Este artículo se publicó hace 13 años.
¡Más panfletos, es la guerra!
La agudización de la crisis económica y el alza de la protesta social propician la difusión masiva de los textos breves de agitación política
¡Más madera, es la guerra! El panfleto está de moda, en efecto, pero no cualquier tipo de panfleto. Proliferan los textos críticos con la doctrina económica que arrasa todo a su paso en su afán de lucrar a unas élites: el neoliberalismo. Las editoriales independientes (Los Libros del Lince, Icaria, Melusina) crean o potencian colecciones dedicadas al formato de agitación conciso y económico. Los movimientos sociales los difunden con éxito con licencias que permiten su copia y distribución. Los lectores pueden elegir entre programas económicos alternativos (Hay alternativas), explicaciones pedagógicas de la situación (¿Quiénes son los mercados y cómo nos gobiernan?, Vivir en deudocracia), análisis del choque entre neoliberalismo y resistencia (Crisis y revolución en Europa), o distintas visiones del 15-M (Juventud sin futuro, Les veus de les places, Desobediente). El tiempo de la crisis y el 15-M es también el del resurgimiento del panfleto político.
"La colección A saco surgió antes de que el 15-M irrumpiera en plena campaña electoral de mayo. Como respuesta a una situación económica grave marcada por los recortes. Nuestra respuesta fue apostar por las pequeñas herramientas de transformación social", explica Joan Carbonell,de la editorial Icaria, que ha copado las librerías con panfletos como ¿Quiénes son los mercados y cómo nos gobiernan?, coordinado por Bibiana Medialdea, miembro de la Comisión de Economía de la Acampada de Sol y profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid, y escrito por un grupo de economistas. El libro defiende que a los mercados no les mueve una mano invisible fantasmagórica, sino más bien unas decisiones políticas terrenales.
Las editoriales han creado colecciones exclusivas de panfletos
"Tratamos de contraargumentar la idea de que la economía (y por tanto la crisis, los mercados), son productos de fenómenos de naturaleza técnica o natural. Los mercados no son una entelequia abstracta, sino que están conformados por agentes legalmente establecidos e identificables. Su actuación se apoya en la existencia (o ausencia) de unas normativas que les son extremadamente favorables: pensadas para que se puedan asumir niveles de riesgo muy altos, que normalmente conllevan la obtención de beneficios muy suculentos y que en algunas ocasiones derivan en crisis con las correspondientes pérdidas (que en este caso no se quedan en el sector financiero privado, sino que se socializan). El tipo de empresas que conforman los mercados financieros actuales, así como las normas a las que han de ceñirse, son el resultado de decisiones políticas. Gobiernos e instituciones que quisieran utilizar su capacidad política para organizar los mercados de otra forma podrían hacerlo perfectamente", sostiene Medialdea.
Copia y difundeIcaria, que tiene otros dos libros breves en imprenta (Cómo cambiar el mundo con tu dinero y Otra sociedad, ¿otra política?), apuesta por las licencias Creative Commons. Su panfleto sobre Democracia Real Ya, uno de los colectivos que montó el 15-M, empezó vendiéndose a cinco euros en junio y ahora se puede descargar gratis.
Los mercados y la crisis de la deuda son dos de los temas estrella
Por la autopista de internet circula también Hay alternativas (Sequitur/ATTAC), de los economistas Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón, que ya va por la segunda edición y se puede descargar y difundir libremente desde su publicación el 31 pasado de octubre.
Estrategia similar a la utilizada por Traficantes de Sueños, pionera en el uso de licencias libres en España. La editorial publicó en mayo La crisis que viene, panfleto del colectivo Observatorio Metropolitano que, al calor de la explosión del 15-M, se convirtió en un fenómeno editorial, con tres ediciones y más de 50.000 descargas en internet. Medio año después vuelven a la carga con Crisis y revolución en Europa, que analiza el momento crucial, entre finales de 2009 y principios de 2010, cuando se produjo un "giro radical" en la orientación de la política económica de los países europeos. O el paso de las políticas keynesianas a la guerra contra el gasto público para "aumentar los beneficios financieros". "Los agentes financieros eludieron el estancamiento financiándose por la vía de los bonos estatales de deuda pública. Muy seguros, pero muy poco rentables, salvo cuando sube la prima de riesgo", explica el sociólogo Isidro López, del Observatorio Metropolitano.
La situación ha originado una crisis política aguda. Por un lado, "no existe un modelo de recambio institucional al gobierno de los intereses financieros", "ninguna contraparte capaz de pensar y lanzar un programa consistente de reformas más allá de una nueva oleada de brutales recortes sociales". Por el otro, como explica López, "el capitalismo financiero tiene mucha menos necesidad de negociar que el capitalismo productivo. Su enorme capacidad para la expropiación les hace no necesitar la inversión o el empleo para tirar para adelante y sacar beneficios y esto les ha permitido un grado bastante alto de independencia con respecto a los intentos de canalizar la oposición popular por las vías institucionales clásicas".
"No hay alternativa institucional a los intereses financieros"
Una situación que explicaría por qué en el libro se usa el término "revolución" para calificar la nueva oleada de protestas europeas representadas en España por el 15-M. "Las demandas son revolucionarias porque no son asumibles por el sistema de partidos. Algo muy claro en el caso del 15-M", cuenta López. "No se debe exclusivamente a la radicalidad de las propuestas de los movimientos sociales, sino a que no hay espacio para la reforma. Esta no se atisba ni en el debate público, ni en los informes oficiales, ni siquiera en las alternativas que barajan los expertos", se aclara en un panfleto que aporta datos para medir el músculo de la revuelta: durante el segundo semestre de 2010, tras el primer ataque sobre el gasto social, se convocaron más huelgas generales en Europa que durante toda la década anterior (que se dice pronto). Resumiendo: es la guerra.
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