el Festival de Cannes impone en sus acreditaciones (blancas, rosas, amarillas, azules, rojas, negras, de mercado, de festival, de comprador, de vendedor, de aficionado...), se le sumaron ayer las invitaciones exclusivas para el primer pase de la película, tras el que tuvo lugar la rueda de prensa (por ser generoso) de la última estrella viva de los orígenes del rock.

Jagger hizo su aparición con la sala a rebosar y media hora de retraso: sonrisa descomunal, americana gris azul, vaqueros negros, y unas resplandecientes zapatillas Nike-Air que brillaban en la oscuridad.

Frédéric Boyer, nuevo director de la Quincena de Realizadores, hizo las funciones de telonero de la gran estrellay echó mano de su biografía personal para introducir el gran evento social y mediático, que no cinematográfico, de su programa: 'En 1971 yo era un jovenzuelo recién llegado a Inglaterra, y allí me encontré con dos grupos que me presionaban cada uno en una dirección: unos querían que comprara She's a Lady, de Tom Jones, y otro Brown Sugar, de los Rolling Stones. Es evidente cuál de los dos me compré, y por qué me convertí en un chico malo. Hoy, muchos años después, Exile on Main St sigue siendo uno de los discos que más escucho, y me sigue pareciendo uno de los álbumes más rugosos, esenciales de la historia del rock'.

Jagger, productor ejecutivo de la película, subió al escenario acompañado del director, Stephen Kijak, y el resto de productores, y se metió al público (periodistas serios momentáneamente reconvertidos en fans adolescentes) con una estrategia tan vieja como efectiva: hablar en francés (macarrónico) y ofrecer el único titular de la tarde: 'Stones in Exile retrata un momento, en 1971, en que los Stones éramos jóvenes, guapos y estúpidos. Ahora sólo somos estúpidos'.

Jagger, que llevaba el discurso convenientemente escrito en una hoja arrugada y que él mismo tradujo del francés al inglés, quiso poner en contexto el momento en que grabaron el que sería considerado después como uno de sus mejores discos: 'Nixon estaba en la Casa Blanca, la Guerra de Vietnam estaba en pleno apogeo, y Eddy Merckx ganaba su tercer Tour de Francia (acotación: aplauso generalizado en una audiencia de tendencia más bien chovinista). Pero nosotros no nos enterábamos de nada de esto, y tampoco aparece en la película'.

Kijak, el director, añadió a los agradecimientos de rigor un breve comentario antes de la proyección: 'Cuando los Stones estaban grabando este disco, yo estaba celebrando mi primer cumpleaños'. Fundido a negro y elipsis.

Tras la película, el momento más esperado: la rueda de prensa. Cuarenta y cinco minutos, un cara a cara multitudinario con Jagger al que sólo se podía acceder con invitación previa, reducidos a 20 decepcionantes minutos. La alfombra roja no perdona. Jagger, que al contrario que la presentación, no llevaba escritas las respuestas a las preguntas de los periodistas, explicó algunos detalles de un documental cuya gran virtud reside en el archivo al que ha tenido acceso: los materiales inéditos de Dominique Tarlé, el fotógrafo que fue a pasar una tarde a la casa que Keith Richards tenía en la Costa Azul francesa y terminó por quedarse seis meses.

'Al contrario que con otras películas, en las que sólo salen señores sentados en sillas hablando a cámara, en este podemos ver, y casi vivir, cómo fueron aquellos meses, sentir el espíritu de la época', explicó Jagger.'Descubrir todas estas grabaciones y fotografías ha sido como asomarse a un álbum de fotografías. Y nos ocurría lo mismo que con un álbum familiar: empezamos a ver fotos y decíamos: ¿quién es este niño rubio de melena larga que sale en tantas fotos?

El documental Exile on Main St retrata los meses que los Rolling Stones pasaron en Francia, en el verano de 1971, huyendo de la Hacienda británica, y el espíritu libre y familiar que se respiraba en la casa, convertida en improvisado estudio de grabación y donde el trabajo se superponía a la vida, las drogas corrían en sacos, los niños participaban en las grabaciones y aparecían desconocidos que se quedaban a vivir semanas enteras.

Antes de terminar la rueda de prensa, un periodista preguntó a Mick Jagger por Film Socialisme, la película que Jean-Luc Godard acaba de presentar en Cannes: 'No la he visto, pero puedo decir que One plus One (la película que rodó sobre los Stones) me gustó mucho... aunque no sería capaz de explicar sobre qué trataba'. Risas. Y fin.

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