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El partido que convirtió el fútbol en una herramienta de resistencia contra el nazismo

La editorial Desfiladero publica la versión en cómic de 'El partido de la muerte', un episodio célebre de la II Guerra Mundial en el que jugadores de la Ucrania ocupada se enfrentaron a un combinado del ejército nazi. Hablamos con Guillem Escriche, el dibujante, sobre la historia y la salud de la novela gráfica en nuestro país.

Guillem Escriche, el dibuixant del còmic 'El partido de la muerte'.
Guillem Escriche, el dibuixant del còmic 'El partido de la muerte'. Marc Font

Agosto de 1942. Hace casi un año que el ejército nazi ha invadido Ucrania -en aquel tiempo integrante de la Unión Soviética- en el marco de la llamada Operación Barbarroja. Las consecuencias de la invasión son devastadoras para la población local, que acumula muertes y más muertes y sufre un hambre cada vez más intensa. En este contexto, el estadio Zenit de Kiev -entonces el mayor de la capital ucraniana- acoge un partido de fútbol entre el Start, un equipo formado por antiguos jugadores del Dinamo de Kiev y el Lokomotiv de Kiev, y el Flakelf, un conjunto de la Luftwaffe, la fuerza aérea del ejército alemán. El encuentro, que constituye una oportunidad única para los ucranianos para enfrentarse casi en igualdad de condiciones a las fuerzas ocupantes, pasará a la historia bajo el nombre del 'partido de la muerte'. Tras convertirse en algo casi mitológico, desencadenará múltiples versiones y reinterpretaciones, como la película Evasión o Victoria (1981), dirigida por John Huston.

Y ahora llega su versión en cómic, con el explícito título El partido de la muerte  (Desfiladero Ediciones), con guión de Pepe Gálvez (1950) y dibujo de Guillem Escriche (1972). Nos encontramos con el dibujante para hablar de la obra y subraya que, pese a las distintas opiniones sobre los hechos, han podido constatar que "el partido realmente fue importante" y que tuvo funestas consecuencias para algunos de los jugadores ucranianos protagonistas. "Era una práctica habitual de los nazis que se organizara una liga en un territorio ocupado, haciendo equipos con colaboracionistas, tanto para atraer a simpatizantes a su causa, como para demostrar que sus deportistas eran superiores físicamente. La anomalía de este caso es que dejen participar a un equipo de disidentes, que además empieza a ganar y el público empieza a identificarse con él", detalla Escriche. De hecho, el Start derrotó al Flakelf.

El dibujante subraya que el cómic "es un lenguaje idóneo" para ilustrar una historia como la del libro -un conflicto bélico y una ocupación militar-, precisamente gracias a que combina "las palabras con las imágenes, lo que le da una gran fuerza visual". En este sentido, Escriche destaca que han intentado explicar lo que sucedió fundamentalmente a partir de los personajes: "esto nos permite mostrar a través de ellos que significaba esta situación: los nazis han invadido nuestro país, nos han esclavizado, nos tienen en la indigencia, nos cierran en campos, algunos están muertos... Y por una de estas casualidades del destino resulta que tenemos la ocasión de enfrentarnos a ellos en un campo de fútbol, donde estamos 11 contra 11, aunque el árbitro sea de las SS, que es como una pequeña dosis de venganza simbólica o de justicia poética".

El dibujo de El partido de la muerte es muy realista y, a la vez, destaca por sus colores apagados y, a menudo, por el uso del blanco y negro. Escriche comenta que "yo ya tengo este estilo tendente a realista y seguramente aquí le va bien porque es una forma muy buena de ver a los personajes, el entorno y transmite la sensación de desgaste e, incluso, del miedo con en el que viven los personajes".

La situación del sector

Guillem Escriche se define como un lector casi compulsivo de cómics y cita entre sus referentes a autores como el francés Moebius, el belga Hermann o el catalán Jordi Bernet, y considera que tanto en Catalunya como en el Estado español la novela gráfica "quizás todavía se ve como un estilo de segunda para niños y adolescentes, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos". La situación es especialmente grave en lengua catalana, donde sobrevivir como autor de cómic es casi quimérico, algo que explica por qué muchos autores optan por hacer carrera en Francia o Estados Unidos. Sin embargo, como destaca el dibujante, recientemente la editorial Pagès ha estrenado una colección de novela gráfica para adultos, con el nombre de Doble Tinta, que ya ha publicado dos títulos, y la editorial Finistres ha anunciado que también pondrá una en marcha.

Por todo ello, Escriche concluye que la valoración del cómic como género en Catalunya y el Estado "va mejorando y cada vez vamos a más" y anima a cualquier persona a intentar leerlo, "porque estoy convencido de que les gustaría. Puedes leer una gran historia en muy poco tiempo y empaparte muy bien de cómo era el momento [que se refleja], porque recibes constantes estímulos visuales". El partido de la muerte no deja de ser una buena oportunidad para hacerlo, para zambullirse en una historia real -si se quiere con versiones divergentes- que no deja de reflejar un episodio de resistencia y lucha contra el nazismo.

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