Este artículo se publicó hace 15 años.
La National Geographic exhibe sus tesoros ocultos
La prestigiosa institución abre sus archivos y pone a la venta por primera vez imágenes inéditas. De las 11,5 millones de fotografías tomadas desde 1888, 150 instantáneas se exponen ahora en la galería Steven K
Isabel Piquer
Herbert Ponting creía que las fotos de la expedición del capitán Robert Falcon Scott al Polo Sur, desconocido en 1912, le harían rico y a ser posible famoso. Pasó 14 meses retratando la increíble aventura de la expedición, en condiciones inhumanas. Pero el trágico final de Scott y de sus compañeros, que, tras verse adelantados por el explorador noruego Roald Amundsen, no consiguieron volver a la base y murieron congelados, echó por tierra sus planes.
Las 1.700 placas con las que había regresado a Londres meses antes del desastre, y que iban a servir en conferencias y exposiciones, apenas llegaron a salir de sus archivos. La noticia era demasiado morbosa, y se vio pronto superada por la carnicería de la I Guerra Mundial. En los años veinte y treinta, Ponting sacó dos libros con algunas de las fotografías pero el resto nunca se publicó.
La crisis ha supuesto una carencia de donaciones para la Society
Algunas de estos testimonios en blanco y negro han salido finalmente a la luz, casi un siglo más tarde. Adornan desde el pasado jueves la galería Steven Kasher de Nueva York, que por primera vez pone a la venta algunas piezas de los increíbles archivos de la prestigiosa National Geographic Society. La muestra The World in Black and White: Vintage Prints from the National Geographic Archive (El Mundo en blanco y negro: imágenes antiguas de los archivos de National Geographic, en su traducción del inglés) reúne 150 instantáneas inéditas y podrá verse hasta el próximo 17 de octubre.
Estos archivos más de 11,5 millones de imágenes, del que sólo el 2% se ha publicado en la revista vivían una vida apacible y casi secreta en el gigantesco y sofisticado sótano del cuartel general de la sociedad geográfica en Washington.
Su director, William Bonner, era de los pocos que tenía acceso al tesoro gráfico, memoria visual del planeta desde principios del siglo XX, un recorrido etnográfico, antropológico y científico de casi todos los rincones y pueblos del mundo, desde Mongolia al Mississippi. "La gente no sabe lo bonita que es la colección", decía Bonner hace unos días al periódico The New York Times, "es una pena, soy el único que ha visto la mayoría de estas imágenes".
Hasta la fecha, sólo se ha publicadoen la revista el 2% de los archivos
Hasta 10.000 dólaresDe ahí que la National Geographic tomara finalmente la decisión de poner en venta una ínfima parte de su patrimonio. Eso, y la necesidad de recaudar fondos, ahora que la institución ha empezado a digitalizar su colección. La National Geographic es una entidad sin ánimo de lucro y la crisis financiera ha supuesto una carencia de donaciones. Los precios de las fotografías oscilan entre los 3.000 y los 10.000 dólares (entre 2.000 y 6.800 euros) y la venta espera atraer comprados privados e institucionales. Son originales, imágenes únicas, aunque la National Geographic ya dejó claro que se reserva los derechos de autor que se desprendan en un futuro de la publicación de esas imágenes.
El cambio de percepción hacia un cierto tipo de fotografía ha hecho posible celebrar esta exposición en una de las galerías del barrio de Chelsea. "El fotoperiodismo sólo ha sido reconocido por el mundo del arte muy recientemente", comentaba al diario neoyorquino Maura Mulvihill, vicepresidenta de la colección gráfica de la National Geographic.
"Este material no existe en ninguna otra parte porque muchas de estas fotografías se tomaron especialmente para la revista National Geographic y tiene las únicas copias", asegura el propietario de la galería, Steven Kasher.
Un minero (B. A. Stewart, 1938)
"Nuestro archivo es una rica fuente de documentación social sobre nuestra planeta, desde la fundación de National Geographic hasta nuestros días", añadió Mulvihill, quien destacó la importancia de las obras recogidas en esta primera exposición en la galería Steven Kasher.
El muestrario de la exposición es un breve recorrido por la aventura humana de exploradores y aventureros desde hace más de un siglo. La exposición The World in Black and White: Vintage Prints from the National Geographic Archive reúne el trabajo de una docena de fotógrafos que retrataron las realidades de varios continentes; eran como exploradores, testigos de los descubrimientos en los que participó la sociedad en sus primeros años de acción.
"Nuestro archivo es una rica fuente de documentación social sobre nuestra planeta"
Además de las fotos de Ponting, muy en la línea de la revista, figuran, siempre en blanco y negro, fotos de la provincia de Gansu, en China, tomadas por el botánico estadounidense de origen austriaco, Jo-seph F. Rock, cuyos viajes inspiraron la novela de James Hilton, Horizontes Perdidos, y el misterioso mundo de Shangri-La. En noviembre de 1928, el fotógrafo publicó en la revista una de las primeras imágenes del decimotercer Dalai Lama cuando sólo tenía 4 años.
También incluye grandiosos paisajes alpinos del italiano Vittorio Sella, que tanto inspiraron una de las grandes figuras de la fotografía estadounidense, Ansel Adams; retratos de mineros de Virginia Occidental de Anthony Stewart, que compartió su vida y existencias durante la Gran Depresión; testimonios gráficos de algunos de los primeros experimentos de Graham Bell en Nova Scotia en 1904, y de las expediciones de Hiram Bingham, el historiador de Yale a quien se le atribuye el descubrimiento del Machu Picchu en 1911.
Toque indígenaEra inevitable incluir un toque indígena, con la expedición de aventurero australiano Frank Hurley en 1920 a Papúa Nueva Guinea. La fotografía muestra a una mujer que adorna, el pecho desnudo, una corona de pluma tradicional de la tribu Mekeo. También se exhiben algo más inusual los retratos de jóvenes efebos sicilianos fotografiados por el barón Wilhem von Gloeden, que se publicaron en la revista en 1905.
Los administradores del tesoro que acaba de revelar la National Geographic confesaron que será "doloroso" desprenderse de las imágenes. La exposición es la primera de una serie de cuatro en la que la galería Steven Kasher irá mostrando a lo largo de los próximos dos años un muestra de las riquezas de la National Geographic.
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