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El 'indie' patrio se reivindica en Madrid ante la baja de Sam Smith

El heredero masculino del desgarro melódico de Adele no pudo actuar por problemas en su garganta. Izal, Supersubmarina y L.A. entre otros, hicieron vibrar al público del Dcode

L.A. ocuparon el espacio dejado por Sam Smith ante más de 20.000 personas. EFE/Víctor Lerena

JAVIER HERRERO (EFE)

MADRID.- Un bombazo en la línea de flotación, así ha caído la baja repentina de Sam Smith, gran reclamo del programa, en la edición de 2015 del festival madrileño DCODE, el cual ha salido a flote pese al embate gracias a la siempre poderosa Armada Invencible española y a otro buque insignia llamado Suede.

La jornada no podía presentarse mejor en las horas previas, cuando se anunciaba que no quedaba disponible ni una sola de las 26.000 entradas puestas a la venta, un éxito posible gracias a un cartel fundamentalmente nacional y británico, con muchos viejos conocidos de valía probada y un talento vocal muy sólido por descubrir.


Se trataba de Sam Smith, heredero masculino del desgarro melódico y romántico de Adele y una apuesta que además ayudaba a ponerle al cartel incertidumbre y algo de sal (o azúcar) en forma de sofisticado toque comercial, con cuatro premios Grammy en reconocimiento a su disco "In the lonely hour".

Pero se cayó. A las cuatro de la tarde llegó a la organización la confirmación de que el artista, en Madrid y con la garganta muy resentida según certificado médico, no podría actuar.

"He estado deseando actuar en España desde hace mucho tiempo, pero me he levantado esta mañana sintiéndome terrible y me han diagnosticado una grave infección en las vías respiratorias que me impide actuar", afirmaba el cantante en su comunicado.

No hay mal que por bien no venga y su espacio en horario estelar lo ha terminado ocupando una referencia española a tener muy en cuenta, L.A., con un directo siempre impecable y unas canciones que han ayudado a divisar el final del verano con el toque californiano y crepuscular de su último álbum, "From the city to the ocean side".

Previamente ya habían ayudado a remover las aguas The Vaccines, que repetían en DCODE, esta vez con un tercer disco que ha recibido grandes críticas, "English graffiti", y con un repertorio ágil y con pegada muy bien equilibrado respecto a sus dos anteriores álbumes, contenedores de los clásicos más vibrantes, véase, "Wreckin' bar (ra ra ra)", "Teenage icon", "I always knew" o "If you wanna".

Empieza a convertirse en un lugar común, pero no por ello menos cierto, y los españoles Supersubmarina e Izal han redemostrado su capacidad para movilizar público y levantar un festival por sí solos si hace falta. Fueron los andaluces precisamente los que el pasado lunes presentaron el Festival de la mano de Heineken en su campaña Live Access conviertiendo el mítico cine Capitol de la Gran Vía de Madrid en un escenario improvisado.

Eso sí, después de un verano repleto de festivales en el que sendas bandas se han convertido en una referencia inevitable y constante, se agradece sobremanera la aparición sobre el escenario de veteranos menos habituales como Suede para seguir agitando al respetable desde otras latitudes.

Al frente, un Brett Anderson en estado de gracia, para el que no pasa el tiempo pese a estar a punto de cumplir los 48 años, impoluto todo de negro, con camisa y pantalón bien ceñidos, luciendo figurín y plantándose sobre las tablas casi con chulería castiza, algo de manierismo "glam" y elegancia a raudales.

El nivel de entrega y energía de su concierto ha sido para ensalzar, sin apenas un respiro. Ya desde el principio han dejado sonar algunos clásicos como "Trash" o "Animal nitrate", no han faltado temas nuevos, como "Pale snow", que formará parte de su nuevo álbum, y al final han soltado la artillería pesada con "The beautiful ones" y "She's in fashion".

Pero este DCODE ha dado para mucho más, sobre todo música, porque en esta quinta edición los conciertos han comenzado por la mañana, con la mezcla de folk y grunge de Wolf Alice como principal aliciente, mientras que la tarde ha comenzado siendo cosa de la mexicana Natalia Lafourcade y los españoles Neuman.

De reprochar solo cabría cierta falta de riesgo, que cabezas de cartel como Foals y Crystal Fighters hayan sido escogidos para el final de la jornada, más allá de las cuatro de la mañana, o que hayan cedido al "hype" de las españolas Hinds, que pese a colarse en el cartel de Glastonbury 2015, aquí han ofrecido un show bastante verde en detrimento de otros con más oficio.

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