Este artículo se publicó hace 15 años.
Reed y Anderson toman la palabra
La pareja abre en Sant Feliu de Guíxols su gira por Europa, en un concierto del que destacan la importancia de los textos
Thats enough (Ya basta). Lou Reed (1942), con autoridad y seriedad, da por finalizada la sesión fotográfica en el hotel de Sant Feliu de Guíxols (Girona) donde ha pasado los dos últimos días. Prepara, junto con su esposa y pareja profesional, la artista multidisciplinar Laurie Anderson (1947), el concierto que esta noche abrirá su gira por Europa. Será dentro del Festival de Porta Ferrada de la localidad de la Costa Brava.
Ella, considerada una juglar tecnológica, se mostró risueña en todo momento, no abandonó la sonrisa, como para contrarrestar la seriedad dura y acartonada de la cara del ídolo, que no sonrió ni cuando aseguró que había hecho un chiste. Junto a ellos, el joven y también polifacético músico Sarath Calhoun.
Es la segunda vez que marido y mujer funcionan también como pareja artística en un tour. "Ninguno de los dos nos hemos reinventado para ello", aseguró el cantante. Sí han colaborado profesionalmente: en el disco The Raven, de Lou Reed, aparece el violín de Andersson, y en los discos Bright Red y Life, de Laurie, se puede apreciar la guitarra de Lou. El espectáculo que presentan, The Yellow Pony and other Tales and Stories, incluye 14 canciones del repertorio de cada uno: ocho de Lou, seis de Laurie (en principio), además de un recital poético, siempre con música de fondo. Un concierto que mezclará música, historias, canciones y poemas pero en el que la palabra será la gran protagonista: "Lo que más importa son los textos de las canciones", incidió Lou Reed.
Sin embargo, no quiso desvelar el contenido de las letras y, cuando se le preguntó por el mensaje de estos textos, se mostró irónico: "¿Mensaje?", le preguntó a su esposa. Y, dirigiéndose a los periodistas:. "Si alguien conoce el mensaje, que me lo diga..." En seguida, dio alguna pista: "Diría que es un mensaje críptico sobre el amor y también sobre el mal, sin olvidar unos celos muy fuertes". El compositor de Brooklyn considera que las canciones que tocarán deberían de mantenerse en secreto y asegura que las versiones que ofrecerán no serán fácilmente reconocibles: la improvisación, a pesar de la regleta establecida, jugará un papel importante.
"Es un espectáculo muy dinámico, que pasa de golpe del ruido a un tono íntimo", adelantó, más comunicativa, Laurie Anderson. "Combinaremos canciones nuevas y viejas".
El Manifest GrocLou Reed reconoce las influencias de Edgar Alan Poe y de Delmore Schwartz en la vertiente poética del concierto, mientras que su compañera se muestra entusiasmada con la poesía catalana. El año pasado asistió al recital sobre poetas catalanes en Nueva York organizado por el Institut Ramon Llull y quedó fascinada: "En los colegios nos enseñaron que el arte subversivo y peligroso viene de París, por eso ver lo que hacían en Catalunya fue como un shock". Anderson recordó el Manifiesto Amarillo, la declaración surrealista de Dalí y otros intelectuales catalanes en los años 20, que le pareció tan "divertido e hilarante" que ha intentado crear uno propio. Esta noche mostrará el resultado.
La presencia de una de las parejas más emblemáticas de la vanguardia musical de los años 70 tenía los minutos contados. La serpiente multicolor del Tour de Francia, que pasaba ayer por Sant Feliu, camino de Barcelona, les marcó el camino del ensayo. "Good bye and thanks you", aprovechó para decir Lou Reed, mientras el intérprete traducía su última respuesta. Serio, tal como entró, abandonó el hotel antes de que la caravana de la ronda francesa le destrozara la agenda.
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