Desde que Los Brincos trataran de desembarcar en el Reino Unido con sus capas castellanas y Los Bravos escalasen hasta lo más alto de las listas internacionales -en ambos casos, se dice, con canciones grabadas en realidad por extranjeros mercenarios-, al pop español le cuesta hacerse notar en el mercado anglosajón. Que no es el único, pero sí el más potente del mundo y, a la vez, el trampolín al resto de mercados domésticos del resto de países.

La música más racial sí encuentra acomodo en la etiqueta de 'músicas del mundo', y ahí está el indudable éxito internacional de Ojos de Brujo o Amparanoia para demostrarlo. Otros mercados, como el francés o el italiano, han acogido con agrado a Mecano, a Luz Casal o incluso a Ska-P y The Sunday Drivers.

Sin embargo, en el mundo del pop independiente, el techo de cristal es más bien una pared que parece imposible de traspasar. Desde las islas británicas nos llegan cada poco tiempo nuevos nombres procedentes de Suecia, Francia o Islandia, países que parecen tener ya una puerta abierta para que sus artistas muestren su trabajo a nivel internacional desde la cuna del pop. Pero, como sugería con poco tacto el Financial Times hace un mes, los cerdos no vuelan y esa puerta parece cerrada para artistas procedentes de España y del resto de países con los que compartimos pocilga (Portugal, Italia y Grecia).

En fin, sería por falta de arrojo o complejo de inferioridad, pero parece que esos tiempos pueden pasar a mejor vida. Igual que el Liverpool de Benítez se nutre de jugadores ibéricos para ganar partidos, artistas surgidos del fangoso subsuelo musical español engrosan la lista de fichajes más recientes de algunos sellos internacionales.

Es el nombre más conocido gracias a una fulgurante carrera que ha disparado el interés en todo el mundo. Hace menos de un año se autoeditó el disco Alegranza y en cuestión de meses se hablaban maravillas de él y de su contagiosa mezcla de tropicalismo y psicodelia. Ha tenido ofertas de sellos como Domino (Franz Ferdinand, Arctic Monkeys) o Sub Pop (cuna de Nirvana), pero finalmente ha sido la todopoderosa discográfica XL Recordings (una de las mayores independientes del planeta, con nombres como Radiohead, Moby, The Prodigy o The White Stripes en su
haber), a través de su subsello Young Turks, quien lo ha contratado. El disco se reedita ahora con sonido mejorado: hoy sale a la venta en Reino Unido y el resto del mundo, y el 21 de octubre en Estados Unidos. A continuación, El Guincho girará por Gran Bretaña y Estados Unidos junto a, entre otros, Vampire Weekend, otra de las revelaciones del año.

Procedentes de Zarautz pero con residencia en Barcelona, acaban de remezclar a los ingleses Mistery Jets y antes hicieron lo propio con los franceses The Teenagers, cuyo hedonista remix ha editado precisamente XL. Este invierno publicarán nueva referencia en el sello francés Fool House. Esta discográfica se estrenó el 4 de octubre con una fiesta en París, tras tres años de agitar la vida nocturna de medio mundo conectado a sus novedades a través del famoso blog Fluokids. Delorean ya tenía una cierta presencia en Francia gracias a los esfuerzos de la discográfica barcelonesa BCore, pero ahora su disco saldrá allí directamente con distribución internacional y repercusión global.

Ya han editado alguna referencia en el sello neoyorquino Simple Social Graces Discos (como Delorean, Les Aus y Campamento Ñec Ñec), pero están a punto de saltar varios peldaños con su fichaje por el londinense Alt Delete, cobijo de New Young Pony Club, uno de los grandes exponentes de la nu rave. Les conocieron tras varias giras por el Reino Unido y van a editarles su próximo disco en 2009. Para que se hagan una idea de la repercusión, en el primer volumen aparecían Shitdisco, Cut Copy o Crystal Castles. Además, todo apunta a que el nuevo disco de Grabba Grabba Tape aparecerá también en Estados Unidos a través del sello 5RC (Xiu Xiu, Deerhoof).