Este artículo se publicó hace 15 años.
No es pasarela para viejos
Los jóvenes vanguardistas toman 080
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A las dudas sobre la propia supervivencia de la modernidad y el diseño independiente que sobrevuelan la pasarela 080 Barcelona, se ha sumado otra que poco o nada tiene que ver con la moda: ¿qué pasará tras las elecciones autonómicas catalanas de octubre si el tripartito se va al final al garete? Pues que esta pasarela tiene todas las papeletas de irse al mismo sitio que la alianza de izquierdas Y mientras la cultura sigua politizada, los diseñadores continuarán siendo peones de su juego de poder.
Ajenos a la sombra que se cierne sobre su futuro, casi todos los ahijados de la vanguardia española prosiguieron ayer definiendo propuestas al mismo tiempo recurrentes y estimulantes. Tal fue caso de las firmas Karlotalaspalas, Tim Hamilton y Manuel Bolaño, los tres insultantemente jóvenes, quizás de ahí se deduzcan sus evidentes mitomanías y recursos estéticos, aunque los tres supieron elevar el nivel general de la pasarela.
Si Karlotalaspalas, con una trayectoria meteórica, se decantaba por una masculinidad árida en colores pero compleja en formas y materiales, semejante a las mezclas de la creadora belga Ann Demeulemeester, el americano Hamilton definía una oscuridad creativa asfixiada por previsibles pantalones de cuero y pasamontañas, tácticas demasiado cercanas a la de su experimentado compatriota Rick Owens. Bolaño, más cercano a la teatralidad de Alexander McQueen, siguió ofreciendo un magnífico repertorio de aparatosos recursos formales e innovaciones textiles, aunque el catalán aún no ha conseguido encajarlos a la perfección.
Los tres necesitan tiempo e independencia para hallar una personalidad única, la misma que la experiencia ha dado a las firmas Heal y Martin Lamothe, aunque en el caso de los primeros esta no sea nada estimulante... Lamothe sí ha sabido edificar esa identidad propia que todos persiguen y pocos encuentran. Suyo es el mérito de un colorido siempre empolvado, de unos estampados tropicales que rozan lo kitch, de unas formas perennemente amplificadas y de un espíritu lúdico e idílico, estival y sensual.
Mañana cierra sus puertas 080 Barcelona, parece que aún con más dudas que respuestas.
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