Luis Mateo Díez publica su novela más autobiográfica y arriesgada, Azul serenidad o la muerte de los seres queridos (Alfaguara). Tanto como 'consoladora y necesaria', después de que en su familia se produjesen dos muertes en un periodo de tiempo muy corto.

Díez cuenta la muerte de su cuñada, víctima de un cáncer, y la de su sobrina (la fotógrafa Sonia Díaz), que se quitó la vida a los 38 años de edad. Aunque el escritor prefiere definirlo como 'una muerte voluntaria, que son las que más duelen porque no se pueden comprender'.

Sin embargo, insiste en la importancia de 'rescatar algo del sentido de sus vidas y reivindicar el honor de los sentimientos'. Por eso no ha entrado en el morbo ni en los detalles que 'no le apetecía contar. La discreción es un don, y tenía que ser pudoroso', indica antes de apelar a la sugerencia literaria, que controla a la perfección.

Luis Mateo Díez cree que su narración podrá ayudar a afrontar estas 'dolorosas pérdidas' y que dará consuelo a muchos que se sentirán identificados. Consuelo que él no encuentra en la religión porque se confiesa como una persona 'no creyente, con un concepto muy materialista de la vida humana, pero totalmente esperanzador y trascendente'. Para Díez 'muchas de estas religiones de ahora son sectas que acumulan fanatísmo y son demoledoras porque son contradictorias a la hora de predicar las cosas más penosas de la existencia'.

Azul serenidad es un libro sobre la vida representada en la muerte, ya que son cosas 'inseparables'. 'Pero la muerte de los seres queridos es más incomprensible. Y duele mucho más', concluye.