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Miguel Gutiérrez (comparsista): "Un verso sin mensaje es un verso desperdiciado" 

El letrista, que con la comparsa Matria ha roto las costuras del carnaval de Málaga, reivindica en esta entrevista con Público que las formas de creación populares son un arte mayor: "El carnaval es el gran heredero de la canción protesta".

Miguel Gutiérrez, en Málaga.
Miguel Gutiérrez, en Málaga. Raúl Bocanegra

La comparsa Matria ha roto las costuras del carnaval de Málaga con una potente puesta en escena y letras desacomplejadas y reivindicativas, que se enmarcan en un renacimiento del andalucismo cultural y social. El alma máter de Matria es Miguel Gutiérrez, médico malagueño, quien en un lluvioso día de finales de invierno en Málaga, atiende a Público con un café.

Las letras de Gutiérrez han dado la vuelta a Andalucía y ahora quiere ir con la música a otra parte, en concreto, a Cádiz, "La Meca" para quien ama el carnaval. "El broche de oro es que vamos a llevar al [Teatro] Falla la comparsa porque entendemos que el mensaje es potente y no hay altavoz como el carnaval de Cádiz [este año está previsto para junio]". "Hay tradición de carnaval en Málaga, que se vio interrumpido por la dictadura, luego costó arrancarlo. Ese retraso que llevamos en el desarrollo, se nota. El carnaval de Málaga tiene grandes poetas, grandes músicos, pero  se queda en las propias fronteras de nuestra ciudad. Hay que romper esas fronteras", apuesta Gutiérrez.

Gutiérrez, con razón, reivindica que la creatividad y las formas de creación inmersas en el carnaval son un arte mayor: "El carnaval es el gran heredero de la canción protesta. Lo singular que tiene el carnaval es que está hecho por el pueblo. En la forma en que lo entendemos aquí –ya sabemos que hay múltiples formas– el pueblo se arrejunta en murgas, comparsas o chirigotas según la procedencia o el punto geográfico y trazan repertorios para contar las verdades de la gente".

"Es algo muy necesario –prosigue–. Uno de mis referentes carnavalescos dice que se trata de tener unos días para cantarle las 40 a los que mandan, sobre todo, en un momento en que la voz del pueblo está tan obviada por los gobernantes. El carnaval es la fiesta de la libertad, somos más libres para decir las cosas. El elemento vertebrador de la libertad es la palabra y mediante la palabra el pueblo se hace dueño de sí mismo y al hacerse dueño de sí mismo expone sus preocupaciones y problemas y hace la crítica. El carnaval es crítica".

Para Gutiérrez, "el neófito del carnaval tiene que poner en valor que cada año el pueblo ofrece infinitud de letras y de músicas que no hay ninguna fiesta en el mundo que las aporte". "Los grandes iconos pop lo normal es que saquen un CD cada año o año y pico, con doce canciones, y luego hacen una gira. Pues cada año el carnaval aporta tantísima gente, grupos con letras y músicas de muchos kilates. Las cotas poéticas y musicales de esta fiesta son excelsas", añade.

Gutiérrez llegó tarde al carnaval, pero cuando llegó, se instaló para siempre en él. "El carnaval de Málaga es mi vida. He sido este año pregonero, pero no soy carnavalero de cuna. Llegué más tarde. Hay un boom en torno al carnaval, sobre todo, focalizado en Cádiz. Me aficioné de pura casualidad. Un día mis amigos hablaban de carnaval y dije voy a ver de qué va. He heredado de mi padre muchísimas formas de vivir Andalucía en general y de Málaga en particular y de quererla y de amarla, pero no a través del carnaval", dice.

"Pero desde el día –añade– que me puse un vídeo del carnaval, me acompaña siempre ya, en las tareas de la casa, en los trayectos en coche, en los viajes... Pienso en carnaval. Siempre he sido un amante de la canción protesta, de la poesía, de la literatura, y pienso: ¿Cómo estuvimos tanto tiempo el uno sin el otro?", bromea. 

