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"Sin la II Guerra Mundial no conoceríamos a Salinger"

Kenneth Slawenski aporta la biografía más reveladora del autor norteamericano

PAULA CORROTO

La II Guerra Mundial cambió la vida del escritor norteamericano Jerome David Salinger (1919-2010). Con 25 años participó en el desembarco de Normandía. El famoso día D. Un cruento intercambio de balas que puso al autor de El guardián entre el centeno frente a la muerte. Aquellas sangrientas escenas trocaron también la mente de Salinger: en esa pesadilla nació el escritor espiritual, el autor que revolucionó la literatura norteamericana en los años cincuenta, y el mito.

'Antes de la II Guerra Mundial, los textos de Salinger eran muy comerciales. Sin embargo, después de la guerra sus obras empezaron a cuestionar el significado de la vida. Fue como si sus experiencias durante la guerra hubieran abierto su alma y esta le hubiera mostrado el camino para escribir. Desde luego, sin la guerra nunca hubiéramos conocido a Salinger', explica a Público Kenneth Slawenski, autor de J. D. Salinger. Una vida oculta (Galaxia Gutenberg), una biografía que nos descubre los aspectos más humanos particularmente las experiencias bélicas del escritor.

Es la obra que más se centra en las experiencias bélicas del escritor

En esta obra, Slawenski, que ha trabajado durante siete años a través de los textos y cartas del escritor, empieza con la historia de un Salinger todavía joven que envía sus relatos a las revistas norteamericanas Story y The Saturday Evening Post. Su gran misión es publicar.

Este ansia de idolatría cambió con el estallido de la II Guerra Mundial. Los horrores le mostraron que un conflicto bélico no tenía nada de glorioso. En su relato, Last day of the last furlough, Salinger escribió: 'Es un deber moral de todos los hombres que han luchado y que lucharán en esta guerra mantener la boca cerrada () Es hora de reconocer que los muertos murieron en vano'. El escritor jamás volvió a mencionar el conflicto.

'Antes del conflicto, sus relatos eran más comerciales y menos profundos'

El fin de la guerra y su regreso a Nueva York supusieron una nueva etapa. En 1946 empezó a estudiar budismo zen y misticismo católico en una escuela muy cercana a su casa de Park Avenue. También cobró fuerza su convicción de que su trabajo era un ejercicio espiritual, lo que quedó explícito con la aparición del relato Para Esmé, con amor y sordidez en 1950. Publicado en la prestigiosa revista The New Yorker, era un homenaje a los fallecidos en la guerra. En él ofrecía 'una lección sobre el poder del amor para superar el sufrimiento', que entusiasmó a los lectores.

La publicación de El guardían entre el centeno en 1951 lanzó de forma definitiva a Salinger. 'El libro representa el deseo de Salinger de salvaguardar la inocencia del niño antes de perderla al llegar al periodo adulto', revela Slawenski. La herida de los combates seguía abierta. Pero el autor no quiso participar en la promoción. 'Salinger veía su trabajo como algo sagrado. Pensaba que los editores y la prensa contaminaban su arte. Para él eran unos falsarios', explica el biógrafo.

Este argumento es el que mejor explica por qué dejó de publicar en 1965, aunque Slawenski tampoco tiene una respuesta clara: 'La vida de Salinger está llena de contradicciones, como si tuviera varias personalidades'.

Salinger falleció en enero de 2010. Desde entonces los rumores sobre sus inéditos no han cesado. 'Y espero leerlos algún día. No hay ninguna razón para creer otra cosa', zanja su biógrafo.

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