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'Justo antes de Cristo' La legión romana vuelve en forma de comedia: "Cuanto peor lo pasa el protagonista, más divertido es todo"

Movistar+ estrena hoy la primera temporada de ‘Justo antes de Cristo’, serie creada por Pepón Montero y Juan Maidagán protagonizada por Julián López en el papel de un patricio que no da una a derechas. Borja Cobeaga, que dirige la mitad de la temporada, nos cuenta cómo es esta serie.

Una de las escenas de 'Justo antes de Cristo'

María José Arias

En el año 31 a. de C., un patricio llamado Manio Sempronio (Julián López) se ve obligado a alistarse en la legión romana para recuperar para su familia el honor que él mismo ha mancillado tras haberse convertido en asesino por error y haberse negado a suicidarse para limpiar su nombre. Sin más remedio que unirse a los solados romanos en Tracia, Manio hace su petate y se lleva consigo a su criado Agorastocles (Xosé Touriñán), un tipo mucho más resolutivo y con más don de gentes que su amo. En el campamento se encuentran con una cuadrilla de personajes encabezados por un general apocado, Valerio (César Sarachu), al que mangonea su hija Valeria (Cecilia Freire).

Es la historia de un tipo al que todo le sale mal y que vive con el peso sobre sus espaldas

Y así, en el marco disparatado de un campamento en el que los que valen son las mujeres y los esclavos y los de más arriba están ahí por derecho de nacimiento y no por méritos, es dónde transcurre la acción de Justo antes de Cristo, nueva comedia de Movistar+ creada por Pepón Montero y Juan Maidagán compuesta por 12 episodios separados en dos temporadas. La que hoy se estrena es la primera, con la mitad de los capítulos. Algunos de ellos (3, 4 y 5) dirigidos por un Borja Cobeaga que ha hablado con Público sobre cómo ve él esta comedia de enredos que no deja de ser la historia de un tipo al que todo le sale mal y que vive con el peso sobre sus espaldas de ser hijo de un gran hombre -a su padre le apodaban nada más y nada menos que El Magnífico- y la sensación de no estar nunca a la altura de las circunstancias.

La época en la que transcurre invita a hacer comparaciones con La vida de Brian, aunque el tono puede que sea más cercano al trabajo de Berlanga. Pero más allá de las posibles referencias y comparaciones, Cobeaga la describe como una zarzuela. “Porque las zarzuelas siempre tienen comedia, tienen un poco folletín, de culebrón, algo de aventuras… Sobre todo también porque a la zarzuela se la llama el género chico porque al final es una historia un poco antiépica”, argumenta el responsables de algunas de las comedias cinematográficas más exitosas de los últimos años.

Cobeaga la describe como una zarzuela. “Porque las zarzuelas siempre tienen comedia"

Que la aventura de Manio y su búsqueda de un lugar en el mundo transcurra en una época como la romana le da un plus de diversión al asunto. “Los creadores querían hacer algo en la época de los romanos, que siempre está relacionada con la épica, y que fuese algo cero épico (…) Los protagonistas están más preocupados de comer bien y de escaquearse”, explica Cobeaga, quien reconoce que lo de buscar referentes viene más a posteriori y que él señalaría los trabajos de Berlanga o a esas comedias italianas “con muchos personajes con gente hablando todo el rato”. Lo de escurrir el bulto y dejar la guerra (o lo que sea) para otro momento es recurrente y tiene que ver con que, como apunta Cobeaga, “el gran tema de la serie es la pereza”.

En Justo antes de Cristo la llegada de Manio al campamento desencadena una serie de acontecimientos que desembocan en una guerra por la más absurda de las razones. Y en ese ambiente prebélico en el que acción hay más bien poca -alguna que otra carrera y poco más-, lo que en realidad se está contando es la tragedia de su protagonista y de quienes les rodean.

“Me identifico mucho con la serie porque yo también he hecho mucha comedia de sufrimiento", destaca Cobeaga

La gracia aquí está en ver sufrir al personaje. Es parte de la filosofía de Cobeaga y lo que le animó a dirigir un guion que no es suyo: “Me identifico mucho con la serie porque yo también he hecho mucha comedia de sufrimiento. De que si el protagonista lo pasa mal el público se va a reír. Cuanto peor lo pasa, más divertido es todo”. Al final, todo ese sufrimiento y cada decisión que se toma es para hacérselo pasar bien al espectador. “Si te preguntas el porqué de algo de la serie, por qué está hecho así o de esta manera, es porque así es más gracioso y ese era el objetivo, más gracioso y más entretenido”.

Una de las cosas que llama la atención al ver los cuatro primeros capítulos antes de su estreno hoy es la manera de introducir la presencia de personajes femeninos en un territorio profundamente masculino como es un campamento de la legión romana. No era fácil, pero el resultado es tan fluido como desternillante. La preocupación de los creadores, según Cobeaga, era el cómo hacerlo. La solución fue no ajustarse al arquetipo que cualquiera podría esperar. En especial en el caso del personaje de Valeria, al que da vida Cecilia Freire, quien para el director combina muy bien el ser “una mujer muy resuelta y muy decidida, pero también resuelta para mal porque se carga a gente a la mínima. Es muy activa, pero no siempre para bien”.

