Este artículo se publicó hace 11 años.
"La lucha de clases existe y los ricos ganan por goleada"
El poeta asturiano es uno de los homenajeados en 'Disociados', una "antilogía" de la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker
Quizá no sea otra cosa que un unicornio en perpetuo peligro de extinción, quizá por eso a la poesía no le afecta tanto la crisis. David González (San Andrés de los Tacones, Gijón, 1964) no está de acuerdo. Cree que la poesía, en estos tiempos que corren, "más que un lujo, es un milagro". David es uno de los cuatro poetas antologados en un proyecto muy especial de la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker, Disociados (Madrid, 2013), un libro que agrupa a cuatro poetas españoles a quienes une únicamente una vocación de transparencia y una voz sincera y cruda. Poesía directa y contundente como un zurdazo en el estómago. O como un pico en vena.
El primero de la lista es El Ángel, Ángel Álvarez Caballero (Madrid 1961-1994), un Rimbaud de barrio que se coló en la Movida madrileña y que cruzó la vida como un meteoro antes de desintegrarse. El título de su poemario, Los planos de la demolición (1994), es elocuente al respecto, un libro ardiente, urgente y hoy inencontrable del que Disociados ofrece una cuidada selección. El siguiente es Karmelo C. Iribarren (Donosti, 1959), un poeta de asombrosas intuiciones en cuyos versos se palpa una extraña lucidez: "El amor,/ese viejo neón/al que aún se le encienden/las letras". Roger Wolfe (Whesterham, Kent, 1962) es un poeta de importación que ha hecho suyas la rabia y la tradición de la mejor poesía hispánica: "El odio es una edición crítica/de Góngora".
Para cerrar esta "antilogía", como le gusta llamarla a los editores, está David González, otra leyenda subterránea, un poeta que ya va camino de los cincuenta pero que luce la misma estampa juvenil, la cazadora india y la misma melena al viento de los tiempos en los que pisó la cárcel. "Fui a la cárcel porque era un delincuente", dice sin cortarse un pelo. En todos los sentidos. Hay un poema escalofriante, uno de sus favoritos, en que explica que se dejó el pelo largo por todos los soldados que lo llevaban al rape y cazaban cabelleras. Llevaba años buscando a David para darle las gracias por un verso suyo que dio título a mi novela Niños de tiza: "niños de tiza/borrándose". No fue nada fácil encontrarlo porque es difícil sacarlo de su pueblo de Asturias pero, cuando lo hice, tuve el placer de descubrir que el poeta y el hombre coincidían casi línea por línea.
¿Crees que, como decía Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro? ¿O en los tiempos que corren es un lujo?
En los tiempos que corren, la poesía, más que un lujo, es un milagro
Para empezar, no creo, ni siquiera en el contexto en que lo dijo Celaya, que las palabras "poesía" y "arma" deban ir juntas en una misma frase o verso. Si la poesía fuera un arma me temo que no tendría futuro alguno, salvo una caja de pino o unas cenizas en una urna. Pero por seguir en el contexto de Celaya, que me parece muy válido, yo creo que la poesía es una herramienta cargada de futuro. Un antídoto infalible, la buena poesía, para desterrar de nuestras vidas la ignorancia y la mentira (sea esta del tipo que sea), dos cadenas (hay otras) que nos impiden caminar con paso firme hacia el futuro, hacia un futuro mejor para todos nosotros, y no solo para unos cuantos.
En los tiempos que corren, la poesía más que un lujo, es un milagro. En los tiempos que corren la poesía debería ser una forma de resistencia, el refugio de la verdad.
¿Puede un poeta quedarse indiferente ante la que está cayendo y seguir cantando, no sé, a los pajaritos o a su propio ombligo?
Un poeta es, antes que nada, una persona más. Y si como tal, como persona, permanece indiferente ante la que está cayendo y no hace nada, en la medida de sus posibilidades, para tratar de cambiar este desorden de las cosas y le sigue cantando a los pajaritos entonces no dudo que será un buen cantante, pero no un poeta, ni siquiera estoy seguro de que se merezca el calificativo de persona. Además, sinceramente, prefiero escuchar cantar a los pajaritos, antes que escucharle a él.
¿La poesía sirve para hacernos mejores personas o sólo es un arte decorativo?
La buena poesía siempre nos hace mejores personas, a nosotros los poetas y a nuestros posibles lectores.
Aparte de la sencillez estilística y el lenguaje directo, ¿ves algo en común entre los cuatro poetas que formáis esta antología?
"Los ciudadanos podemos cambiar el mundo si dejamos de seguir a falsos profetas"
Quizá, no sé, la temática. Y cierta aura de malditismo, creo. Pero pienso que, por suerte para el lector que se acerque a esta antilogía, somos bastante distintos entre nosotros y creo que eso se refleja muy bien en nuestros poemas.
Disociados es una antología de cuatro poetas que no tienen mucho que ver entre sí. ¿Te sientes cómodo en esa compañía?
Hace ya muchos años, cuando me hice con uno de los ejemplares de Los planos de la demolición, el único poemario de El Ángel, no pensé, ni por un instante, en que llegaría el día en que compartiría páginas con él en un libro. Así pues, aunque solo fuera por eso, ya me sentiría cómodo. Pero hay más: llevo años siguiendo la poesía de Karmelo C. Iribarren y he de decir que cada vez me gusta más. Pero hay todavía más: a los coordinadores de esta antología, José Ángel Barrueco y Gsús Bonilla, aparte de respetarlos como escritores, los respeto, antes que nada, como personas, son grandes seres humanos. Eso por no hablar de la editorial, Ya lo dijo Casimiro Parker, que está haciendo una labor impagable en el campo de la edición y solo hay que echarle un vistazo a su catálogo. Así que me siento muy cómodo en esta compañía. Ahora bien, no creo que a estas alturas sea un secreto para nadie que desde hace años lo que escriba o deje de escribir el otro disociado, es decir, Roger Wolfe, me importa una mierda, y que, para ser del todo sincero, es lo único que me incomoda de este libro. Pero esto solo me atañe a mí, no a los lectores de esta antilogía que, a buen seguro, fliparán con los poemas de Roger.
