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NINOT FELIPE VI "El 'ninot' del rey habla de una institución caduca que nos gustaría que desapareciese"

Entrevistamos a Luis Navarro, asistente del artista Santiago Sierra, quien en colaboración con Eugenio Merino ha pergeñado la obra que está acaparando todos los focos en ARCO: un ‘ninot’ gigante del rey de cuatro metros de altura.

El monarca a la espera del 'caloret faller'.- J. A. L

Lleva seis horas continuadas de conexiones en directo con todas las televisiones del Estado y algún que otro medio internacional. Luis Navarro, asistente del artista madrileño Santiago Sierra, no se queja; lleva muchos años trabajando a su lado como para que esto le pille por sorpresa. “Participé en el proceso de los presos políticos y en el fondo es bonito; lo que pasa es que estos días se convierten en un infierno…”.

Desde ese infierno de cámaras y focos nos atiende. Le quita hierro al asunto y nos habla de Ninot como un diálogo entre dos artistas muy diferentes: “Santiago Sierra es más formalista y Eugenio [Merino], en cambio, está trabajando el hiperrealismo, son modos de trabajar muy distintos que se encuentran en el campo político y conceptual”. Una conexión que, a poco que se siga la trayectoria de ambos autores, se intuía provechosa.

"No es una obra dirigida a un persona sino a una institución"

El resultado son –al menos en lo puramente formal– cuatro metros de monarca, un ninot gigante del rey Felipe VI cuyo comprador deberá prender la obra en el plazo de un año. Quedará entonces un esqueleto de poliuretano real, exigua recompensa por un precio poco módico de 200.000 euros. Ida Pisani, al frente de la galería italiana Prometeo que acoge la obra, le quitaba hierro al asunto: “La idea de esta obra no es otra que la de un ninot como otro cualquiera”.

Pero no. Obviamente no estamos ante un ninot cualquiera. Tal es así que Carlos Urroz, codirector de la feria, ya ha adelantado que el recorrido que realizarán los Reyes durante su visita se va a centrar en los contenidos de Perú, país invitado en la presente edición. “Si alguien quiere tomársela como una ofensa pues tengo que repetirle no es una obra dirigida a un persona en concreto sino a una institución, una institución que pensamos que es caduca y que nos gustaría que desapareciese, esa es la metáfora que más quiere significar la obra”, apunta Navarro.

"El mal gusto en el arte está por todas partes y forma parte también del espíritu de nuestro tiempo"

Una crítica que, no me negarán, parece que ha sido programada para intervenir en el momento justo, no olvidemos que el grueso de la polémica estalla a apenas unas horas de las comparecencias de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y Montoro como testigos en los juicios por el procés. “Influye la situación política y el cuestionamiento a la monarquía… Estas cosas parece que forman parte de la intuición del artista, pero no estábamos pensando hace un año cuál sería la situación política actual”.

Navarro se apea también de la opinión de aquellos que vinculan esta obra con una reciente Banksy que se autodestruía tras ser vendida por más de un millón de dólares en la casa de subastas Sotheby's. “Mucha gente me ha preguntado que qué tiene que ver, supongo que tiene que ver que con son dos obras que dialogan en una misma época histórica, pero no lo habíamos utilizado como referente jamás…”

En cuanto a las declaraciones del nobel de literatura Mario Vargas Llosa sobre la polémica en las que tildaba la escultura de “provocación de mal gusto”, Navarro se muestra implacable: “El mal gusto en el arte está por todas partes y en cierto modo forma parte también del espíritu de nuestro tiempo, pero bueno yo no diría que esta obra conceptualmente sea de mal gusto”.

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