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El fotógrafo no camina solo

Veinte colectivos de fotografía de Europa y América Latina se reúnen en Madrid para debatir sobre las claves del auge del trabajo en grupo

SARA BRITO

Los días 19 y 20 de diciembre de 2001 fueron días terribles para Argentina. El país estaba patas arriba, el presidente Fernando de la Rúa huía por el aire y la gente caminaba por las calles hacia la Casa Rosada, protestando a pleno pulmón por la vergüenza del corralito. En plena avenida 9 de Mayo, arteria principal de Buenos Aires, se encontraron, subidos a sendos postes de luz, Nicolás Pousthomis y Sebastián Hacher, cada cual, cámara en mano, fotografiando. Hacher había entrado poco antes a un comercio de los cientos que se saquearon aquellos días en la ciudad, y se había hecho con su primera cámara, en plena urgencia por capturar imágenes de su país frente al colapso.

Aquel momento quedó como el mito fundacional de la Cooperativa Sub, uno de los 20 colectivos fotográficos de Europa y Latinoamérica que se reunirán a partir del jueves en Madrid en el encuentro E.C.O., organizado por el Ministerio de Cultura en la Antigua Fábrica de Tabacos, para intercambiar visiones sobre un sistema de organización en auge, que supone también una forma de mirar un mundo saturado de imágenes.

Plantean otra forma de mirar un mundo saturado de imágenes

La Cooperativa Sub, que se define como 'un grupo de rock con cámaras', no firma sus fotos individualmente. La idea la tomaron de otro colectivo que conocieron en un encuentro que tuvo lugar en São Paulo, en 2008. Era el brasileño Cia de Foto, donde 'cada idea es compartida, cada tema es discutido y cada fotografía es el resultado de un consenso creativo', matizan sus miembros. 'Cia de Foto firma como un grupo, celebrando una forma de vida construida por su relación con la fotografía', remarcan. Cuando el jurado de los premios Pirelli les concedió su máximo galardón, los de Cia de Foto decidieron rechazarlo porque les obligaban a decir quién era el autor de la imagen. Y por ahí no.

'En el primer encuentro que organicé en Brasil había 10 colectivos, y nueve firmaban individualmente sus fotos. En E.C.O. hay 20 y la ecuación se ha invertido, ahora hay unos 12 de ellos que deciden firmar en grupo', reconoce Claudi Carreras, comisario de E.C.O., que lleva años haciendo un barrido de estos grupos sobre el terreno.

Además del caso francés, donde el trabajo en grupo camina desde hace años, la mayoría de los colectivos nacieron después del año 2000. 'En Latinoamérica se inclinan más por la fotografía que documenta las urgencias de su entorno, mientras que en Europa se tiende a una vuelta de tuerca conceptual', afirma el comisario.

'Buscar el disparo perfecto no es el objetivo final', dice uno de ellos

Para Gisela Volà, de la Cooperativa Sub, el asunto del colectivo tiene que ver con una búsqueda generacional. 'Con los fotógrafos nuevos, empezaron a surgir utensilios, así que armar tu organización era un camino lógico. Para qué voy a pretender que una agencia me contrate si tengo algo propio. Tenemos las herramientas, nosotros nos inventamos los medios', apunta.

En cambio, Carreras, estima que 'hay gente de todas las edades. Creo que es más bien una respuesta a la crisis de los medios'. 'Los colectivos son tan antiguos como el fotoclub, sólo que ahora, por la necesidad de visibilidad, se está cuestionando el papel del gurú, frente al del equipo', añade. Para Pascal Amier, del francés Tendance Floue, uno de los más veteranos, 'el asunto responde a una moda. Se llama colectivo a casi todo'.

¿Qué lo diferencia de la clásica agencia, como Magnum? 'El colectivo tiene un atisbo de trabajo compartido. Los criterios de edición y la forma de acercarse a los proyectos suelen ser conjuntos', responde Carreras.

Juan Valbuena, de los españoles Nophoto, ahonda en las diferencias: 'Cuando nos constituimos en 2004, miramos a colectivos con una historia larga como Tendance Floue, que tiene la estructura de las agencias de prensa. El mercado ha cambiado y nosotros estamos más vinculados a proyectos. Hacemos fotografía documental, pero también trabajos más artísticos. Nos definimos como una oficina de arquitectos'. En realidad, los hay de todo tipo. Como los venezolanos Organización Nelson Garrido, que es, ante todo, una escuela en torno a la que se reúnen un número variable de fotógrafos .

De cualquier forma, todos parecen estar de acuerdo en que, como sostiene el colectivo francés Tendance Floue, 'buscar el disparo perfecto no es el objetivo final. Es donde todo empieza'. Y mejor si ese camino no se hace en solitario.

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