Una vez, en un poema, escribiste que cuando te preguntaban cómo era la cárcel, siempre respondías: "Como esto". ¿Sigues pensando lo mismo?
"La cárcel es como esto porque nos recortan libertades cada día" Sí. Me reafirmo en lo que escribí en el poema al que te refieres. La cárcel es como esto. Se están recortando las libertades de los ciudadanos cada día que pasa. Nos están recortando todos nuestros derechos. Nos echan de nuestras casas. Nos dejan tirados sin sanidad. Saben lo que pensamos gracias a Internet y en especial a las redes sociales. Nuestras calles están llenas de cámaras de vigilancia. Nos mienten sin piedad. Nos matan o nos dejan morirnos. El otro día, sin ir más lejos, leí unas declaraciones de un multimillonario que decía que la lucha de clases seguía existiendo y que ellos iban ganando. Y yo añadiría a sus palabras: que van ganando por goleada. Así que, ¿cómo no voy a seguir pensando lo mismo? Quizá incluso pienso peor. Quizá la cárcel sea mejor que esto. Al menos allí dentro solo tienes la responsabilidad de seguir vivo.
¿Hay alguna opción política que te merezca confianza?
Yo soy hijo de obreros y nieto de campesinos y soy de izquierdas. Pero no creo que a estas alturas de la película, proceda seguir hablando de opciones políticas, sino más bien de opciones económicas, a las que están supeditadas las opciones políticas. Por supuesto, a la derecha no quiero verla ni en pintura. Pero tampoco me inspiran demasiada confianza las opciones políticas de izquierda.
"La derecha, ni en pintura, pero tampoco confío en la izquierda"
En realidad, no veo que ninguna opción política haga nada realmente por quien más lo necesita: los desfavorecidos de la sociedad. Todo dios quiere salir en la foto con los poderosos, recibiendo premiecitos y palmaditas en la espalda, pero pocas veces, salvo en campaña electoral, se les ve salir en esa foto con los más humildes. De hecho, hay algo que me parece preocupante: de alguna forma tengo la impresión de que se está criminalizando a los pobres, es decir, ser pobre se está convirtiendo casi en sinónimo de ser un criminal, de la misma forma en que antes, hace años, se demonizó a la clase obrera. Por eso, hasta que alguna opción política me demuestre con hechos, y no con bonitas palabras, su implicación en la erradicación de este desorden de las cosas, ninguna me inspira la menor confianza.
"Se está criminalizando a los pobres"
De hecho, si para algo han servido y sirven movimientos como el del 15-M es para demostrarnos a nosotros, los ciudadanos, en especial a esa mayoría silenciosa que no se moviliza, que si nos lo proponemos y aparcamos nuestro miedo, podemos ordenar las cosas sin necesidad alguna de políticos. Podemos, realmente, cambiar el mundo, si de verdad nos lo proponemos y dejamos ya de una vez de seguir a los falsos profetas y de dar nuestra vida o la de nuestros hijos por ellos y sus falsas promesas.
Hace poco tradujiste los poemas de Siberian Huski, de Shalámov, un gran escritor, disidente ruso y prisionero muchos años en el Gulag, pero no encontraste editor. ¿Cómo es posible?
La verdad es que tampoco me esforcé demasiado por encontrar un editor. Pero empecemos por el principio. Por razones que no vienen a cuento, lo cierto es que me hice con todos los libros de Shalámov, pero en francés, idioma al que, creo, está traducida toda su obra. Entre esos libros había un par de ellos de poesía, así que como tengo dos amigas que dominan el francés y yo me defiendo bastante bien en ese idioma, decidí hacer una selección de poemas de Shalámov y traducirlos al castellano con su ayuda. Eso hicimos. Siberian Huski, el título, se me ocurrió porque hace referencia a los perros de tiro, y si lees la obra de Shalámov te das cuenta de que allá en Siberia, en el Gulag, él fue precisamente eso: un perro de tiro.
Shalámov fue un perro de tiro en el Gulag siberiano Luego nos pusimos a buscar editor. En primer lugar, le pasé el manuscrito a un editor al que tengo en alta estima, pero, por lo visto, hubo problemas para localizar a los herederos de Shalámov o algo así y el proyecto se fue aparcando. Después, por medio de otras personas, lo mandé a otro par de editoriales, pero tampoco hubo manera. Finalmente, como tenía otras preocupaciones, mis propias preocupaciones, aparqué el proyecto, y hasta hoy. Pero si por un casual, algún editor lee esta entrevista y le interesa editar mi selección poética de Shalámov, yo encantado, sobre todo porque le considero uno de los grandes escritores del siglo XX, y porque su obra, su poesía, es de esa que, como hablábamos antes, sirve para hacernos mejores personas.
¿Qué sientes cuando un político degrada el lenguaje, que es no sólo nuestra herramienta de trabajo sino una de las bases de la sociedad, con la desfachatez con que lo hacen?
A este pregunta solo podría responder en presencia de mi abogado. Pero no tengo.
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