Una de las cosas que llama la atención es la manera de introducir la presencia de personajes femeninos en un territorio profundamente masculino

A medida que avanza la historia se va descubriendo su lado más ambicioso y la importancia de su papel en toda la trama. “Era ella la que tenía aspiraciones y ambiciones. Pero, por otro lado, la obligan a casarse todo el rato con gente que es insoportable. Pues esa frustración de Valeria la veo más interesante que si hubiese sido el personaje típico de una mujer sensata. De repente todos locos y ella sensata, va un poco más allá y eso me gustó de los guiones, porque al final acabas haciendo en la comedia moderna, y yo lo he hecho muchas veces, algo superbásico. Como quieres marcar un personaje femenino fuerte, él es un desastre y ella, sensata. Pero aquí creo que tiene un punto más allá”, señala Cobeaga.

'Justo antes de Cristo'.

'Justo antes de Cristo'.

En una historia donde todo, desde el vestuario realista a cada palabra del guion está puesto al servicio de hacer reír al espectador, el resultado que se consigue es una comedia disparatada plagada de situaciones absurdas en la que sus protagonistas se ven abocados a ir de una metedura de pata a otra. Y lo peor de todo para Manio, el personaje principal, es que se da cuenta de su incompetencia y sufre por ello. Otros son más felices en viviendo en la inopia. El hecho de que el atrezzo y la caracterización estén tan cuidados y tomados en serio hace que el efecto cómico sea aún mayor.

“Creo que ese contraste para el espectador de ver una serie que sin volumen parecería un drama pero que si le pones el volumen es una comedia está buscado y en gran medida espero que esté conseguido. Pero es verdad que muchas veces asocias la comedia a una cosa más de cartón piedra, más barata y todo eso y claro, es verdad que cuanto más serio es todo más gracioso es en el fondo”, sentencia Cobeaga, quien dice que lo más curioso del rodaje ha sido tener que enfrentarse a los exteriores. Como aquel día que tuvieron que rodar en una cueva en Guadalajara en la que olía tanto “a mierda de murciélago que no se podía respirar” o cuando se grabaron a cinco grados bajo cero en un bosque de Segovia con los actores en túnica y sandalias.

Nuevos tiempos para la comedia

Justo antes de Cristo es una serie de producción propia de Movistar, como antes lo fueron VergüenzaMira lo que has hecho y Arde MadridUn tipo de comedia que, como Vota Juanno es la que el público español está acostumbrado a ver en el panorama nacional y mucho menos en las cadenas en abierto.

La irrupción de las plataformas en el mercado del contenido de ficción en España ha abierto la puerta a un tipo de historias que hasta ahora no tenían hueco. Para Cobeaga, que lleva años dedicado al género, “las plataformas son un refugio para un tipo de humor diferente”. Explica que al final en cine hay cierta tendencia, a la que reconoce que ha contribuido, en la que “se acaban pareciendo mucho todas y las comedias de las televisiones generalistas siempre tiran por el enredo familiar”. Sin embargo, estas series apuestan por otro tipo de planteamientos estéticos, de temas y de tomarse las cosas en serio, dice, que no se esperan en una generalista aunque se notan aires de cambio. Un “efecto ping-pong”, como lo define él.

Una escena de 'Justo antes de Cristo'

Una escena de 'Justo antes de Cristo'

"Si haces una comedia que no hace reír, es caerte de un piso 20, eso sí que es duro”, asegura Cobeaga

Aunque también reconoce que arriesgar en comedia es más difícil que en otros géneros. “Si haces un thriller que no entretiene, pues a lo mejor es una leche que te das. Pero si haces una comedia que no hace reír, es caerte de un piso 20, eso sí que es duro”, resume. Eso sí, como tantos otros que se dedican a la difícil tarea de hace reír al público, tiene más que asumido que los premios no es algo que les vayan a llover por muy bueno que sea su trabajo. Algo que no deja de ser curioso porque, como él mismo señala, a la hora de la verdad “si uno piensa en las mejores películas del cine español salen comedias. Te sale una de Berlanga o una de Trueba o de Cuerda. Y lo mismo pasa con las series. Al final acabas recordando más las comedias de Mercero”.

Sin embargo, la percepción general es que hacer comedia es más fácil, cuando no es verdad. “En realidad, escribir una comedia, por muy cutre que creas que es, resulta complicadísimo. Escribir la comedia más de chichinabo es muy complicado”. Lo dice alguien que ha escrito algunas de la mejores recientes.

Los límites del humor en tiempos de Twitter

A la complicación de escribir comedia y hacerlo bien se ha unido ese juicio público, y tuitero, al que se somete últimamente al humor. Para alguien que trabaja en ello, el problema va más allá del enfado de unos cuantos (o muchos) en redes sociales. La preocupación es otra. “Creo que el problema, más que que te hagan un linchamiento en Twitter, más que te critiquen o eso, es el problema legal. En el sentido de que mucha gente puede hacer chistes que han estado denunciados por la Fiscalía, que han tenido una multa o que incluso han ido a juicio y todo eso. Es lo que me parece preocupante”, señala.

La crítica es algo que se asume en la profesión, “no vas a gustar a todo el mundo”, continúa, “y tienes que estar dispuesto a capear el temporal. Es más jodido estar dispuesto a capear una condena. Ahí sí que me parece un tema demencial (…) Lo otro hay que asumirlo, tú estás trabajando de cara al público y críticas y machaques e insultos ha habido siempre. La diferencia es que antes te tiraban tomates y verduras en un escenario y ahora a lo mejor te tuitean insultos. La parte legal es lo que me parece más jodido en el año 2019”.

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