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"Los mundos de Murakami y Nolan son similares"

La intérprete canadiense Ellen Page, nominada al Oscar por 'Juno', analiza las claves de 'Origen' y repasa su relación con Hollywood

CARLOS PRIETO

Tenía 20 años cuando el huracán del éxito le pasó por encima. Ellen Page (Nueva Escocia, Canadá, 1987) era una prometedora actriz indie cuando Juno (Jason Reitman, 2007) le puso en órbita. Ganó el Globo de Oro y se llevó su primera nominación al Oscar. Pasado el trasiego, Page se ha hecho con una pequeña cuota de poder en las colinas de Hollywood. Tanta como para poder participar en algunas de las películas de sus directores preferidos. En Origen interpreta a Ariadne, una estudiante de Arquitectura contratada por la banda dirigida por Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) para diseñar el escenario de los sueños de otras personas.

'Me quedé abrumada por la originalidad del guión, su juego con las distintas dimensiones'

Page se presenta a la entrevista, en una habitación del Hotel Bristol de París, con algo que podría describirse como la madre de todos los jet lag. O quizás sólo fuera la combinación de una jornada exhaustiva de promoción con una noche de diversión. Eso sí: no hay letargo que aplaque a la actriz canadiense, lectora compulsiva, cuando las preguntas giran en torno a los escritores y libros que han marcado su vida. Ahí lo da todo.

¿Es posible describir esta película?

Sí, claro, aunque tiene escenas que resultan casi imposibles de explicar. En parte porque no se trata de otra treta hollywodiense, sino de un filme maravillosamente complejo. Una historia con grandes dosis de honestidad pese al enorme tamaño de su producción. Nolan consiguió crear un ambiente íntimo en el set de rodaje. Fue un alivio: este tipo de filmes gigantescos no siempre están gestionados por directores honestos, sino por fabricantes de dinero expertos en marketing.

¿Qué pensó la primera vez que leyó el guión?

Me quedé abrumada por su originalidad. Me sorprendió que, pese a jugar con varios niveles y dimensiones diferentes, fuera tan comprensible. También me conmovió el lado emocional de la historia.

En la película comparte usted sueños con Dom Cobb (interpretado por Leonardo DiCaprio). La experiencia resulta muy movidita debido a la inestabilidad emocional de Cobb. ¿Qué clase de persona es este hombre?

Se podría decir que esconde un secreto traumático. Algo en su cabeza le está torturando lo suficiente como para que resulte problemático compartir sueños con él: la represión emocional y los conflictos sin resolver en su cabeza salen a la superficie entonces de un modo conflictivo. Mi personaje le ayuda a resolver esos dilemas personales.

¿Cómo es Ariadne?

Es muy inteligente. Tiene una curiosidad intelectual innata. También es muy valiente. Le agradezco mucho a Chris [Nolan] que escribiera un personaje como este para una actriz joven porque en Hollywood no sueles encontrarte con algo así muy a menudo.

¿Sueña usted mucho?

Sí, sueño bastante. Lo más extraño es que no paro quieta cuando duermo. Y lo digo literalmente: soy sonámbula. Camino y tengo alucinaciones desde que era pequeña.

¿Tiene usted sueños recurrentes?

No, nunca. Por extraño que parezca siempre sueño cosas diferentes.

Hace tres años su vida pegó un vuelco tremendo debido al éxito descomunal de Juno. ¿Estaba preparada para asimilarlo? ¿Había soñado con la llegada de ese momento?

Este tipo de transiciones son siempre un poco demenciales. Crecí en Canadá trabajando en pequeñas películas independientes. Resulta que uno de mis filmes tuvo un éxito inesperado y fue fantástico. Me situó en una posición en la industria que me permitió elegir dónde quería trabajar, por ejemplo, en un filme de Christopher Nolan. Tener ese poder es un lujo para un actor de cualquier edad.

¿Se siente cómoda con toda la parafernalia publicitaria que suele rodear a las grandes superproducciones hollywodienses?

Me gusta actuar. El resto de asuntos que rodean a esta profesión no me interesan especialmente. Preferiría no hacerlas, claro, pero son parte del trabajo. Si te estresan mucho estos marrones es mejor que te dediques a otra cosa. Hay demasiados aspectos positivos en mi situación como para dejarme arrastrar por los negativos. Hay tanta gente que le gustaría estar en mi lugar, poder trabajar en lo que les gusta, que no sería razonable quejarme.

La primera vez que se puso delante de una cámara tenía usted 10 años. ¿Qué recuerda de ese momento? Era una serie de televisión llamada Pit ponny, ¿verdad?

Oh, sí (risas). Me lo pasé muy bien. Dos años más tarde participé en otra serie y desde entonces no he hecho más que trabajar, trabajar y trabajar. A los 15 o 16 años decidí que me quería dedicar a esto.

¿Dejó el colegio?

Hacia películas e iba al colegio al mismo tiempo. También jugaba al fútbol. Me tomaba muy en serio ese deporte, de hecho, muy pero que muy en serio. Hasta que llegó el momento en el que tuve que tomar una decisión: fútbol o interpretación.

Creo que lee usted bastante en sus ratos libres...

Sí, sí, un montón, me encanta. Me gusta aprender. Como no acabé el colegio y tampoco fui a la universidad tengo que rellenar ese vacío de algún modo. Por algún motivo últimamente estoy leyendo mucha más no ficción que cuando era una adolescente hace muuucho tiempo (risas). De lo que he leído recientemente me quedo con dos libros sobre ecología: The Big Picture, de David Suzuki, y Deep Economy, de Bill McKibben. También me gustan los ensayos políticos de Naomi Klein, que también es canadiense, y los de la periodista estadounidense Amy Goodman.

¿Cuáles son sus novelistas favoritos?

(Pausa larga) Kurt Vonnegut y Haruki Murakami. También me gustan Albert Camus, Ernest Hemingway y Herman Hesse. El lobo estepario fue uno de mis libros de cabecera durante la adolescencia.

¿Qué novela le gusta más de Kurt Vonnegut?

Madre noche. Una de mis frases favoritas sale de ese libro: Somos lo que pretendemos ser, así que elige con cuidado quién pretendes ser'. Leí esa novela cuando tenía 14 años y todavía no me he recuperado del todo. Me descolocó completamente. A esa edad tu mente se está expandiendo y absorbe la información a toda velocidad. Kurt Vonnegut jugó un papel muy importante en esos momentos de mi vida. El último párrafo de otro de sus libros, Cuna de gato, contiene las frases más bonitas que he leído nunca. Lo releo de vez en cuando. Me sigue emocionando mucho

¿Por qué le gustan los libros de Haruki Murakami?

Tiene una novela llamada Kafka en la orilla ¿Qué puedo decir? Es maravillosa, increíble, fabulosa. Veo muchas similitudes entre Origen y algunos de sus libros. Murakami crea unos mundos fantásticos propios de una ensoñación, pero hay tanta honestidad y verdad en sus personajes que el resultado final es muy tangible. Me explico: Aunque los gatos hablen, haya un barco mágico o estemos en una realidad alternativa, no te da la sensación de estar leyendo una fantasía. El mundo real y el mundo imaginario se funden de un modo natural, como ocurre en muchas escenas de Origen. Me gusta tanto Murakami ahora mismo que me resulta difícil leer a otros autores

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