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Diane Wei Liang: "Las palabras son algo peligroso en China"

En ‘Mariposas para los muertos’, la escritora china recuerda la crisis de Tiananmen y evoca la situación actual de su país

PAULA CORROTO

La segunda jornada del Hay Festival se tornó reivindicativa. Eso sí, con una mirada puesta en el pasado. Concretamente en dos acontecimientos estudiantiles que marcaron las últimas décadas del siglo XX: Mayo del 68 y las manifestaciones de la plaza Tiananmen del 4 de junio de 1989. La escritora china Diane Wei Liang (Pekín, 1966) fue la encargada de evocar este suceso, ya que ella conoció en persona el infierno que supuso aquella noche. Buena parte de sus recuerdos aparecen en su último libro, Mariposas para los muertos (Siruela), que como en el anterior superventas, El ojo de jade, tiene a la detective Mei Wang como protagonista.

En sus libros policiacos siempre muestra el contraste entre la China actual y la de Mao. ¿Dónde está ahora esta última?  

China ahora mismo tiene dos caras. Por un lado está la que sale en los periódicos, y que es la del consumo, la del boom económico… la que el Gobierno quiere mostrar, ya que los medios están controlados por el Gobierno. Por otro lado, está la China privada, que es la sociedad real, con gente apasionada, generosa. Esa es la que intento traer a mis libros. En el fondo, los chinos se diferencian poco de los europeos.

¿Fueron los Juegos Olímpicos un decorado de China?

Fueron un escenario, un acto maravilloso, donde los chinos, y no solo el Gobierno, intentaron mostrar al mundo lo mejor de sí mismos. Pero lo que se vio en los Juegos no se identifica al cien por cien con lo que es China. Es ese país donde si vas a comprar leche para tu bebé puede que esté contaminada. Eso es lo que debe preocuparnos.

¿Cómo es posible que en un país que pretende abrirse siga la censura? Sus libros están censurados…

Sí, mis libros están censurados, lo que ilustra cómo es realmente China. Creo que lo de la literatura es algo muy concreto. En China se han hecho muchos avances, pero en el terreno del arte y la literatura no, porque los Gobiernos siempre han considerado las palabras como algo peligroso. Demuestran que la gente puede pensar, y eso a los gobiernos no les gusta. Es una pena, porque en China hay una literatura de calidad que no solo deberían conocer los occidentales, sino también los propios chinos.

Pero imagino que habrá grupos que estén luchando contra todo esto...

Cuando yo vivía en China y estudiaba en la universidad hace 20 años ya intentábamos conseguir los libros prohibidos… Actualmente hay pequeños héroes locales que viajan y se mueven protestando por todo esto, por la polución, etc. El problema es que no están organizados… Creo que el mejor avance por la libertad en los últimos años se ha dado en el periodismo. Ahora hay muchos periodistas que se atreven a denunciar casos como la de la leche contaminada.

El libro refleja qué pasó en la plaza Tiananmen. ¿Cómo recuerda China lo sucedido?

China no lo recuerda. No puedes encontrar nada sobre Tiannanmen ni en Internet ni en los libros ni en nada. Los periódicos nunca hablan de eso. Ahora bien, en privado sí se habla. Tiananmen fue muy importante, ya que fue la primera vez que se habló en China de democracia y libertad. La gente de a pie no tenía ni idea de lo que era aquello hasta entonces. Pero lo más importante es que Tiananmen influyó psicológicamente en toda una generación, que es la que ahora ocupa el poder, ya que son los estudiantes de entonces. Eso ha posibilitado que China se abra poco a poco.

Y usted, ¿cómo lo recuerda?

Tiananmen es el mejor y el peor recuerdo de mi vida. Fue una rebelión contra lo establecido, quizá un poco naif, pero excitante. Y a la vez fue muy triste porque enseguida las esperanzas que teníamos en que las cosas cambiasen, se vinieron abajo. Fue un momento en el que también sentí que había cambiado mi vida.

Usted se fue a Londres. ¿Se siente una exiliada?

No, porque tuve la libertad para elegir dónde quería vivir. Y yo tengo la oportunidad de ir a China todos los años. Soy bastante optimista ante su futuro.

¿Ahora no sería necesario un segundo Tiananmen?

No lo sé. En tiempos de crisis uno no sabe qué va a pasar.

¿La sociedad china se divide entre revolucionarios y antirrevolucionarios?

No, no del todo. Hay una gran ambigüedad. De alguna manera, el secreto de China es que nunca está dividida.

¿Se ven los chinos como la próxima superpotencia mundial de la que tanto habla Occidente?

No. Los chinos son un pueblo muy cauto y precavido, y poco consciente de su posición en el mundo. Eso de la superpotencia es una visión completamente occidental.

China aún guarda el adjetivo de comunista, pero con todos los cambios... ¿dónde está el comunismo en la actualidad?

En ninguna parte. En el mundo no hay individuos más capitalistas que los chinos. Son un pueblo de comerciantes, de hacer dinero, con una mentalidad individualista, aunque hay un control férreo por parte del Gobierno. Eso es China: un país capitalista controlado por el Gobierno.

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