Matria

Gutiérrez se ocupa de los textos. "Las músicas no las hago yo. Tengo menos oído que un percebe [las hacen Antonio Carlos Rojas Gallego, Curro Ruiz y Rubén Tejada]. Lo mío es la letra. Escribía para mí, si quería hacer una reflexión para un pasodoble, por ejemplo, me sacaba mi métrica y escribía y lo hacía por gusto. Y ahora estoy con mi comparsa Matria. Muchas veces me acuerdo de Juan Carlos Aragón [un mito gaditano, ya fallecido]. Él decía de su último grupo: he tardado muchísimos años en encontrar al amor y por fin lo he encontrado. Siento que pasa eso. Es el amor que tanto tiempo había buscado".

¡Cómo surge Matria? "Mi obsesión –afirma Gutiérrez– es contar historias, trazar repertorios que puedan servir a la gente. Matria: la idea de hacer una comparsa sobre el andalucismo la llevaba barruntando desde 2020. Me acuerdo que justo antes de estallar la pandemia, a Rubén Gallego, uno de los componentes, tomando una cerveza un día, le conté la idea. Vino la pandemia, y cuando se ve luz al final del túnel y se ve que el carnaval se va a poder desarrollar con cierta normalidad, es cuando me pongo manos a la obra y empiezo a crear. Tenía muchos nombres, Andalucía a secas, Viva Andalucía libre, pero hubo uno de los componentes del grupo, el Kara, que me dice, ¿por qué no lo llamamos los matrióticos? Y me encantó, pero dije, ya está, Matria".

"Es una forma –añade Gutiérrez– con la que llamo a esa Andalucía que ha dado un paso al frente, que ha hecho efectivo el mantra del Andaluces Levantaos de Blas Infante, que ha roto con el pasado de prejuicios, estereotipos y cadenas y se ha reinventado a sí misma y se hace llamar Matria. El concepto ha tenido polémicas en los últimos tiempos porque Podemos lo ha usado y no es así. Isabel Allende lo utilizaba, Miguel de Unamuno se refería a la matria vasca también. Esto es un concepto que viene de lejos. Y me ha gustado mucho esa construcción porque frente al concepto este de Patria [pone voz gutural, ronca] tan cargante, nacionalista, en matria identifico ese concepto más maternal de una nación, como es la andaluza, abrazando a su pueblo, no desde el hostigamiento, el castigo, la ley, sino desde la propia cohesión de un pueblo".

"Y en ese contexto de la figura maternal y paternal, para mí Andalucía siempre ha sido la madre y tiene nombre de mujer: Andalucía. Cuando publicamos el nombre en las redes tuvimos mucho feedback de grandes autores del carnaval de Cádiz. El nombre causó un impacto".

Puesta en escena

Además de las letras y la música, la puesta en escena de Matria es muy potente y tiene una gran carga visual. ¿Qué piensa Gutiérrez sobre quienes de algún modo desprecian el carnaval? "Eso es un prejuicio que existe y existirá. Juan Carlos Aragón hablaba de la chusma selecta. Al final existe la concepción de que somos chusma, incultos, que hacemos poesía de garrafón. No es verdad. Solo tienen que asomarse y ver, para entender la magnitud de muchísimas piezas. Hay obras de primer nivel. Es un prejuicio que nunca nos vamos a quitar, creo que nunca, porque siempre van a existir dos tipos de personas, las que por sistema van a estar en contra del carnaval, y van a aprovechar esos prejuicios porque el carnaval representa al pueblo y a la libertad y a quienes mandan, eso no les interesa. Hay quien no entiende que el carnaval es un mecanismo sanísimo para la higiene democrática de los pueblos", dice.

