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Una historia a golpe de buenos sentimientos

David Foenkinos llega a España con la premiada novela de amor 'La delicadeza'

PAULA CORROTO

La joven Nathalie acaba de perder a su marido en un atropello. Destrozada, poco a poco intenta reconstruir su vida sin mucho éxito. Hasta que Markus, un compañero de trabajo, entra en escena. Y entonces sucede la magia: la capacidad para volver a amar y ser feliz existe. Y no pertenece sólo a Hollywood.

Con este sencillo argumento, la novela La delicadeza (Seix Barral), de David Foenkinos (París, 1974), se convirtió desde su publicación en Francia, en 2009, en la joya de la crítica gala y en el último gran best seller. Su éxito se unió, además, al de otras novelas francesas que también exploraban los buenos sentimientos, el amor y la recuperación emocional, como El consuelo, de Anna Gavalda, o La elegancia del erizo, de Muriel Barbery.

'Hay una necesidad de lentitud, defrenar las cosas'

'¿Necesitamos las novelas felices? No lo sé. Quizá estamos en un tiempo tan siniestro, con la crisis y políticos que abusan de camareras, que la gente se siente bien con estas novelas', explica Foenkinos en un hotel madrileño. 'Pero lo que sí que creo es que hay una necesidad de lentitud, de frenar las cosas y de no ir por la vida con la sensación de estar continuamente haciendo las maletas', añade.

En su novela, el tempo lento del enamoramiento se adereza con elementos nostálgicos que también provocan la sonrisa en el lector. David Foenkinos introduce una estética muy setentera alude a la infancia de la protagonista en la que reinan los caramelos Pez y las canciones de las películas de François Truffaut. 'Yo soy muy nostálgico, pero no en el sentido melancólico, sino en ese que te produce alegría. También hay una necesidad en la gente por volver a los recuerdos más dulces con el fin de borrar la relación agria que tienen ahora con las cosas', comenta el escritor.

Foenkinos aleja su novela del tono azucarado de las novelas del italiano Federico Moccia al introducir a los personajes 'en el entorno más deprimente posible, que no es otro que el laboral', dice el autor. Como ha subrayado el escritor Frederic Beigbeder, 'esta novela también habla sobre el trabajo', sobre un escenario en el que se crean bandos y se trazan estrategias, a veces malsanas. 'Una empresa es como un país en estado de sitio, pero aun así, puedes enamorarte. El decorado no es importante para el amor', matiza Foenkinos.

'Sí, hay momentos cursis, pero es que también existen en la vida'

El único peligro que acerca esta novela al abismo de lo relamido es su final. Para el escritor, no supone ningún problema: 'También hay momentos cursis en la vida. De todas formas, he intentado compensarlos con una estructura en la que aparece hasta una receta de espárragos. Me gusta tener una relación lúdica con la literatura. Y si no te gusta la historia, puedes quedarte con la receta', explica socarrón.

El éxito de la novela ha provocado que Foenkinos la haya adaptado él mismo al cine. La película se estrenará en diciembre con Audrey Tautou como protagonista. Y sí, será muy parisina y muy Truffaut. 'El paseo bajo la Torre Eiffel es ineludible', zanja el escritor.

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