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Mika Kaurismaki: “Si hubieran negociado mujeres, hoy habría gobierno en España”

El cineasta finlandés reivindica la figura de la reina Cristina de Suecia, una mujer a la que muchos consideran aun hoy traidora a su país porque se enfrentó a las rígidas y oscuras doctrinas luteranas de la época y apostó por la educación, el pensamiento y la paz

Un momento de la película 'Reina Cristina'.

MADRID.- El canciller Oxenstierna y el obispo Johannes Mattiae Gothus, dos destacados representantes del oscuro, severo e intransigente mundo luterano que dominaba Suecia en el siglo XVII, se ocuparon de la educación de la reina Cristina, quien, sin embargo, no se dejó persuadir por sus doctrinas conservadoras y represivas. En cuanto subió al poder, cumplidos los dieciocho años, comenzó una tarea que terminó revolucionando a toda Europa. “Ella deseaba educar a su país”, explica Mika Kaurismaki, que ha querido con su película Reina Cristina reivindicar un personaje que ha estado casi prohibido en Suecia.

Empeñada en extender la educación, obsesionada por conocer a Descartes, dispuesta a terminar con la Guerra de los Treinta Años y decidida a conseguir cierta alianza entre todos los países de Europa, la reina Cristina fue (y, desgraciadamente, es) un personaje bastante insólito: una mujer en el poder. La actriz sueca Malin Buska es la protagonista de esta película, que también cuenta la historia de amor que la soberana vivió con la condesa Ebba Sparre. La actriz Sarah Gadon y el actor Michael Nyqvist la acompañan en el reparto.

Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, hizo en la pasada campaña electoral un discurso memorable en el que llamaba a “feminizar la política”. Usted lleva muchos años con este proyecto de la reina Cristina, ¿cree que el mundo sería distinto si lo gobernaran mujeres?

Mika Kaurismaki.- Absolutamente, sería absolutamente distinto y no tengo ninguna duda. Ahora en España, si las negociaciones entre los distintos partidos las hubieran llevado a cabo mujeres, habría ya un gobierno.

Malin Buska.- Es muy importante. Necesitamos más espacio para las mujeres en todos los ámbitos, la mirada de la mujer sobre las cosas es esencial.

Salvando las distancias (y los siglos), la reina Cristina se tropezó con una situación parecida a la de hoy aquí, rodeada de corrupción, de intolerancia…

Mika Kaurismaki.- Así es. La reina Cristina comenzó a gobernar en un ambiente muy conservador y cargado de corrupción. En todas partes mandaban los hombres, instalados en los puestos de poder de ese mundo oscuro y poderoso. Por eso es tan importante, porque ella llegó y dijo que no a todo eso y trabajó por lo que quería.

Una mujer en un mundo de hombres, a pesar del paso del tiempo, en esto no han cambiado demasiado las cosas ¿o sí?

Malin Buska.- No. La reina Cristina estaba frustrada y cabreada con eso, y por eso nosotras estamos hoy tan frustradas y tan cabreadas. Entonces era el siglo XVII y ahora, en el siglo XXI seguimos peleando por este mismo problema.

Mika Kaurismaki.- Ese es uno de los motivos por los que quería hacer la película, la cantidad de paralelismos que hay entre ese mundo y el de hoy.

Malin Buska.- ¡Sería tan fácil! Sería mucho más fácil porque primarían valores como los de la educación de los hijos, la cultura, la paz… ¿por qué coño no se hace? Los políticos hombres siempre dicen que van a hacer ciertas cosas que luego nunca hacen.

Hablando de cultura, un personaje fundamental de esta historia es Descartes y la admiración que la reina tenía por él.

Mika Kaurismaki.- Sí, la curiosidad siempre es una solución para muchos problemas. La curiosidad que la reina Cristina tenía por la vida, por el mundo de los paganos, por las ideas, por todo lo que no existía en su país… eso la ayudaba a resolver muchos problemas. Pero se la jugó, porque Descartes era un personaje perseguido por la Inquisición. Cristina se enfrentaba a un ‘establishment’ que decía que había que seguir igual que estaban, pero para ella era muy importante poder tener el derecho de mirar las cosas y cuestionarlas.

La película cuenta lo difícil que se lo puso ese ‘establishment’, ¿querían resaltar la valentía que demostró al enfrentarse a ello?

Malin Buska.- Por supuesto. Ella se atrevió con todo, fue muy valiente. La reina Cristina quería también revelar la verdad de ella misma. Siempre decía: ‘Sé tú misma’, porque si no, explicaba, podrías terminar siendo lo que los otros pretenden que seas. Ella sabía que cogiendo un rumbo que no se esperaban iban a pensar y a decir que estaba loca.

Mika Kaurismaki.- Los hombres del gobierno primero pensaron que era joven y que ya aprendería, pero también decían: ‘Es una mujer’. Eso sigue siendo así y, no es por nada, pero han pasado siglos. Hace tiempo que deberíamos que haber remediado las desigualdades y haber conquistado los derechos de las mujeres.

Mucha gente va a ir a ver su película más por la historia de amor que tuvo la reina Cristina con otra mujer que por todo lo demás. ¿Qué sensación les produces eso?

Mika Kaurismaki.- Es solo una historia de amor. Si la gente va a ver la película por eso, no me preocupa, al fin y al cabo, fue la historia de amor de su vida.

Malin Buska.- Creo que está bien que se cuenten historias de amores lesbianos, lo malo es que solo les interese eso. La reina Cristina también tuvo hombres en su vida, sus últimos 30 años los vivió con un hombre, pero la condesa Ebba Sparre fue el amor de su vida. Esta película tiene tramas narrativas diferentes, ese amor es solo una de ellas.

Esta película reivindica de algún modo el personaje, que no es demasiado apreciado, ¿es así?

Mika Kaurismaki.- Sí. Espero que con la película se vuelva a hablar de ella. Cristina de Suecia se consideró una traidora a su país, estaba casi prohibido hablar de ella. Hablar de una reina que lo que quería era educar a su país, que trabajó para poner fin a la Guerra de los Treinta Años, que escribió los primeros documentos oficiales de una futura Unión Europea… Que extendió el interés por los libros, por las exposiciones de arte…

Malin Buska.- En Roma, sin embargo, están orgullosos de ella. En Finlandia son más objetivos porque no tienen monarquía.

Aquí la monarquía se entiende de otra forma, fue una imposición de la dictadura de Franco, ¿eso cambiará la perspectiva del público?

Mika Kaurismaki.- No, aunque desde luego es importante. Hay que empujar los límites siempre y salir de las zonas de confort. Pero hoy en las monarquías los personajes son marionetas, no tienen poder o lo tienen de una forma completamente distinta, también aquí en España.

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