"Y luego –continúa– va a haber gente que nunca se va a asomar al carnaval. Una de las obsesiones que yo tengo es darle entidad artística y reforzar todo ese poso cultural que representa porque aunque creo que no hay que luchar expresamente contra eso, sí es nuestro deber hacerlo así. Lo normal es que los telones y el fondo sean neutros o un montaje de photoshop. Nosotros este año encargamos para el telón una pintura a José Carlos Torres, que es uno de los artistas de más renombre en Málaga. Queríamos que un artista muy reconocido, que no pertenece al mundo del carnaval, pusiera lo mejor de sí mismo para crear esta puesta en escena". "Ha creado –agrega– un Olimpo andaluz [la obra se llama Levantaos] en el que se ve a distintas personalidades artísticas, culturales, políticas y Blas Infante en medio. Para darle esa entidad al carnaval, buscamos a un artista de postín".

"Igual hicimos con los murales que van detrás de la comparsa, que son nueve,  rematados por monumentos, uno por provincia, excepto el central que está rematado por la Casa de la Alegría de Blas Infante en Coria del Río", dice Gutiérrez. Los hicieron "dos genios del arte callejero en Málaga, Freso y Caye Villodres, con la digitalización de Chivy ".

"No quisimos hacer una estructura vacía, sin mensaje. Realmente la comparsa no estaba utilizando un lenguaje de carnaval, era todo mucho más vanguardista y contemporáneo, ¿qué es lo típico cuando se abre un telón? Un ambiente que remeda calles o estructuras, muy espectacular, muy bonito, muy grande, pero sin mensaje. Entiendo el carnaval para transmitir mensaje. El carnaval tiene que servir a la gente, no basta con entretenerla. Tiene que servir para la vida de la gente y lanzar un mensaje que despierte las conciencias y que todo eso pueda ser la chispita que mueva un engranaje que mejore las sociedades. Si no, para mí no es carnaval. Respeto otras formas que hagan los autores, pero para mí no es carnaval. El carnaval es eso", sostiene el autor.

"Es denso –admite Gutiérrez– porque no dejo ni un solo verso sin un mensaje. Al final, un verso sin mensaje es un verso desperdiciado. Y el andalucismo es tan complejo y es tan rico y tiene tantas cosas que decir y que poner sobre la mesa".

Así, la puesta en escena "huye del mensaje típicamente carnavalesco". "Queríamos sacar a la comparsa de ahí, ir a una idea mucho más trascendente y en tanto trascedente, tenía que superar los propios corsés del carnaval", resume Gutiérrez. "Se abre el telón y uno no ve una puesta en escena típica de carnaval. Se ven los murales, que todos tienen sus mensajes. Es un auténtico horror vacui andaluz. Es una mezcla de todo, puedes ver a Paco Alba y a Jesús del Gran Poder y a Rockberto", expone el letrista.

"Al final –remacha– es un concepto que trasciende al carnaval, una idea vanguardista que pretende poner en valor el arte del carnaval. Cada uno de los gorros [los que llevan los comparsistas] representa una bandera: hay que quererlas más con la cabeza y menos con las víscera. En las cintas cada uno de los comparsistas llevan citas de poetas, literatos y autores de carnaval. Todo tiene un porqué".

Sobre los temas planteados y su repercusión, Gutiérrez afirma: "Si le gustas a todo el mundo tienes un problema, porque significa que has hecho una obra muy blanca, pero neutra en cuanto a mensaje, a compromiso. Esta comparsa es muy comprometida, va lindando con algunos límites en cuestiones ideológicas. No me ha llegado una crítica feroz, pero sí he tenido gente en mi círculo que me han dicho que no les gusta, por ejemplo, la exhumación de Queipo de Llano, que tuvo mucho eco, pero ha habido gente que en mi círculo que a lo mejor es más conservadora, y que pueden entender, –yo no lo entiendo– que eso en una democracia no es necesario".

Andalucismo

Entre todas las figuras que se ven en esa puesta en escena, destaca por encima de las demás la figura de Blas Infante. "Blas Infante es la piedra angular de matria. El nacionalismo andaluz, el andalucismo de Blas Infante tiene tanta vigencia hoy. Siempre se dijo que era un nacionalismo antinacionalista, porque frente a esos nacionalismos supremacistas, elitistas que imperan en el mundo, el andalucismo es todo lo contrario, habla de hospitalidad, de cohesión de los pueblos, es una forma de ser ante el mundo, pero no aparte del mundo. Esto tiene toda la vigencia", asegura Gutiérrez.

