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Pepe Viyuela muta en Robinson Crusoe

El actor tiene un punto de rara avis y de solitario dentro del mundo interpretativo

PAULA CORROTO

Robinson Crusoe siempre ha estado solo. La imposibilidad de comunicarse con alguien y la soledad fueron desde el principio sus compañeras, según ideó el escritor Daniel Defoe a principios del siglo XIX. Cierto es que en la novela aparecía también Viernes, ese amigo por accidente. Sin embargo, Crusoe no fue nunca un personaje empático. Al contrario, su imagen siempre estuvo más cerca del solitario que brega con sus fantasmas que del amante de las multitudes .

El actor Pepe Viyuela, que ahora interpreta este papel en la obra teatral Soledad y ensueño de Robinson Crusoe, de Ignacio del Moral (teatro Alfil de Madrid), también tiene un punto de rara avis y de solitario dentro del mundo interpretativo. Y esto es así porque, a pesar de su hiperpopularidad gracias a la serie Aída y las películas de Mortadelo y Filemón, él no deja de verse como un actor de teatro cuya única pretensión es 'disfrutar. No quiero ser un profesional de esto', admite a Público.

Ante todo, el teatro

Y va más allá, puesto que si tiene que defender alguno de los géneros de su oficio, siempre pondrá por delante el teatro. 'Es lo que me hace vibrar. La tele o el cine nunca me han provocado eso', reconoce. Tampoco tiene reparos en admitir que lo que ahora ocurre es 'una racha que se acabará y entonces volveré a mi payaso'.

El humor, la gracia, la risa. Por esta trinidad ha sido reconocido numerosas veces este actor. Una serie de trabajos que han soslayado otras interpretaciones más cercanas al drama o a los textos clásicos, y esto en ocasiones le ha disgustado. 'Sí, a veces me he sentido solo, sobre todo muchas veces me han hecho críticas que me han afectado muchísimo. La crítica puede llegar a destruirte porque a veces es desmesurada, cruel e hiriente', señala Viyuela.

Ahora bien, este cómico también ha tenido su premio. Precisamente hace un año consiguió uno en una de sus virtudes menos conocidas: la poesía. 'Sí, tuve esa oportunidad, pero no me considero poeta. Sin embargo, la poesía me encanta porque me permite bucear en lo que siento. Los poemas son como las botellas que lanzan los náufragos al mar', remacha el actor ya convertido en Robinsón.

Un montaje más gamberro

‘Soledad y ensueño de Robinsón Crusoe’ fue escrita por Ignacio del Moral hace 25 años. Aquel montaje, repuesto hace 9 años, ya insistía en temas como la soledad, la relación con uno mismo y el hecho de soportar al diferente. En esta ocasión, estas constantes se repiten, pero, según cuenta Pepe Viyuela, “hemos querido que el montaje sea diferente, más gamberro, porque el fin es que la gente se divierta y piense a la vez, que es una de las ventajas que permite la comedia”. 

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