El círculo se cierra. La Riviera acoge este sábado el último concierto de La vida es fuego Tour, que se inició precisamente el pasado 23 de abril en otra sala madrileña, el Teatro Barceló. Durante los conciertos bajo techo y en los festivales de verano, Ilegales estuvo acompañada por Willy Vijande, que sustituyó al bajista Alejandro Espina, fallecido en marzo. Espina ya había integrado la formación en los ochenta, cuando se formó el grupo, uno de los iconos del rock español.

“Culmina la gira más difícil de la ya larga historia ilegal. Llega el momento de restañar heridas y comenzar una nueva etapa”, ha escrito en su web el grupo, embarcado en la banda sonora de Mi vida entre las hormigas. Un avance del documental sobre el combo liderado por Jorge Martínez ya ha sido proyectado en el Festival Internacional de Cine de Gijón, aunque todavía faltan unos flecos para terminar la versión definitiva, que llegará a las pantallas la próxima primavera.

Ilegales volvieron a la carretera tras el paréntesis que supuso Jorge Ilegal y Los Magníficos, un grupo en el que los asturianos interpretaban boleros, guarachas o chachachás. La experiencia vintage terminó hace dos años, cuando publicaron La vida es fuego, que protagoniza la gira que termina este sábado. Pese al repentino fallecimiento de Espina, que dejó a los miembros “desolados” porque era una persona “imprescindible” para ellos, según afirmaron en un comunicado, la banda ha conseguido reponerse y, a partir del lunes, comenzará a trabajar en nuevos temas para su próximo disco.