"Uno de los objetivos aparte de proyectar ese andalucismo moderno en el contexto sociológico de la tercera ola en que estamos, era demostrar la vigencia de lo que decía Blas Infante. Una figura cada vez más reconocida por todos. Parecía que Infante era patrimonio de la izquierda, pero ya no es raro ver a Juanma Moreno, el presidente, reconocer a Infante", analiza el poeta.

¿Se enmarca Matria en eso que se ha dado en llama tercera ola andalucista y la generación del mollete, como destaca el politólogo Jesús Jurado? "Veo que en la gente joven está naciendo ese sentimiento y sabía que era una comparsa muy necesaria. A Andalucía se le ha cantado muchísimas veces, la más célebre el perro andaluz de Martínez Ares: habla de los prejuicios, de las cadenas, del cómo nos ven, hay una parte que dice: así es como nos ven. Se trata de como somos y hacia donde vamos, de dar por superado los estereotipos", afirma.

"En mi opinión –prosigue Gutiérrez– ya no nos debe afectar que nos llamen vagos, flojos, incultos. Sabemos que no lo somos. No somos un cliché, debemos estar por encima de todos esos prejuicios estúpidos que al final un manojo de ignorantes nos endosan y tenemos que ir a los problemas reales de los andaluces: el paro, esos índices de abandono escolar, que junto con Madrid seamos la CCAA que menos destina por habitante a la sanidad, ahí es donde tenemos que enseñar los dientes. Se han hecho muchas comparsas, pero ese era el leit motiv de lo que yo quería hacer este año".

Gutiérrez cuenta una anécdota al respecto de lo que llama la densidad de la idea: "Cuando le cuento la idea al grupo, les hice un power point. Venga, os voy a contar la idea de este año. Hice un power point porque a mi entender ese andalucismo tiene que ser lo más transversal posible y en mi grupo, como en cualquier colectivo, hay distintas sensibilidades políticas, sociológicas y distintos ideales. Era muy importante contar muy bien la idea, porque se podía malentender. Muchos van a pensar, este quiere declarar la independencia de Andalucía. No. No van por ahí los tiros. Una de las cosas más satisfactorias para mí, es que habiendo tantas sensibilidades, la gente ha ido captando y haciendo suyo. Esto no va a ir para aquí o para allá, somos andaluces, os vais a identificar. Se va a sumar mucha gente". En efecto, pasó.  

"Sí creo en el Estado de las autonomías: en un espacio tan grande tiene que haber espacio y margen par la autogestión, porque los problemas de las tierras son distintos, por lo tanto, parece sensato pensar que exista una delegación de los poderes. En el caso concreto de Andalucía es curioso, ese andalucismo cultural está muy asentado. La mayoría de los andaluces se siente identificado con sus símbolos, dentro de un sentimiento de pertenencia común. Ser andaluz es nuestra forma de vivir y de ser ciudadano del mundo. Algo está fallando si siguen tantos problemas y lastres: a mi entender lo que está fallando es que la voz de Andalucía no se escucha donde se tiene que escuchar. Al final, en Madrid se reparte el bacalao de todas las cosas y no puede ser que seamos la Comunidad con más  diputados, 61, y que nuestros problemas pasen inadvertidos, y que muchas veces diputados andaluces votaran en contra de soluciones a esos problemas. Está claro que si uno hace el balance de estos 40 años, hay que ir más allá: ahí están los datos, seguimos a la cola en tantos índices. No me declaro independentista andaluz, la unión hace la fuerza, pero hay que pedir justicia y que los repartos de los fondo del Estado sean más ecuánimes. Esos 61 diputados andaluces, más allá de sus siglas, que muerdan por su pueblo. Hay gente que cada semana va a Madrid, debería llevar la mochila cargada de problemas de los andaluces y nos da la sensación de que van a cubrir un trámite. Deberían tener las alforjas llenas del dolor y las penas de los andaluces. Hace falta una voz andaluza en Madrid".

