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Londres se vuelca con el medio siglo de películas de 007

Dos exposiciones en la capital británica rinden homanaje a James Bond, que este año volverá a las pantallas de cine con Skyfall

DAVID BOLLERO

Definitivamente, 2012 es el año de James Bond o, para ser más precisos, sus 50 años desde que se proyectara la primera película inspirada en el personaje creado por Ian Fleming. Una fecha muy señalada que la productora de la saga, los Metro-Goldwyn-Mayer Studios Inc celebran con especial satisfacción considerando que hace menos de dos años que se declaró en suspensión de pagos, si bien es cierto que siempre tuvo claro que la franquicia Bond era demasiado valiosa para detenerla.

Este año, no sólo se estrenará a finales de año Skyfall, la nueva cinta protagonizada por Daniel Craig junto a Javier Bardem como malo de excepción, sino que durante la apertura de los Juegos Olímpicos se espera que la Reina Isabel II nombre Caballero del Imperio Británico al insigne agente secreto británico. A fin de cuentas, el espectáculo de inauguración corre a cargo de Danny Boyle, el director de Skyfall.

En este contexto, no sorprende que Londres se haya volcado con este aniversario y dos de sus museos organicen exposiciones únicas con las que deleitar a los fans del agente secreto más universal. Así, el Centro Barbican de Londres arrancó ayer y hasta el próximo septiembre la exposición Diseñando 007, todo un recorrido por la filmografía de James Bond desde su primera película Dr. No en 1962 a Skyfall. Tienen cabida en el Barbican desde sofisticados coches o secuencias de los largometrajes a diversas piezas de vestuario, escenografía, todo tipo de accesorios y efectos especiales desplegados, tanto por el propio espía como por sus enemigos a lo largo de las 23 películas con que cuenta la franquicia.

Así, con la música de John Barry de fondo, el visitante puede admirar detalles de auténticos iconos como el bikini de Úrsula Andres en Dr. No o la dentadura de metal de Jaws de La espía que me amó (1977)

Diseñando 007 no es la única exposición que recuerda al agente del MI6. El Museo del Motor de Beaulieu, que este año también celebra su 40º aniversario, ha conseguido reunir en un alarde de colaboración entre entidades los 50 vehículos que representan las bodas de oro del espía por excelencia. Bond en Movimiento -título de la exposición- no sólo muestra en sus salas los famosos modelos Aston Martin DB5 o el Lotus Esprit S1, sino que recupera el Rolls-Royce Phantom III de Goldfinger (1964), el autogiro de Sólo se vive dos veces (1967) o el Acrostar Jet de Octopussy (1983).

Hasta media docena de organizaciones y particulares se han aliado para poder hacer realidad esta muestra: desde Eon Productions, a la Fundación Ian Fleming o el Museo Louwman a la Colección Dezer o Astor Martin, entre otros.

Además, para los amantes del motor, el museo ha habilitado una página web en la que se puede navegar por los diferentes vehículos utilizados por James Bond, según año, modelo y fabricante, descubriendo algunas de sus características técnicas.

 

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