Postdata: las citas de Infante

Infante es la piedra angular del proyecto: "El popurrí de la comparsa, cada una de las cinco cuartetas, parte de una cita de los postulados de Blas Infante. Todo ello llevado al presente, a los problemas de hoy. El popurrí tiene coherencia en su desarrollo. Los engarces de las cuartetas, las pequeñas piezas que sirven para unir las cuartetas beben también del andalucismo musical", dice. Ahí están La Leyenda del tiempo de Camarón, el Verde blanca y verde de Carlos Cano, Libertad sin ira, de Jarcha, y nadie te va a querer como Andalucía te quiere, del Kanka. 

Estas son las citas de Infante en las que Gutiérrez se inspiró a la hora de crear. Para la primera cuarteta, que habla de una Andalucía que echa a andar, el autor, afirma, se apoyó en "Andalucía no es una ficción. Es una realidad patente cuya existencia no puede ser puesta en entredicho. Andaluces de todos los campos y partidos, venid a esta labor, los hombres de ideas más opuestas, unidos por el Ideal de una Andalucía grande y redimida".

Para la segunda, en la que el tema es la rebeldía, la protesta de Andalucía, "pedir pan, justicia industria, plata, derechos, voz, palabra, sanidad, escuelas, ciencia, todo lo que le queda por recorrer a Andalucía", Gutiérrez, asegura, trabajó estos textos de Infante: "La rebeldía ante las injusticias es una de las más altas virtudes". "En esta empresa de afirmar las conciencias de todos para la gran obra que nos aguarda, ponga cada cual su grano de arena". "Andalucía necesita de su juventud, pero de la juventud honrada , de la juventud trabajadora, de la que pone sus ideales fuera del camino trillado por la vulgaridad". "He visto entregada esta tierra a aventureros de la política, a advenedizos que hacen de ella asiento de su cretina vanidad y base de su mezquino interés".

La tercera cuarteta es un canto a la bandera, la arbonaida. "Hoy en día dice Gutiérrez– las banderas están empleadas de forma visceral y agresiva, y la bandera andaluza hablan de unos valores de solidaridad y respeto. Hay demostraciones que van contra los propios valores democráticos y que tristemente se mezclan con la bandera de España. En cambio, cuando ves manifestaciones que hablan de la defensa de la mujer, de la educación, de la sanidad, está siempre la arbonaida". La inspiración le vino a Gutiérrez de estas palabras de Infante: "Mi nacionalismo, antes que andaluz, es humano". "La crisis actual, antes que crisis política y crisis económica, es crisis humana. Es crisis de humanidad". "La bandera andaluza, símbolo de esperanza y de paz, no nos traerá ni la paz, ni la esperanza, ni la libertad que anhelamos si cada uno de nosotros no la lleva plenamente izada en su corazón". "La única manera de fraternidad es la práctica de la tolerancia". "En Andalucía no hay extranjeros". 

Para la cuarta cuarteta, que habla del corazón del pueblo andaluz, Gutiérrez acudió al Infante que afirma: "Andalucía es como son sus casas de apariencia humilde con patios, jardines centrados por fuentes; sencillez por fuera, iluminación por dentro". "Hay que aprovechar esos períodos libres para reencontrar el río de la genialidad, fuerzas sociales culturales, para hacer del hombre andaluz, hombre de luz, como lo fue antaño". 

Y la quinta cuarteta, una oda "al hacer efectivo de verdad ese andaluces levantaos", se inspiró en estas ideas: "Andalucía es una nacionalidad porque una común necesidad invita a todos sus hijos para luchar por una común redención". "Andalucía por sí, para España y la Humanidad, no es una fórmula arbitraria. Es una expresión síntesis de la Historia de Andalucía". "Un pueblo no se improvisa. Es la estatua que más se tarda en modelar, la que más constancia y derroches de inspiración requiere".

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